TRAS LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO
"La estrategia de las discográficas de atacar a los internautas ha fracasado"
La industria discográfica no podrá recopilar datos de los usuarios de redes de intercambio de archivos peer to peer (P2P) sin su consentimiento expreso. Ya lo dijo la Agencia Española de Protección de Datos y más tarde la Audiencia Nacional. Pero por si había alguna duda (y en Promusicae las tenían), el Tribunal Supremo ha fallado en este sentido para zanjar definitivamente el asunto.
Tras la sentencia del Tribunal Supremo, que desestima el recurso interpuesto por Promusicae (Productores de Música en España) contra una sentencia de la Audiencia Nacional de 2011, la industria musical se ha quedado sin argumentos jurídicos para recabar los datos de los usuarios de redes de intercambio P2P sin el conocimiento de éstos. Que es lo que pretendía.
Todos los órganos judiciales han coincido en que las direcciones IP son datos de carácter personal y están sujetos a la protección de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), ya que contienen información referida a personas físicas "identificadas o identificables".
Promusicae, "una colección de guerras fracasadas"
En la misma línea se han manifestado los juristas preguntados al respecto. "Era impensable que fuera legal entregar las direcciones IP de los internautas a una entidad privada. El derecho a la intimidad en nuestro ordenamiento jurídico es primordial, y se encuentra por encima del derecho a la propiedad intelectual", ha explicado al respecto el abogado Carlos Sánchez Almeida.
La industria musical había contratado los servicios de la compañía DtecNet Software para barrer las redes de intercambios de archivos y localizar a los internautas que se los descargaban con el fin de poder denunciarlos por violar la Ley de Propiedad Intelectual.
"Todas las guerras abiertas por Promusicae han fracasado. Tanto en España como en Europa. Un ejemplo lo tenemos en el largo pleito de Pablo Soto, que al final quedó en nada. Tras esta última sentencia se ha demostrado que la estrategia de las discográficas de atacar a los internautas ha fracasado. Que dejen la música en manos de los músicos".
En la misma línea se ha manifestado el abogado Jaime Antequera: "Intentar llevar algo que consiste en compartir cultura entre ciudadanos al terreno jurídico represivo no tiene sentido. Sí lo tendría crear alternativas como ya lo han hecho otras compañías como Spotify o Filmin y que han puesto fácil el acceso a la cultura a los ciudadanos".
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