EL LIBRO MALDITO LLEGARÁ A LAS LIBRERÍAS
La editorial Akal firma con Gregorio Morán "sin leer el manuscrito"
El culebrón Gregorio Morán versus Planeta no cesa, aunque las últimas noticias son motivo de celebración: la editorial Akal publicará El cura y los mandarines, como adelantó ayer este periódico. Se cierran así dos semanas de locos en las que Crítica/Planeta decidió no publicar el libro, Morán denunció que le habían censurado por sus críticas a Víctor García de la Concha y la Real Academia, los editores de Crítica le desmintieron y hablaron de miedo a ser demandados y Morán acabó por poner firme a todo el mundo en otra de sus ya legendarias entrevistas explosivas.
Morán ha recibido estos días ofertas de varias editoriales, no todas ellas independientes, pero finalmente será Akal la que publicará el libro. ¿Por qué Akal y no otra? Entre otras muchas cosas porque ha sido la única editorialque no le ha pedido leer el manuscrito antes de firmar el contrato.
Todo esto puede sonar a temeridad, dado que los editores de Crítica han asegurado que rechazaron publicar el libro para que no les “cosieran a demandas”, pero para Tomás Rodríguez, editor de Akal, su decisión de ir a ciegas tiene un lógica editorial (y hasta política) aplastante:
Contra la censura, ayer y hoy
Akal tiene una larga tradición de publicar libros considerados incendiarios por el establishment. La editorial, fundada en 1972 por Ramón Akal, sufrió 13 procesos en el Tribunal de Orden Público franquista. Tampoco es la primera vez que Akal publica un libro rechazado por otra editorial en democracia. “En parte es una seña de identidad. Esta casa se creó con un compromiso crítico que derivó en político. Y no hablamos solo de los libros secuestrados durante el franquismo. Esto no paró ahí. Siguió durante la democracia. Cuando la Cultura de la Transición hizo tabla rasa y cualquier tipo de crítica al 'statu quo' era vista con recelo. No somos unos temerarios, pero siempre nos hemos arriesgado. La idea es rescatar lo que debe ser publicado. Esto es más una seña de identidad que una estrategia comercial”, aclara Rodríguez.
“Ha sido un acuerdo afortunado entre un autor con un libro importante y una editorial a la que le gustan este tipo de trabajos. En este país es muy complicado encontrar ensayos como los que escribe Morán, críticos y nada complacientes”, añade el editor, que explica así el rol de Morán en el contexto del periodismo español de las últimas cuatro décadas:
“Me parece triste y significativo de lo que ocurre en el país que un periodista de esta talla, autor de cinco libros seminales y de una minuciosidad digna de elogio, sea censurado. Desgraciadamente en España se ha tendido a premiar más la carrera de periodistas vinculados a grandes medios de comunicación, pero en cuya obra no hay mucho donde rascar. La línea crítica y de revisión del pasado de Morán, con no poca mala leche, le ha convertido en un periodista crítico fundamental. No es uno de esos narradores de los cuentos infantiles de la Transición. Merecería un homenaje más grande del que se le ha hecho hasta ahora. Y, desde luego, no se merecía los problemas que ha tenido con Planeta”.
Ahora queda saber cuándo estará en la calle El cura y los mandarines. “La idea es tenerlo listo antes de final del año”, aclara Rodríguez.
Lo que está todavía más claro es que la censura ha disparado las previsiones de ventas. “En principio no era un libro destinado a vender mucho de arranque, más allá de la fiel base de lectores de Morán, sino más bien a ir creciendo poco a poco a medio y largo plazo. Pero eso ha cambiado ahora. La gestión de este asunto por parte de Planeta lo ha convertido en un libro más mediático y con más impulso. Lo lógico es que venda bastante más de lo que estaba previsto”, zanja Rodríguez.
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