El Banco de España obliga a los bancos a revisar más de 126.000 millones de euros de refinanciaciones
El regulador quiere estar seguros de que los bancos no utilicen las refinanciaciones como un instrumento para aplazar el reconocimiento de la morosidad. El riesgo es que el crédito se contraiga aún más.
Ayer el Banco de España hizo públicos los nuevos criterios que tienen que utilizar las entidades de crédito a la hora de valorar las refinanciaciones de créditos. Con el objetivo de evitar que los bancos refinancien créditos que deberían asumir como mora, el regulador ha dado una vuelta de tuerca a los criterios que éstos deben aplicar a la hora de decidir si un crédito refinanciado se puede clasificar como normal, subestándard o, directamente, dudoso. Una diferencia muy importante, ya que en función de esta clasificación se establece qué provisión hay que realizar para cubrirlo.
La nueva norma obliga a los bancos a revisar más de 126.000 millones de euros de créditos refinanciados en las carteras de España, según los datos de las Memorias Anuales de las principales entidades (Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank, Sabadell, Popular y Bankinter). A esta cifra hay que sumar los datos del resto de entidades nacionalizadas o que han recibido ayudas públicas.
Se trata de una cifra muy relevante, que supone casi el 12% del total del riesgo crediticio. El nivel de cobertura promedio que, hasta finales del año pasado, las entidades habían realizado para cubrir estas exposiciones rozaba el 17%. Por entidades, Bankia lidera los saneamientos realizados, con casi el 25% de cobertura de las refinanciaciones. Siguen Santander, con un 18%; Sabadell, con casi el 17%; BBVA, que roza el 16%; CaixaBank con el 15%; Bankinter con el 14,5% y Popular con algo más del 13%.
Una de las razones que han llevado al Banco de España a sacar una norma específica sobre las refinanciaciones es el objetivo de conseguir “una mayor homogeneidad de las políticas” aplicadas, según explicó José María Roldán, el director general de Regulación, en la carta enviada a las patronales del sector. El regulador destaca en su misiva que “más de la mitad de los créditos refinanciados están ya clasificados en la categoría de subestándar o en la de dusosos”. Lo que pretende la nueva norma es que, por defecto, los créditos reestructurados sean subestándar, a menos que no existan circunstancias específicas para que se puedan clasificar como normales o haya que etiquetarlos como dudosos.
Los bancos aseguran, en sus respectivas memorias, que los criterios que aplican para refinanciar son rigurosamente conservadores: es decir, que utilizan este instrumento como una forma de ayudar al cliente que pasa por dificultades temporales, pero que aporta suficientes garantías de que, por ejemplo, un alargamiento de los plazos, será suficiente para que pueda devolver el préstamo.
En las recientes presentaciones de resultados trimestrales, la mayoría de los banqueros, que dijo desconocer que el Banco de España estuviese preparando una nueva normativa, aseguró que su entidad ya tenía bastantes provisiones para cubrir estos créditos. Así, por ejemplo, el consejero delegado de Popular, Francisco Gómez, lanzó el viernes por la mañana un mensaje muy claro: “No tenemos noticias sobre nuevas normas para refinanciaciones. Pero sabemos que en Popular tenemos provisiones suficientes. En total, 19.000 millones de provisiones en balance”.
Más presión
Lo que los banqueros critican, más o menos públicamente, es que un ulterior endurecimiento de las provisiones retrasará aún más la recuperación del crédito, cuya sequía no hace sino empeorar la situación de la economía española, en un círculo vicioso que se retroalimenta.
Lo que los banqueros critican, más o menos públicamente, es que un ulterior endurecimiento de las provisiones retrasará aún más la recuperación del crédito, cuya sequía no hace sino empeorar la situación de la economía española, en un círculo vicioso que se retroalimenta.
Las entidades insisten en que refinanciar es necesario para ayudar, por ejemplo, a aquellos hogares que tienen dificultad para pagar la hipoteca porque uno o más de sus miembros han perdido el trabajo. Igualmente, para muchas empresas, obtener una reestructuración del crédito es la única forma de sobrevivir ante la dureza de la realidad actual.
El propio Banco de España reconoce en su carta que “la política de refinanciaciones es un instrumento, no ya legítimo, sino necesario para la gestión eficiente de la exposición a clientes que atraviesan dificultades transitorias”. No obstante, quiere zanjar las dudas que rodean estos procesos en la banca española, que muchos analistas extranjeros llevan años acusando de tener morosidad oculta.
Los efectos que la nueva norma tendrá sobre cada una de las entidades dependerán de cuanto sea real el presunto rigor que aseguran tener cuando refinancian. Y claro, cuanto más porcentaje de cobertura se tiene realizado, más disminuye el riesgo de tener que sacrificar más trimestres de resultados para hacer saneamientos.
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