Las compras de bonos y la 'conexión Piketty' que trae de cabeza al BCE
Finanzas.com
Las compras de activos (privados y soberanos) llevan implícito un fuerte dilema de política monetaria, pues hacen que los ricos sean cada vez más ricos, lo que conecta con las ideas del economista de moda, Thomas Piketty. Es otro de los escollos a sortear
El economista jefe del Banco Central Europeo, Peter Praet, dijo ayer que el riesgo de deflación es limitado, aunque aseguró que la institución está preparada para actuar y "si es necesario no dudaremos". Leyendo entre líneas, esto quiere decir que, llegado el caso, el camino que ha emprendido Mario Draghi con la compra de activos del sector privado derivaría en la compra de bonos soberanos, con lo que estaríamos ya en la receta que han aplicado la FED, el Banco de Inglaterra o el Banco de Japón.
Pero la cuestión, según han denunciado economistas de prestigio como Joseph Stiglitz, es que cuanto más se acerca Draghi a estas estrategias, más crece el riesgo de que los ricos sean cada vez más ricos, y los pobres más pobres. La idea es que las inversiones financieras de los más acaudalados pasan a ser cada vez más valiosas vía compra de bonos, lo que en países como Estados Unidos ha abierto más la brecha entre ricos y pobres, generando problemas de equidad en la distribución de la renta. Y ahí es hacia dónde se dirige el BCE una vez que la artillería esté a pleno rendimiento.
"Cuanto más usas estas herramientas no convencionales, mayor es la posibilidad de consecuencias no intencionadas, entres las que se incluyen la falta de igualdad", apunta William White, ex director del Banco de Pagos Internacionales (BIS). Tal y como explica a Bloomberg este economista, "si tienes todos estos problemas subyacentes de abultada deuda y un sistema bancario quebrado, decir que puedes utilizar la política monetaria para lidiar con problemas estructurales reales es una ilusión peligrosa".
Esta tesis conecta de lleno las implicaciones de las compras de activos con las ideas de uno de los economistas de moda, el francés Thomas Piketty, autor de la obra "El capital en el siglo XXI", ensalzada por Krugman como el libro de economía más importante del año, y quizás de la década. En ella, Piketty defiende y demuestra con abundantes datos que la dinámica capitalista permite a los ricos ser cada vez más ricos, les coloca en una situación en la que su patrimonio aumenta a mayor velocidad que riqueza de la sociedad.
La cuestión de la desigualdad en la distribución de la renta ya la dejó caer hace unos días la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, cuando aseguró que estaba "muy preocupada" por lo que denominó el "mayor incremento en las disparidades de la riqueza y los ingresos" desde el siglo XIX. Estados Unidos el tercer país con mayores desigualdades en la distribución de la renta dentro de los estados de la OCDE, solo por detrás de Turquía y Chile. Los economistas utilizan para medir esta variable el conocido como índice de Gini, que para Estados Unidos era de 0,39 en 2011. Ningún país europeo ha llegado a estos niveles, y quien más se ha acercado ha sido España, con un 0,34.
En este contexto, el BCE no es insensible a los vínculos entre sus decisiones de política monetaria y la distribución de la renta. Hace unos días, uno de los miembros del consejo, Yves Mersch, "Tenemos que ser conscientes de que hay consecuencias distributivas en nuestras acciones, y éstas podrían ser particularmente importantes en momentos de tipos excepcionalmente bajos y con medidas no convencionales. En particular, las compras de activos a gran escala parece que amplía la desigualdad de los ingresos", apuntó este economista.
La cuestión es que quienes no tengan en cartera la clase de activos que compre el BCE saldrán perjudicados en términos relativos. A modo de ejemplo, el Banco de Inglaterra calculó que las inyecciones de 325.000 millones de libras que llevó a cabo hasta mayo de 2012 aumentaron la riqueza de los hogares británicos en más de 600.000 millones de libras. Esto equivaldría a unas 10.000 libras por persona si la riqueza se distribuyera de forma equitativa. Pero en realidad no es así, porque solo el 5% de los hogares mantiene en torno al 40% de la riqueza en forma de acciones, bonos o bienes inmuebles.
