Maria Benito
La cantidad que tenía prevista gastar el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos (COJO) era de 2.400 millones, una cifra que esperaba amortizar con la venta de entradas y gracias a los patrocinios. A estos 2.400 millones habría que sumar los 2.500 del presupuesto no COJO -que engloba el gasto que hacen las Administraciones y no se destina a las infraestructuras-, según los datos presentados por la propia candidatura. Además de las instalaciones deportivas, este presupuesto se habría destinado a eventos culturales y de promoción, a seguridad, etc. En el caso de Londres, por ejemplo, sólo la seguridad se llevó casi 664 millones de euros al cambio.
Las tres apuestas de la capital de España para ser sede olímpica, en 2012, 2016 y 2020, han supuesto una catarata de inversiones económicas y gastos, muchos de los cuales se han transformado en infraestructuras -instalaciones deportivas, edificaciones...- pero que hoy, con Madrid descabalgada por Tokio y también por Estambul -ciudad en la que los miembros del COI vieron más solidez que en la que encabezó el príncipe Felipe, Mariano Rajoy, Alejandro Blanco y Ana Botella-, son 'ladrillo mojado'.
De la triste noche del sábado se recordarán, en mayor o menor medida, los desafortunados discursos de la alcaldesa de Madrid y el presidente del Gobierno, la seguridad y soltura del príncipe Felipe, las preguntas o las respuestas a destiempo... Pero lo que quedará, a buen seguro, serán las cifras. Los ya mencionados 8.000 millones de euros irrecuperables y, también, y puede que más importantes aún, los 3.500 millones con los que PriceWaterhouseCoopers calcula que Madrid 2020 habría engordado el PIB español. Una fortuna en tiempos de crisis.
El empeño, el sueño y la tozudez por competir en tres ocasiones seguidas han salido muy caros para la ciudad más endeudada de España, con una deuda de 7.500 millones. El gasto en los dos primeros intentos -2012 y 2016- superó los 6.500 millones en infraestructuras de transporte e instalaciones deportivas, según las cifras oficiales. Gracias a ello, en esta última ocasión la capital pudo presumir de ser una elección más barata que Tokio y Estambul, al tener el 80% de las instalaciones en marcha. La de 2016 implicó un gasto de 2.500 millones, pese a que en aquel entonces ya estaban cubiertas el 70% de las infraestructuras.
Estas son las cifras oficiales, las que ha facilitado el Ayuntamiento, que tiene su sede en el Palacio de Cibeles. Sin embargo, la plataforma ‘No queremos Madrid 2020’ eleva la suma de 2012 y 2016 a 10.000 millones. En esta última convocatoria, la de 2020, el gasto presupuestado era de 1.500 millones, que con toda probabilidad se habría elevado de haber sido la capital la elegida. Otras fuentes consultadas explican que estas diferencias en el cómputo de lo que ha gastado Madrid se deben a “problemas conceptuales y a la poca voluntad de transparencia de los organizadores” y señalan que determinados gastos ‘se pierden’ en el “entramado” de organismos y organizaciones.
En lo que se refiere exclusivamente a la candidatura -personal contratado, actividades y viajes de promoción, etc.- el cálculo más optimista, el del Ayuntamiento de Madrid, sitúa el gasto del consistorio hasta la ceremonia de Buenos Aires por encima de los 84 millones de euros.
Adiós a 3.500 millones para el PIB español
Cuando el sueño de Madrid aún no se había apagado, la candidatura olímpica pidió a PriceWaterhouseCoopers que elaborase un informe sobre losbeneficios que se obtendrían si se lograsen los Juegos. Según este documento, la contribución de Madrid 2020 al PIB español habría sido de unos 3.500 millones de euros, de los cuales 2.500 se generarían en la Comunidad.
La mayor parte de los ingresos hubieran procedido del turismo: la cita olímpica podría haber atraído 800.000 visitantes extras (casi la mitad extranjeros), que gastarían unos 600 millones de euros. Este dinero no entrará en las cajas de las economías nacionales.
El informe destaca también que con los Juegos de 2020 se habrían creado más de 75.000 empleos a tiempo completo, 51.400 de ellos en la Comunidad. Esta creación de puestos de trabajo habría generado, además, unos ingresos al Estado vía impuestos de más de 1.100 millones.
Sin embargo, pese a la batería de cifras sobre el beneficioso impacto que unos Juegos Olímpicos habrían tenido para Madrid -o tendrán para Tokio, tras el veredicto del COI-, no todos coinciden en esa valoración. Tal y como destacaba el reconocido columnista del Financial Times Simon Kuper, que ha criticado con dureza en sus artículos a Londres 2016 -que gastó más del doble de lo presupuestado y no ha recuperado la inversión-, “la felicidad es el único legado de los Juegos”. El de un sueño olímpico fallido, sólo gastos.
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