¿En qué banco español invertir ahora?
Cristina Vallejo
Aprobado el examen que evalúa la solidez del sistema financiero europeo, hay que seguir discriminando para encontrar aquellas entidades que ya están aprovechando su fortaleza para crecer.
La banca española ha aprobado las pruebas de solvencia. A nivel general, podemos decir que incluso con nota en comparación con el resto de Europa. En primer lugar, porque los dos grandes, BBVA y el Santander, junto con ING, serían las entidades sistémicas que con más holgura resistirían una nueva crisis. En segundo lugar, y más importante, porque el capítulo de los exámenes destinados a la evaluación de los activos, la AQR o «asset quality review», como afirma Sara Herrando, de Norbolsa, no ha presentado demasiada desviación respecto a la que tenían realizada las propias entidades, la nueva calificación de los activos no les «come» apenas capital. Sólo les mermaría capital el deterioro de la economía.
En definitiva: las entidades españolas llegaron a los exámenes muy preparadas y, por eso, José Ramón Iturriaga, de Abante, comenta que está justificado que, de ahora en adelante, la banca española lo siga haciendo mejor que la europea en bolsa. Nuria Álvarez, de Renta 4, precisa y comenta que las entidades de nuestro país salen ganadoras, pero sólo respecto al resto de la periferia. Porque Italia ha sido el país con más suspensos y porque los sistemas financieros de Portugal y Grecia, pese a los sendos rescates, aún presentan una gran debilidad.
No es un examen de rentabilidad
Pero, cuidado, Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, muestra los déficits de los exámenes de solvencia: «Se ha revisado la cartera de activos y la solvencia, pero el que se ha realizado no se trata de un test de rentabilidad». La rentabilidad de un banco viene, fundamentalmente, de su actividad crediticia. Y, ahora, el grifo del crédito sigue sin abrirse. Porque no hay demanda. Por eso, Bernal afirma: «No veo a la banca española ganando competitividad respecto a otras de Europa. Sí es posible que esté más saneada y eso le puede ayudar en el caso en que comience a encontrar demanda solvente a la que prestar».
Sí, según Gemma Hurtado, cogestora del fondo Mirabaud Equities Spain, lo que falla ahora mismo es la demanda: «La oferta de crédito está asegurada por las medidas puestas en marcha por el Banco Central Europeo. Pero falta que la demanda se despierte y ésta sólo lo hará cuando haya expectativas de crecimiento claras. Hay que confirmar que esta recuperación es sostenible y ver que, con el paso de los trimestres, se acelera».
Posiblemente, las buenas sensaciones que dejaron los resultados de los exámenes de solvencia se frustraron en los mercados cuando se conoció, el lunes, el Ifo alemán, esto es, el índice de confianza empresarial en la primera economía europea, que volvió a decepcionar. Los bancos europeos se pueden quedar en ser simplemente solventes y no rentables. Además de la inexistencia de demanda, el entorno actual no favorece el negocio bancario tradicional, como explica Hurtado: no sólo tenemos tasas de crecimiento económico muy bajas, sino que también los tipos de interés son reducidísimos.
Pero no hay que meter a todo el sector (ni europeo ni español) en el mismo saco. Gemma Hurtado advierte de que el inversor tiene que ser muy selectivo. Y, para ello, puede aprovechar el plus de información que conoce gracias a los exámenes de solvencia.
Hurtado da una clave que ayuda a discriminar: las mejores entidades son las que no tienen que hacerle caso a sus balances por estar ya limpios y se pueden centrar en hacer crecer el negocio, sobre todo arañando cuota de mercado, porque no hay mucho más margen en estas circunstancias.
Los preparados para crecer
Según Hurtado, una de las que cumple con estas dos condiciones es Bankinter, que partía con ventaja incluso en tiempos de crisis debido a su escasa exposición al negocio promotor. Ello le ha dado margen para darle prioridad al crecimiento, que ha preferido centrar en banca privada, aunque también en créditos a pequeñas y medianas empresas. Y, a día de hoy, como explica Nuria Álvarez, de Renta 4, ya cuenta con ratios de rentabilidad sobre los activos (ROA) y sobre el capital (ROE) y con crecimientos del beneficio por acción por encima del resto del sector. Y, aunque cotiza a ratios más exigentes, de momento el mercado parece seguir queriendo mantener un trato de favor a sus acciones. También porque cuenta con la ventaja de pagar su dividendo íntegramente en acciones.