En Europa, la experiencia sería más o menos la misma que en Estados Unidos, apunta John Silva, economista de Wells Fargo. "Los precios de la vivienda subirán y las valoraciones de los activos financieros se elevarán, por lo que quienes tengan más cantidad de estos bienes tenderán a beneficiarse más", explica este experto.
Pero la cuestión, según han denunciado economistas de prestigio como Joseph Stiglitz, es que cuanto más se acerca Draghi a estas estrategias, más crece el riesgo de que los ricos sean cada vez más ricos, y los pobres más pobres. La idea es que las inversiones financieras de los más acaudalados pasan a ser cada vez más valiosas vía compra de bonos, lo que en países como Estados Unidos ha abierto más la brecha entre ricos y pobres, generando problemas de equidad en la distribución de la renta. Y ahí es hacia dónde se dirige el BCE una vez que la artillería esté a pleno rendimiento.
"Cuanto más usas estas herramientas no convencionales, mayor es la posibilidad de consecuencias no intencionadas, entres las que se incluyen la falta de igualdad", apunta William White, ex director del Banco de Pagos Internacionales (BIS). Tal y como explica a Bloomberg este economista, "si tienes todos estos problemas subyacentes de abultada deuda y un sistema bancario quebrado, decir que puedes utilizar la política monetaria para lidiar con problemas estructurales reales es una ilusión peligrosa".
Esta tesis conecta de lleno las implicaciones de las compras de activos con las ideas de uno de los economistas de moda, el francés Thomas Piketty, autor de la obra "El capital en el siglo XXI", ensalzada por Krugman como el libro de economía más importante del año, y quizás de la década. En ella, Piketty defiende y demuestra con abundantes datos que la dinámica capitalista permite a los ricos ser cada vez más ricos, les coloca en una situación en la que su patrimonio aumenta a mayor velocidad que riqueza de la sociedad.
La cuestión de la desigualdad en la distribución de la renta ya la dejó caer hace unos días la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, cuando aseguró que estaba "muy preocupada" por lo que denominó el "mayor incremento en las disparidades de la riqueza y los ingresos" desde el siglo XIX. Estados Unidos el tercer país con mayores desigualdades en la distribución de la renta dentro de los estados de la OCDE, solo por detrás de Turquía y Chile. Los economistas utilizan para medir esta variable el conocido como índice de Gini, que para Estados Unidos era de 0,39 en 2011. Ningún país europeo ha llegado a estos niveles, y quien más se ha acercado ha sido España, con un 0,34.
En este contexto, el BCE no es insensible a los vínculos entre sus decisiones de política monetaria y la distribución de la renta. Hace unos días, uno de los miembros del consejo, Yves Mersch, "Tenemos que ser conscientes de que hay consecuencias distributivas en nuestras acciones, y éstas podrían ser particularmente importantes en momentos de tipos excepcionalmente bajos y con medidas no convencionales. En particular, las compras de activos a gran escala parece que amplía la desigualdad de los ingresos", apuntó este economista.
La cuestión es que quienes no tengan en cartera la clase de activos que compre el BCE saldrán perjudicados en términos relativos. A modo de ejemplo, el Banco de Inglaterra calculó que las inyecciones de 325.000 millones de libras que llevó a cabo hasta mayo de 2012 aumentaron la riqueza de los hogares británicos en más de 600.000 millones de libras. Esto equivaldría a unas 10.000 libras por persona si la riqueza se distribuyera de forma equitativa. Pero en realidad no es así, porque solo el 5% de los hogares mantiene en torno al 40% de la riqueza en forma de acciones, bonos o bienes inmuebles.
En Europa, la experiencia sería más o menos la misma que en Estados Unidos, apunta John Silva, economista de Wells Fargo. "Los precios de la vivienda subirán y las valoraciones de los activos financieros se elevarán, por lo que quienes tengan más cantidad de estos bienes tenderán a beneficiarse más", explica este experto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario