Operaciones corporativas que podrían llegar
Cristina J. Orgaz
La caída de la valoración bursátil y las necesidades de capital de las empresas espolearán las ventas de activos o la toma de participaciones significativas en las compañías españolas de cara al próximo año.
No serán OPAs espectaculares como las vistas en el pasado. Más bien veremos acuerdos estratégicos o toma de participaciones, pero el caso es que el panorama actual se presenta favorable para este tipo de movimientos. Las necesidades de capital de las empresas y la caída de la capitalización bursátil van a levantar tradicionales barreras y reticencias -sobre todo de índole política- a la entrada de capital extranjero en las empresas españolas. Es más, si nos fijamos en el valor contable de buena parte del selectivo español, observamos cómo la valoración de los activos está por debajo del valor en bolsa en 13 casos. Es decir, están baratas y eso firma un atractivo de primer orden para los inversores.
Pero el asalto al corazón de los 'blue chips' españoles es terreno vedado. Las empresas medianas tienen más papeletas para convertirse en objetivo de inversores extranjeros porque sus «hermanas mayores» conservan en su mayoría o han vuelto a incluir en sus estatutos, las limitaciones de derechos de voto. Iberdrola, Repsol, Telefónica, entre otras sociedades, mantienen este veto que los accionistas minoritarios consideran «democrático», explica Ángel Fernández Albor, del despacho de abogados de Cremades-Calvo Soltelo. Sin embargo, en el fondo, esta normativa busca defender a las grandes empresas españolas de posibles adquisiciones no deseadas.
Y es que, al margen de la situación económica, España sigue siendo un mercado muy importante, integrado en dentro de la Unión Europea, y que aún conserva su estatus de «puerta de entrada». Las empresas que se posicionan en nuestro país tienen más fácil entrar en Europa o Latinoamérica. «A nivel estratégico perder el control de las grandes empresas tiene un efecto negativo porque estas son las compañías que generan riqueza y dinamizan la economía», dice Ignacio Mur, profesor del departamento de Estrategia y Dirección de la escuela de negocios ESADE.
BANCA. El sector de la banca española está cotizando con descuentos importantes. Ya se habla de que la siguiente ronda de consolidación bancaria no será de entidades nacionales entre sí, sino que será a nivel europeo. En este sentido será más fácil ver operaciones con entidades que no tienen una posición de dominio en el mercado. Bankinter sería claramente la mejor opción. «Es un banco de un tamaño asequible pero con una imagen de marca y un posicionamiento muy interesante. El tamaño del Banco Popular y su situación financiera también podrían ponerle en el punto de mira», dice Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de Asinver.
ENERGÍA. Es un secreto a voces que el sector eléctrico está casi al completo en cuarentena. Hay interés y son posibles operaciones corporativas, pero la inseguridad jurídica espanta a los inversores. «La volatilidad regulatoria del sector energético y en concreto del sector eléctrico español genera pavor», afirma el analista de Asinver. Y este miedo no sólo florece en el marco de las energías renovables sino también a causa del conocido déficit de tarifa.
El caso de Iberdrola, «que ha estado hasta hace muy poco al borde de necesitar una recapitalización importante por la incertidumbre legal», según este analista, es el que mejor refleja la fragilidad del sector. Pero la gran eléctrica española se ha visto beneficiada con el último real decreto del gobierno y la composición del consumo eléctrico ha mejorado su situación, explica Flores.
Otra de las operaciones del sector podría suponer la salida de Repsol del accionariado de Gas Natural. Eso pondría un cartel de «Se Vende» al 30 por ciento que la petrolera tiene en la compañía que preside Salvador Gabarró. «Eso es algo que pasará antes o después. Nadie lo duda». Una operación de este estilo sería buena para los inversores de Repsol, que podría centrarse en su negocio principal, y en función de la prima podría ser una operación atractiva para los accionistas de Gas Natural.
Por su parte, Gamesa -que cotiza en el mercado continuo- sig ue presente en las quinielas. La eólica podría recibir una oferta de algún operador asiático que vería en la operación un modo de entrar en el mercado europeo. Un run run que suena desde hace años y que en ese tiempo nunca ha llegado a concretarse.
INMOBILIARIO. Bami, Colonial, Vallehermoso. Es probable que en el sector inmobiliario sean los propios bancos acreedores quienes promuevan las operaciones de venta de activos. El problema radica en las refinanciaciones de deuda que afrontarán en los próximos meses las inmobiliarias. La práctica totalidad del sector inmobiliario cotizado va a estar en una situación muy delicada en ese momento y «esto necesariamente va a forzar o un concurso de acreedores o operaciones para evitar esta situación».
TELECOS. Desde que superó la cifra del millón de clientes pero sobre todo gracias al crecimiento en el segmento que más valor añadido tiene, el de los datos, Jazztel ha pasado a ser atractiva para un operador que quiera entrar en España con una cuota de mercado interesante y razonable. «El problema aquí es el precio». Después del último rally, la acción cotiza en unos precios elevados y sólo algunos operadores en Europa tendrían capacidad para realizar una oferta.
MERCADOS. BME. «No puede seguir en solitario y antes o después tendrá que encontrar alguna alianza para mantener cierto peso», afirma Javier Flores.
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