Los precios caen a plomo en España. El avance del Índice de Precios al Consumo (IPC) correspondiente al mes de enero, hecho público hoy por el INE, arrojó un descenso del 1,7% en enero respecto al mes anterior y recortó cuatro décimas su tasa interanual, hasta el -1,4%, debido principalmente al descenso de los precios de la gasolina y el gasoil. En paralelo, el organismo estadístico adelantó un crecimiento en el pasado ejercicio del 1,4%, en línea con lo ya avanzado con el Banco de España.
La tendencia de los precios parece clara, al punto que el servicio de estudios de Funcas alienta un mayor descenso de los precios en términos interanuales al menos en los próximos dos meses, debido al hundimiento del coste del barril de crudo y al ‘efecto escalón’ que se produce al comparar con el año anterior.
Los últimos datos del INE ya avanzaban esta evolución, después de que la cesta de la compra habitual de los hogares españoles se abaratara un 1% en diciembre con respecto al mismo mes de 2013. O lo que es lo mismo, si antes costaba 100 euros, ahora se limita a 99 euros. Se trataba de la primera vez en la historia reciente de España en que los precios terminaban un año en negativo. 
 Y no quedaba ahí la cosa. El -1% de diciembre constituía el mayor descenso interanual de los precios desde el 1,4% registrado en julio de 2009, es decir, cuando la economía -española y mundial- todavía estaba sintiendo los coletazos del colapso provocado por la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. Detrás de esta caída ya se encontraba como protagonista principal el desplome de la cotización del petróleo.
Precisamente el dato de inflación subyacente –que no facilita el INE en su dato avanzado y que excluye carburantes y combustibles- es el guarismo que permitirá en su momento una lectura más fina. De hecho, es el que alienta el debate entre los desinflacionistas.