La caída de la prima de riesgo
ahorrará 5.000 millones,
que irán a bajar el déficit
La relajación de las tensiones financieras se ha convertido en el mejor aliado de la política económica española. Hasta el extremo de que, según fuentes oficiales, el Estado se ahorrará este año unos 5.000 millones de euros en elpago de intereses respecto de lo previsto inicialmente. O dicho en otros términos, el sector público dispone de una horquilla de al menos el 0,5% del producto interior bruto (PIB) para cumplir el objetivo de déficit: un 6,5% este año.
A esta cantidad hay que añadir el previsible ahorro derivado del descenso en la cobertura de desempleo, que permitirá no tener que gastar alrededor de 1.200 millones respecto de la cantidad inicialmente prevista (30.450 millones). Para el Presupuesto de 2014, el ahorro vendrá también de la mano de la revalorización de las pensiones, que crecerá un 0,25%, por debajo de lo que aumente la inflación.
En un principio, tal y como se reflejó en el Programa de Estabilidad 2013-16, el Gobierno había previsto destinar este año al pago del servicio de la deuda pública 38.615 millones de euros (sólo la Administración central), pero finalmente este rondará los 33.000 millones. En todo caso, todavía por encima de los 31.322 gastados el año pasado. Si se incluyen los intereses que deben pagar las comunidades autónomas y ayuntamientos para financiar susdesequilibrios presupuestarios, la cifra asciende a 34.773 millones.
Aun así, el pago del servicio de la deuda representará en 2014 el 3,5% del producto interior bruto, un registro que retrotrae a la economía española a niveles de los primeros años 90, con un endeudamiento total que se situará en el entorno de los 960.000 millones de euros, como se comunicó a Bruselas a finales de abril. Los tipos de interés son más bajos, pero el volumen de endeudamiento público es sensiblemente superior.
Ese nivel, según el Gobierno, es perfectamente financiable, y de ahí que sedescarten recortes adicionales en lo que queda de año. Según las fuentes oficiales consultadas por este diario, el previsible incumplimiento por parte de las comunidades autónomas del objetivo de déficit, en torno a dos décimas, podrá ser compensando con el previsible superávit de los ayuntamientos, que se están comportando mejor de lo previsto.
Existe, además, otro colchón de 5.850 millones de euros que prestó el Estado a la Seguridad Social en julio para atender las desviaciones en desempleo, y que forman del perímetro presupuestario de la Administración central.
"Sorpresa positiva"
En todo caso, lo que está fuera de toda duda, como aseguran las fuentes consultadas, es que “cualquier sorpresa positiva”, como reza el programa de estabilidad, se destinará a reducir el déficit, y no a aumentar el gasto, según se comprometió el Gobierno español con la Unión Europea.
El ahorro en el pago del servicio de la deuda tiene que ver, lógicamente, con el estrechamiento de la prima de riesgo, que se sitúa en el entorno de los 250 puntos básicos frente al bono alemán a diez años. El Gobierno estima que si los tipos de interés se reducen 100 puntos básicos (1 punto porcentual) durante cuatro trimestres consecutivos (25 puntos cada trimestre) y se mantiene ese nivel hasta 2016, el producto interior bruto podría aumentar alrededor de un 0,7% respecto del escenario base. Básicamente, como consecuencia del tirón de consumo y de la inversión privada. La parte negativa es que las exportaciones no tendrían una aportación positiva, debido, en gran medida, al aumento de las importaciones como consecuencia del mayor dinamismo de la demanda interna. Menos tipos de interés favorecen elconsumo y, en general, la actividad económica.
En términos de recaudación, una rebaja de los tipos de interés en esa línea también beneficiaría la coyuntura. El impulso adicional de la demanda internay la creación de empleo mejoran la captación de ingresos y reducen ciertas rúbricas de gasto, entre ellas las prestaciones por desempleo, asegura Economía.
En definitiva, un fenómeno muy parecido al que sucedió en la segunda mitad de los años 90, cuando la entrada en el euro rebajó los costes de financiación de la deuda prácticamente a la mitad. En pocos años se pasó del 9,5% (1995) al 5,5% (2011). Un recurrido, en ningún caso, hoy imaginable para la economía española, que, aunque todavía sufre una elevada prima de riesgo, se beneficia de una política monetaria extraordinariamente acomodaticia, como le gusta decir al presidente del BCE, Mario Draghi. El tipo de interés medio de la deuda se situaba el pasado mes de julio en el 3,77%, casi la tercera parte que durante la última crisis económica.
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