Grecia, tradicional cuna de la democracia, se ha acostumbrado a ser en los últimos años la tumba de los mercados. Los titulares siempre vuelven. Los comicios celebrados en el país heleno el pasado domingo y el ascenso al poder del partido radical, Syriza, se están cobrando un severo peaje en los mercados. El dinero escenifica una desbandada del país heleno que se traduce en la tercera jornada consecutiva de fuertes caídas en el parqué que arrastran al índice ASE de Atenas hasta su nivel más bajo desde septiembre de 2012, en plena tormenta perfecta de los mercados.
No hay paz para los mercados de renta variable, pero tampoco en los derenta fija ante la posibilidad de una renegociación de la deuda del país con una más que posible quita. La estampida inversora también se refleja en el bono a diez años griego, que escala 91 puntos básicos hasta el 10,3% con la prima de riesgo por encima de los 1.000 puntos básicos. Aunque los niveles invitan a la preocupación, el bono heleno está acostumbrado a los sobresaltos(consultar gráfico adjunto) y a finales de 2011, en plena negociación de su segundo rescate europeo, llegó a superar el nivel del 30%.
En el resto de Europa, los países periféricos también reaccionan a los movimientos en Grecia con la prima de riesgo española escalando al nivel de los 110 puntos básicos con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,48%. En el caso del rendimiento del bono transalpino, también repunta hasta situarse en el 1,60% y el portugués escala hasta el 2,56%. En el caso del bund alemán, la rentabilidad se sitúa en el 0,376%.
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