viernes, 30 de enero de 2015

Cosas del crudo...

La guerra sucia del petróleo


 K. Gloger, S. Gronwald, N. Höfler y c. Wiechmann - XL Semanal
Nos encontramos ante un cambio radical en la historia del oro negro, un vuelco como no se había visto desde los años setenta, cuando la crisis del petróleo provocó disputas sin precedentes por las materias primas. La nueva economía del crudo está alterando el reparto de poder en el mundo. En los pozos se está librando una guerra con Estados Unidos y Arabia Saudí, por un lado, y Rusia e Irán, por el otro. El lema: «Bombeémosles hasta que mueran».primir
Dakota del Norte. Un operario acciona el joystick de la torre de sondeo y hunde en la tierra la cabeza de acero de su perforadora. Alcanza la marca de 600 metros. Los motores rugen. Faltan otros 2500 para llegar a la formación Bakken. Una estructura rocosa que esconde 24.000 millones de barriles de petróleo.
La formación Bakken es una capa de solo 40 metros de grosor, pero que ocupa una superficie de más de 520.000 kilómetros cuadrados. Dentro de ella, yace la nueva fuente de riqueza estadounidense. «Para nosotros, el yacimiento Bakken es como un banco», dice la gente de Dakota. «El dinero está ahí abajo, solo hay que ir a sacarlo». Este banco ha enriquecido a muchos granjeros, que se han convertido en millonarios de un día para otro. Pero no solo se perfora en Dakota, también en Texas y Montana. Estados Unidos se ha convertido en una superpotencia petrolera en tan solo seis años. Está ya al nivel de la mismísima Arabia Saudí. Como primera consecuencia, el poder de los jeques y de su cártel particular, la OPEP, se tambalea. «Hay gobiernos al borde del shock», afirma Daniel Yergin, experto en temas petroleros. «Estamos en el comienzo de una nueva era en la historia del petróleo y de su precio».
Dan Sandaker, el operario de la perforadora de Dakota, lleva 15 años en este negocio. Su tarea consiste en abrir un agujero tras otro y dejar paso a los frackers. Ellos inyectan agua y sustancias químicas en los orificios para extraer así el petróleo atrapado en las rocas de las profundidades. Se desconoce el efecto que estas sustancias tienen sobre el medioambiente. Lo que importa ahora es que el fracking produce petróleo. Hace diez años, Estados Unidos solo extraía un par de miles de barriles diarios (un barril tiene 159 litros). Hoy son 1,1 millones de barriles. Y en un solo día. El petróleo americano ha provocado un exceso de oferta: hay más petróleo circulando del que se consume. La teoría del peak oil, que sostenía que ya se había alcanzado un máximo de producción y que a partir de ahí las cantidades extraídas irían siempre en retroceso, ha dejado de ser cierta.
LAS CONSECUENCIAS. Ese exceso de oferta está haciendo que países como Venezuela, Rusia o Irán estén perdiendo cantidades ingentes de dinero. En Europa, por el contrario, el bajo precio del petróleo lo que hace es estimular la economía. Evidentemente, en Dakota del Norte también están apareciendo damnificados. En verano, con el precio a 115 dólares el barril, todos los pozos del campo Bakken eran rentables. Pero ya no. «El precio no puede caer mucho más», dice Sandaker, el operario. «Si lo hace, muchos tendremos que cerrar». Pero es positivo: él cree que una crisis de pequeñas dimensiones no vendría mal. «Eliminaría a esa competencia que ha entrado en el sector con una financiación poco sólida». Los fuertes sobrevivirán y la economía de libre mercado también. Sandaker quiere creer que el precio del petróleo volverá a subir en un par de meses. De una forma o de otra, su país sale ganando. Los bajos precios de la energía están revitalizando la economía. El presidente Obama habla de una «reindustrialización» de Estados Unidos. El petróleo está haciendo que América sea más poderosa que nunca, también desde un punto de vista político. Un antiguo asesor del Pentágono, Edward Luttwark, lo resume así: «El bajo precio del petróleo está hundiendo a nuestros rivales sin que nosotros tengamos que hacer nada».