En situación de comenzar a centrarse más en el negocio que en el balance se encuentra Bankia, asegura Hurtado. El rescate, quizás de excesiva cuantía a la vista de la holgura con la que ha superado los test de estrés, así como la transferencia de los activos dudosos a la Sareb, le han dejado margen para que se centre en el negocio bancario tradicional y crezca en concesión de créditos. Aunque, de momento, según precisa Álvarez, sus ratios de rentabilidad aún son bajos. Además, sobre sus acciones pesa que su accionista principal, el Estado, tendrá que ir vendiendo acciones. «No remonta, no logra superar los 1,5 euros a que el FROB realizó la primera desinversión», cuenta Álvarez.
Sabadell, CaixaBank y Popular, aún problemas
Pero las circunstancias descritas para Bankinter y Bankia ya no son las mismas que las del Popular. «Me han sorprendido los resultados que ha obtenido, porque revelan que está confortablemente capitalizado. De todas maneras, aún no está lo suficientemente saneado como para que comience a centrarse en el negocio y en ir aumentando cuota de mercado: sus necesidades de provisiones están superando las previstas por su plan estratégico», explica Hurtado. También Álvarez constata la situación de mayor debilidad del Popular, debido a que tendrá que seguir provisionando y porque su cartera puede sufrir en caso de que sean suspendidos los suelos de las hipotecas. También Liberbank sería vulnerable ante esta situación. Y, además, cuando comience a subir el euribor estas dos entidades tardarán más en ver repreciaciones en su activo.
En el caso de CaixaBank y el Sabadell, según comenta Hurtado, el problema es que, en lugar de apostar por el crecimiento orgánico, han optado por la integración de entidades con balances problemáticos y aún tienen que completar estos procesos de digestión. Aunque Álvarez valora positivamente del Sabadell que la recalificación de activos no afecte en nada a sus ratios de capital y que en CaixaBank la gestión sea excelente. Pero Iturriaga dice que el castigo que está sufriendo en bolsa la entidad se debe a la decepción que ha sufrido en la evolución de sus márgenes en el tercer trimestre.
Iturriaga comenta que, como había más dudas respecto a Popular y a Sabadell y ambos han salido bien parados del examen, es posible que comiencen a hacerlo mejor en bolsa en términos comparativos con el resto del sector. Él ahora mismo tiene en cartera a todos los bancos domésticos españoles, a excepción de Liberbank. Respecto a este último, comenta:«Estratégicamente, es el que menor sentido tiene de todos. Acabará integrado dentro de otro grupo». Álvarez aconseja sobreponderar Liberbank, porque está más barato y, pese al suspenso cosechado, se anticipó e hizo los deberes, mientras que aconseja infraponderar Bankinter y Bankia, por cuestiones de valoración.
Decía Iturriaga que tiene todos los bancos domésticos, debido a que sus balances ya no tienen problemas, a que no necesitan capital, a que los niveles de morosidad van a la baja, así como sus necesidades de provisiones...
¿Y los grandes?
En cambio, Iturriaga no tiene a ninguno de los grandes. En el caso del Santander, porque es un conglomerado muy difícil de valorar. En el caso de BBVA, pese a que su diversificación geográfica le gusta más que la de su competidor. Tal es así que Álvarez aconseja sobreponderar BBVA, pese a sus deberes pendientes en España para mantener su rentabilidad. Pero es que, según argumenta la experta de Renta 4, le beneficia la apreciación del dólar, además de la bonanza económica que atraviesan tanto EE.UU. como México, países en los que está presente, y que pueden compensar los posibles problemas que puedan estallar en Turquía.
En el caso del Santander, lo que le preocupa a Álvarez es Brasil. También, el problema de su dividendo: no tiene capacidad de pagar en metálico la cuantía que ahora remunera en acciones, por lo que irá más despacio que sus competidores en la normalización de su política retributiva. En cambio, valora positivamente su evolución tanto en el Reino Unido como en Polonia, así como su estrategia de continuar creciendo, aunque con adquisiciones, en el negocio de las tarjetas y el crédito al consumo: son actividades más arriesgadas, pero también más rentables.
Hurtado, aunque reconoce que los grandes bancos españoles han quedado mejor que su competencia, también se queda antes con BBVA que con el Santander, máxime ahora que en Brasil ha ganado las elecciones Dilma Roussef, y que el Gobierno mexicano ha puesto en marcha un programa de desarrollo en varios sectores de su economía, el financiero entre ellos, del que debe sacar partido BBVA.
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