lunes, 9 de septiembre de 2013

Detalles de un batacazo...




Crisis, corrupción, dopaje...A vueltas con el batacazo olímpico de Madrid



J.Bragado / I Tylko
El escaso peso internacional de España, la economía, la corrupción y el dopaje, principales claves del mayor batacazo olímpico de Madrid.



A falta de explicaciones oficiales convincentes sobre una derrota olímpica sin paliativos, la tercera consecutiva, el dedo en la yaga lo puso la marroquí Nawal El Moutawakel, vicepresidenta del COI, al resumir que España debería invertir sus escasos recursos económicos en materias más importantes que los Juegos. De nada sirvió la imagen de modernidad representada por el príncipe Felipe, capaz de dirigirse en tres idiomas al 'comité de sabios' que debía decidir, y de hilar un discurso claro, emotivo y de alto nivel, superior a las mediocres intervenciones de los políticos, trufadas de tópicos y lugares comunes.
Los buenos conocedores de los entresijos del olimpismo suelen decir que las elecciones de las ciudades olímpicas están decididas de antemano y que, por consiguiente, poco importan las exposiciones y puestas en escena finales. De todos modos, la figura del presidente del Gobierno no salió precisamente fortalecida de Buenos Aires. Llegó el último día procedente de San Petersburgo, donde se celebró la cumbre del G-20, habló solo en castellano y, en tono casi mitinero, dibujo un panorama económico optimista que, sin embargo, no arrastró votos. A tenor de los resultados, Rajoy no trasladó al mundo una imagen creíble. Tras una derrota sonrojante, recurrió al tópico deportivo de que no se gana siempre y garantizó que «España sigue siendo una gran nación». La duda es saber si este varapalo de la candidatura de Madrid tendrá repercusiones políticas para el Gobierno y la alcaldesa madrileña, Ana Botella. Rajoy recuerda que no las sufrieron antes José Luis Rodríguez Zapatero y Alberto Ruiz-Gallardón.
Las experiencias fallidas ante Londres y Río de Janeiro no bastaron para abrir los ojos y mejorar la capacidad de hacer 'lobby' de las delegaciones españolas, que votación tras votación se sienten traicionadas. Cuando a principios de 2013 COLPISA preguntó por la tarea de captación de apoyo a Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español emplazó esa labor para el verano y, más intensificada, «para agosto, a un mes de la decisión». La tarea de Theresa Zabell, apoyada por el Príncipe, resultó insuficiente. Los frutos de sus gestiones no alcanzaron, ni por asomo, los al menos 40 votos calculados. La directora de Relaciones Internacionales y vicepresidenta del COE propagó su contrariedad por los dominios de la oficina madrileña en Buenos Aires. «Estoy jodida, jodidísima», se la escuchó decir por los pasillos. Con el cuchillo afilado de París, Berlín y Roma para la oportunidad de 2024, la posible elección en 2020 de una ciudad europea habría acabado con sus ambiciones y pusieron en marcha su maquinaria para evitar el triunfo de Madrid. «No pintamos nada en el mundo», resumían, en plan castizo, muchos de los presentes en la fiesta-funeral de la Puerta de Alcalá.
Algunos conservadores de entre los directivos presentes en Buenos Aires achacaron el traspiés a la falta de peso y «respeto» internacional a España. La cuestión del dopaje tampoco faltó entre las debilidades de Madrid 2020. «Lo de las bolsas de sangre no lo respondieron en absoluto", indicó el vicepresidente del COI, Dick Pound, en referencia a la pregunta sobre el rechazo de la entrega de las posibles pruebas de transfusiones enriquecidas prohibidas de algunos deportistas a la Agencia Mundial Antidopaje. Hay otro dato que se antoja básico. Si Barcelona cumplió su sueño en 1992 fue porque contó con el fundamental apoyo de Juan Antonio Samaranch, entonces un mandamás del COI en plenitud.
Plutocracia
No obstante, la mayoría apuntaron a la capacidad financiera de Tokio y de Estambul para percatarse de que la plutocracia es la modalidad de gobierno en el COI. Pero solo el tenista Feliciano López se atrevió a señalar en público hacia esa dirección: «Se demuestra una vez más que ese organismo no juega limpio y que priman todos los intereses menos el deportivo». «Si esto es así realmente, que nos avisen que no podemos ganar. Al final es lo que es. Es duro, es agotador para todos, porque todo el país trabajó mucho para tener esta oportunidad. Creíamos que nos lo merecíamos», apuntó en un tono similar Rafa Nadal desde Nueva York
«Tras la eliminación se produjo un silencio increíble. Hacía solo unos minutos que hablábamos de si se podía ganar en la primera ronda y de repente nos encontramos con el choque», contaba un miembro de la delegación. «Nadie se imaginaba esto», insistió Jennifer Pareja, capitana de la selección de waterpolo. «Habíamos salido tan eufóricos de la presentación que pensamos que teníamos posibilidad de ganar», secundó otro de los presentes en todos los actos de la candidatura. «No les entiendo. Nos vamos con la sensación de que nuestras cartas no se valoraron», resumió Pau Gasol.
«No sé lo que ha pasado», dijo con la voz quebrada y lágrimas en los ojos Alejandro Blanco en su única respuesta pública tras el batacazo. Tampoco su acompañante Ana Botella hizo autocrítica ante los medios. La pareja que llevó la voz cantante de la candidatura -tan distante y tan obligada a compartir el destino como una tonadilla de Pimpinela-, se dejó arropar en su salida por los deportistas que habían acudido para apoyar a la candidatura en la capital argentina. Los atletas debieron compartir la responsabilidad en las horas bajas a pesar de su mínima competencia en la carrera olímpica. Ellos, desilusionados, sí respondieron con su presencia y contestaron a quienes se les acercaron para interrogarles.
El desfile de representantes cabizbajos y caras largas después de la eliminación en la primera vuelta resultó proporcionalmente opuesto al de la euforia antes de la votación. En el almuerzo posterior al discurso ante el COI los españoles bromearon e irradiaron su optimismo hasta el punto de aumentar la sensación triunfal ante sus rivales y vecinos de mesa. En el hotel Hilton, durante el descanso para la reflexión, los japoneses apagaron sus tradicionales sonrisas y gestos de hiperactividad mientras que los turcos esperaron su turno bajo la guillotina. Después, los rostros cambiaron. Quienes apoyaban a Estambul celebraron la inesperada victoria sobre Madrid. Los japoneses, por su parte, disfrutaron de su nueva oportunidad olímpica. En cambio, los españoles maldijeron de nuevo un sistema que favorece las estrategias geopolíticas, los contactos 'inter pares' o los favores directos e indirectos.
Del futuro, mejor no hablar
Del futuro ninguno de los actuales responsables se atrevió a comentar. La caída al abismo resultó demasiado dolorosa como para recuperarse en un santiamén, pero tampoco se quiso hablar anteriormente de un hipotético error. «Esto solo puede dar ánimos para levantarnos», dijo el príncipe Felipe. «Soy partidario de volver a intentarlo, pero a la vez hay que digerir primero la situación, analizar los reveses que hemos sufrido en estas tres candidaturas consecutivas y a partir de ahí también hay que mirar estratégicamente cuándo es más favorable y cuándo hay más opciones. No me lanzaría a una cuarta candidatura consecutiva a no ser que lo tuviera muy claro, supiera en qué he podido fallar, qué factores puedo controlar más y tener unas garantías dentro de lo que se pueda", observó Pau Gasol. Alejandro Blanco y Ana Botella se reservaron sus reflexiones.


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