En 2011 los bancos cerraron el grifo del crédito en buena parte de Europa. En España conocemos de sobra la historia: si los bancos no prestan, las empresas no pueden financiarse. Y entonces se ven obligadas a cerrar. Solo sobreviven los peces más grandes y eso en un país de ‘micropymes’ es letal.
En Italia las empresas son incluso más pequeñas que en España. Cuentan con 4 empleados de media frente a los 4,7 que tenemos en España. Y sin embargo, parece que están capeando el temporal bastante mejor que nosotros.
De acuerdo con una encuesta sobre acceso al crédito elaborada por el Banco Central Europeo, un 23% de las pequeñas y medianas empresas españolas asegura que tiene cada vez “más difícil” financiarse, frente a solo el 7% de las italianas.
“España podría aprender de las facilidades para la financiación de empresas que se han impulsado desde el Gobierno italiano” decía Llorenç López Carrascosa, responsable de EY (antes Ernst&Young) en España, en el foro que organizó la firma para impulsar el crecimiento de la región mediterránea.
Los italianos han aprovechado el desafío que presentaba la crisis económica para ponerse a pensar y sacar algo nuevo, que nunca se había puesto en práctica en Europa. Lo han llamado ‘mini-bond’.
¿Cómo funcionan los mini-bonds?
En 2012 se sacó adelante el llamado “Decreto de Desarrollo”, que elimina los obstáculos jurídicos y fiscales para que las pequeñas y medianas empresas pudieran emitir deuda en la ‘Borsa de Italia’ en forma de ‘mini obligaciones’, por cantidades inferiores a los 20 millones de euros y con un interés medio del 6%.
Esta norma se acompañó de un “empujón” del lobby industrial y del Gobierno para promover esta forma de financiación. En 2013 empezó a funcionar el sistema “ExtraMOT”, una especie de MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija) hecho a medida de las pymes.
Al acudir a este mercado, las pymes italianas no son tan dependientes del crédito bancario y diversifican su riesgo. Además, los “mini-bonds” son mucho más flexibles.
Las primeras compañías en probar las facilidades del ExtraMOT no eran precisamente Pymes, eran empresas muy potentes y las cantidades emitidas estaban muy por encima de las previstas. Pero poco a poco compañías más pequeñas empezaron a entrar en el mercado y ahora mismo la mayor parte de las emisiones son más modestas, por debajo de los 10 millones de euros.
De hecho, de acuerdo con los últimos datos, un 80% de las emisiones del ExtraMOT están hechas por pymes. En cambio en nuestro MARF no existen emisiones tan pequeñas.
En cuanto a los inversores, la cosa está en marcha. Cerca de una docena de entidades han decidido apostar por este instrumento. Entre ellas se encuentra, por ejemplo, el gigante bancario francés, BNP Paribas. Parece que la idea les ha salido bien a los italianos y la previsión es que este mercado siga creciendo. Según el último barómetro, solo en los tres primeros meses de 2015 se emitieron más de 100 de estos bonos por un valor medio inferior a los 5 millones de euros.
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