LA OPEP Y ARABIA SAUDÍ. Viena, sede central de la OPEP. Noviembre. La cumbre de ministros de los países de la OPEP está a punto de vivir una confrontación total entre sus miembros. El más poderoso entre los presentes es Ali bin Ibrahim al-Naimi, que desde hace 20 años ocupa el cargo de ministro del Petróleo de los reyes saudíes. Un par de palabras de este hombre son capaces de sacudir mercados enteros. En teoría, ante la bajada del precio del barril, los países de la OPEP que juntos controlan un tercio de la producción mundial deberían reducir las cantidades que extraen cada día. De esa forma habría una menor oferta, lo que tiraría de los precios de nuevo hacia arriba. Hasta ahora, siempre había sido así. Pero Ali bin Ibrahim al-Naimi, formado en las universidades de élite de Estados Unidos, ya no está por la labor.
Teme por el futuro del poder saudí en esta nueva época. Aramco, la petrolera estatal saudí, lleva desde el verano vendiendo crudo a Asia a un precio muy rebajado. Y ahora Al-Naimi también está decidido a vetar la reducción de las cuotas de la OPEP, pese a las presiones de los representantes de Venezuela e Irán. Su negativa supone un cambio de paradigma cuyas consecuencias ya se perciben en todo el mundo. Por primera vez, a los jeques no les mueve la estabilidad de los precios, sino el mantenimiento de su propia situación de poder en el mercado. Reducir la producción no sirve a los intereses de Arabia Saudí, declaró Al-Naimi. Arabia Saudí quiere mantener su cuota de mercado sea como sea, no quiere cederle el negocio a ese nuevo competidor que es Estados Unidos, aunque para ello tenga que renunciar a miles de millones. «Si cae el precio, que caiga», afirmó Al-Naimi. «Afectará gravemente a otros antes de que nosotros lleguemos siquiera a notarlo».
Arabia Saudí es por ahora el mayor exportador de petróleo del mundo. En ningún otro lugar, la extracción es más rentable que en los grandes campos petrolíferos del desierto, de cuatro a cinco dólares el barril, nada más. Por comparación, en Dakota del Norte el coste de extracción alcanza de 50 a 70 dólares. Por lo tanto, los saudíes pueden seguir extrayendo petróleo con beneficios incluso con unos precios en el mercado mundial muy bajos. Eso sí, las fabulosas ganancias del pasado son eso, cosa del pasado. Unos precios bajos del petróleo también suponen una presión importante para el régimen chií de Irán, uno de los rivales más molestos para los gobernantes suníes de Riad. Los iraníes creen que tras la postura saudí se oculta una estrategia política: el petróleo como arma. Thomas Friedman, columnista del New York Times, se preguntaba: «¿Está en marcha una guerra mundial del petróleo, con Estados Unidos y Arabia Saudí, por un lado, y Rusia e Irán, por el otro?». El lema podría ser: «Bombeémosles hasta que mueran».
LOS CHINOS. Múnich, una mansión en el barrio de Schwabing. Aquí tiene su oficina Michael Heise, economista jefe de Allianz, una de las mayores aseguradoras del mundo. Los análisis que realiza este hombre influyen en las operaciones de su empresa, uno de los cinco mayores inversores del planeta, con 1,8 billones de euros a su disposición. Heise lleva semanas ocupado con el precio del petróleo. «El precio dice seguirá bajo, incluso es posible que baje un poco más. No volverá a subir hasta la segunda mitad de 2015. Y los efectos serán considerables. Europa crecerá un 0,5 por ciento adicional gracias solo al precio del petróleo». Todos los países industriales, que dependen de las importaciones de petróleo, se beneficiarán. «Y también supone un importante beneficio para muchos países en vías de desarrollo», asegura Heise. Los chinos están llenando sus depósitos con petróleo barato mientras prometen inyectar ayuda financiera a Rusia y Venezuela. La influencia política de China en el mundo crecerá.
LOS RIESGOS. Pero los bajos precios del petróleo también albergan riesgos. En Europa podrían contribuir a una deflación. Y causar turbulencias en los mercados financieros. Muchas empresas petroleras de Estados Unidos operan gracias a una financiación cuestionable, el boom del fracking ha atraído a muchos inversores codiciosos. Hay unos 200.000 millones de dólares en créditos de alto riesgo moviendo la maquinaria del sector petrolero. Si esta financiación precaria se traduce en impagos, si la burbuja explota, la onda expansiva podría alcanzar a la Bolsa. En Wall Street todo el mundo está nervioso.Y a esto hay que sumar los riesgos políticos. Las incógnitas son muchas. ¿Seguirán los saudíes fieles a su estrategia? ¿Cómo se comportará Irán? Y, sobre todo, ¿qué pasará con Rusia, el país que representa el principal factor de riesgo político en la nueva era?
LOS RUSOS. Berlín, una lujosa casa a orillas del Wannsee. Varias figuras prominentes de la economía alemana se reunieron en verano con Igor Ivanovich Sechin, de 54 años y presidente de Rosneft, el principal consorcio estatal ruso. Un hombre poderoso, probablemente el más poderoso después de Putin. Lo llaman el Zar de la Energía, pero también Darth Vader.
Sechin sirvió en el KGB, al igual que Putin. Luego estuvo a sus órdenes como jefe de gabinete. Bajo su dirección, la empresa estatal Rosneft, en situación de bancarrota fáctica, se convirtió en el principal contribuyente a las arcas públicas rusas y en uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo. Prácticamente el 50 por ciento de los ingresos por exportaciones rusas proceden de la venta de petróleo. Se puede decir que Sechin es el hombre que hace posible el poder de Putin. Y Putin necesita un precio del petróleo de al menos 95 dólares el barril, 40 dólares por encima del actual, para mantener su estado. Esa mañana de verano a orillas del Wannsee, Putin ya se ha anexionado Crimea, y en Ucrania acaba de empezar la guerra. Europa y Estados Unidos han impuesto sanciones, medidas que afectan también a la industria petrolera rusa. La presencia de Igor Sechin está pensada como una señal, como una medida para transmitir confianza... por ambas partes. Sechin anuncia que necesita dinero, tecnología, equipos de perforación, todo lo que las sanciones le niegan. Los viejos campos petrolíferos siberianos cada vez producen menos. Y extraer petróleo de unos pozos casi agotados se hace cada vez más laborioso y caro; tienen que buscarlo en lugares más remotos, incluso en pleno Ártico. Algo que solo resulta rentable con un precio del petróleo muy alto.
A finales de septiembre, Rosneft anunció que se había encontrado petróleo en el mar de Kara. Pero entonces los socios americanos comunicaron que abandonaban el proyecto. La conquista del Ártico quedaba aplazada sine díe. Rusia necesita el petróleo, sin él no tiene futuro. Se ha perdido la oportunidad de modernizar el país, de diversificar su economía. «La 'burbuja Putin' está explotando», afirma el economista Paul Krugman. Las reservas de divisas disminuyen a toda velocidad, la fuga de capitales se ha doblado. La inflación alcanzará este año el diez por ciento. En Moscú se culpa a Occidente de la caída del precio del petróleo. La teoría de la conspiración está a la orden del día. Si todo sigue así, los expertos temen que la economía rusa no tarde en colapsar... con consecuencias imprevisibles para el resto del mundo. El riesgo de que la crisis se salga de control es demasiado grande.
VENEZUELA. Enero, Venezuela, en un barrio del extrarradio de Caracas. Aquí, la crisis ya está fuera de control. No hay leche en las tiendas. Edgar Avellano reza en voz baja: por favor, que el precio del petróleo siga hundiéndose... y que con él se hundan la economía y este Gobierno disparatado. Si el pueblo no puede derribar al régimen, quizá lo consiga el petróleo. El presidente aparece en televisión esa misma tarde. Primero culpa a la América capitalista de estar librando una «guerra del petróleo» contra su pueblo, luego anuncia reformas. Pero lo importante no lo dice: la inflación supera el 60 por ciento, la deuda está disparada, la producción de petróleo cae año tras año. Y con cada dólar por barril que baja el precio del petróleo, el país deja de ingresar 700 millones de dólares anuales. Los expertos financieros prevén la bancarrota del Estado para este 2015. La probabilidad de que ocurra la sitúan en el 93 por ciento.
Los antiguos beneficiarios por el petróleo han visto su posición amenazada de un día para otro. El 2015 no solo podría ser el año del hundimiento para Venezuela. También hay mucho en juego para el hombre sentado en la torre de perforación en Dakota del Norte. Y para el soberano del Kremlin, para los jeques saudíes, para los mulás de Irán. Antoine Halff, de la Agencia Internacional de la Energía, afirma: «El poder se está desplazando desde los productores hacia los consumidores, desde los vendedores hacia los compradores». Una nueva era del petróleo ha comenzado.
Estados unidos."frack, baby, frack!"
-Obama ha declarado la independencia energética del país como objetivo prioritario. Están cerca de lograrlo. Producen 15 trenes de 100 vagones cada uno llenos de petróleo, al día. El lema del momento es: «Frack, baby, frack!», en alusión a la técnica de extracción: el fracking.
-8,4 millones de barriles de petróleo al día produce. Desde 2008, la extracción se ha duplicado.
-0 por ciento del presupuesto estatal procede de la exportación de crudo. EE.UU. produce el diez por ciento de la oferta global, pero hasta ahora no exportaba ni un barril. Lo dedicaba al consumo propio por ley desde la crisis de los 70 (solo estaba autorizada su venta a Canadá, y la de productos refinados). Ha empezado a exportar, pero con muchas restricciones. Si libera su exportación, alterará el mercado.
-60 dólares cuesta la extracción de un barril de petróleo en Dakota del Norte con la técnica del fracking.ü
Arabia Saudí. barato, barato
-En lo económico, los jeques desafían a los frackers manteniendo el precio del petróleo bajo. En lo político, desgastan a Irán y al Estado Islámico.
-331.000 millones de dólares es el valor de las exportaciones de petróleo en 2014.
-90 por ciento del presupuesto estatal procede de la exportación de crudo.
-4-5 dólares es lo que cuesta extraer un barril de petróleo del desierto.
Rusia, helados
-Las compañías petroleras financian al Estado. Sus nueva explotaciones, como la de la región ártica de Pechora, son cada vez más costosas.
-282.000 millones de dólares reportaron las exportaciones de petróleo en 2014.
-40 dólares más por barril necesita Putin para cubrir los Presupuestos del Estado.
-44 dólares es lo que cuesta extraer un barril de petróleo en Rusia.
... Y LLEGÓ EL ESTADO ISLÁMICO
El nuevo escenario del petróleo tiene un protagonista inesperado: el Estado Islámico. Los yihadistas que, aprovechando la rebelión contra Bashar al-Assad en Siria, se han apoderado de una parte de Siria y otra de Irak son una preocupación no solo para Occidente, también para Arabia Saudí e Irán.
-UNA PARTIDA DE AJEDREZ. Se juegan el control de la región en una partida de ajedrez muy compleja y 'regada' de petróleo. 'Maniobrando' con el precio del barril se altera el mapa político. El principal actor en esta partida es Arabia Saudí, que pretende frenar el crecimiento de Estados Unidos como potencia petrolera, pero que también busca asegurar su poder en la zona.
-ARABIA SAUDÍ, AMENAZADA. Aunque circulan teorías de que los saudíes podrían haber financiado al Estado Islámico, lo cierto es que para su país supone una amenaza como para Occidente. El Estado Islámico ha pedido a sus partidarios en Arabia Saudí que atenten contra funcionarios del Gobierno. Bajando el precio del petróleo, los saudíes debilitan al Estado Islámico, que, según Estados Unidos, ingresa un millón de dólares al día de la venta de petróleo y productos refinados que ha capturado en la zona ocupada.
-IRÁN, EN EL PUNTO DE MIRA. Debilita también a Irán, que necesita el petróleo a 100 euros para mantener su presupuesto. Arabia Saudí e Irán están enfrentados por el control de la zona y por el hecho de que unos los príncipes saudíes son suníes y otros los mulás iraníes son chiíes. Irán está en un buen momento: ha logrado evitar la caída en Siria de Assad, proiraní, le beneficia que haya un gobierno chií en Irak y ha estrechado lazos con Rusia y China. Arabia Saudí, en cambio, está peleada con sus vecinos Catar, Yemen. y Líbano. Su única 'victoria' reciente es en Egipto, su mayor aliado, donde han conseguido (presionando e inyectando dinero) expulsar del poder a los Hermanos Musulmanes y seguir manteniendo un cierto control sobre el país.
-Y LOS NUEVOS ENEMIGOS. Los saudíes no se pueden permitir tener un enemigo añadido como el Estado Islámico. Por eso, dicen los expertos, la cantidad de crudo en el mercado se disparó justo cuando el Estado Islámico conquistó la ciudad iraquí de Mosul. Permitiendo la bajada del petróleo, los saudíes mantienen su hegemonía en la región. Pero solo pueden hacerlo un tiempo limitado sin debilitar su propia economía. La pregunta es ¿cuánto?

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