Alcalde de Oviedo
"Dejaremos en manos privadas la menor cantidad de dinero posible"
El domingo descansó, porque las circunstancias de su llegada a la alcaldía fueron agotadoras. Pero el lunes, a primera hora, Wenceslao López conoció su nuevo despacho y empezó a darle uso de inmediato. El nuevo regidor socialista de Oviedo, el primero que no pertenece al PP desde 1991, ha comenzado sus reuniones con Somos e IU para formar un equipo de gobierno. El guion que han fijado pasa por cambiar en primer lugar la estructura del Ayuntamiento para luego decidir quién se pone al frente de cada área. López asegura que el proceso debe ser rápido para que la administración coja con rapidez su velocidad de crucero para atender las emergencias sociales planteadas por la crisis.
MARTES 16 DE JUNIO DE 2015
¿Cuánto hubo de sorpresa en los primeros minutos del pleno del sábado?
Fue enorme. Cuando llegas a un acuerdo tan importante, donde todos los escenarios están previstos y sabes que lo a que a ti te gustaría que ocurriese, que es el gobierno de una mayoría progresista, con un alto grado certeza no va a ocurrir, para después ver que sí ocurre… Es el paso de una sensación de frustración a una alegría inmensa. Hemos conseguido que los ovetenses tengan una respuesta positiva a lo que votaron. Y si a eso unes, además, que tú vas a estar en la primera línea y que eso ocurre en un segundo, la satisfacción es enorme, se multiplica. Es más que una sorpresa, no sé ni cómo llamarlo.
¿Cómo transcurrieron esas poca más de 24 horas desde la reunión del viernes por la tarde con Somos y con IU hasta la investidura?
El mismo sábado nos volvimos a reunir las tres fuerzas para intentar buscar una solución al nuevo escenario. Ante la imposibilidad de que mi grupo apoyase a Somos, veíamos que del pleno iba a salir irrevocablemente un alcalde de derechas. Así frustrábamos el mandato de los ovetenses, y sí que iba a ser una frustración enorme. Ese mediodía no fueron posibles las soluciones y fue así como llegamos al pleno.
Antes, a última hora de la tarde del viernes, acudió al comité autonómico de la FSA. ¿Llegaba con la esperanza de convencer a su partido de que aprobara su pacto con Somos?
No. A mí solamente me correspondía defender mi posición. Exponer mi visión de la situación de Oviedo, que era diferente de la de Gijón, era una obligación moral. Dar una respuesta positiva al compromiso con los ovetenses era un reto importante. Como candidato y como responsable político, tengo que ver los problemas desde Oviedo. Ese fue mi enfoque: responder a lo que los vecinos pidieron el 24 de mayo.
¿Le sorprendió que no hubiera más debate, no encontrar más apoyos y más comprensión en ese comité?
No, no me sorprendió. No tenía expectativas mayores sobre el resultado. Allí hubo una visión diferente, una concepción distinta del modelo político, tanto el global como el particular de Gijón y Oviedo. Yo lo veo de otra manera, pero cada uno tiene derecho a exponerlo y defenderlo según su criterio. Es cierto que yo tenía una doble responsabilidad: analizarlo como secretario general del partido en Oviedo y como candidato.
¿Cómo quedan las relaciones con la organización autonómica?
Bien, muy normales. La FSA me ha felicitado, evidentemente, porque creo que es un resultado muy positivo para el partido. Lamento lo de Gijón, y el partido sabe que he trabajado intensamente durante el proceso para conseguir el mejor resultado allí. No ha sido posible. La agrupación de Podemos es distinta de la de Oviedo. Son candidaturas totalmente distintas, no tiene nada que ver. Diría que en Gijón son totalmente incoherentes con una posición de progreso. Ahí están los hechos para demostrar esa diferencia abismal.
Ya es alcalde y ha comenzado contactos con Somos e IU para formar un equipo de gobierno conjunto. ¿Qué se le viene encima?
De momento vamos bien, muy bien. Somos, IU y nosotros ya llevamos trabajando juntos casi tres semanas y hemos conseguido avances importantes. Hemos llegado a algo de tanto valor como un programa común de progreso para Oviedo. Es sólido, realizable y muy positivo para los ovetenses. Y es también un triunfo de la capacidad de diálogo. Nos hemos puesto de acuerdo muy pronto, prácticamente no ha habido discrepancias. Lo digo de verdad. Han sido mínimas. Yo diría que hay un 95% de acuerdos sobre el programa. Ese trabajo en común, además, ha sido muy útil para conocernos, saber qué pretendemos y ver nuestras filosofías. Hay muchos puntos de convergencia. Ahora necesitamos un gobierno estable para poner en marcha y sacar adelante ese plan común. Tenemos que demostrar a los ovetenses que somos capaces de pasar de la teoría a la práctica y dotarnos de instrumentos para llevar a cabo el proyecto.
Somos e IU han empezado las conversaciones pidiendo una reorganización del Ayuntamiento. ¿En qué se puede avanzar?
Ya hemos trabajado intensamente en el modelo del Ayuntamiento y en la organización de las áreas de gestión. Incluso ya he verificado con el secretario municipal si los cambios que planteamos son viables. Lo son. Se trata de adecuar la estructura municipal a la gestión. Queremos recuperar lo que el Ayuntamiento ha ido externalizando en estos 24 años de gobiernos del PP. Queremos una arquitectura organizativa que en el futuro, lo antes posible, sea capaz de asumir esos servicios privatizados. Es un modelo diferente en que el Ayuntamiento, en vez de repartir dinero, se dedicará a gestionarlo directamente. Queremos un mapa nuevo para dar una dirección política a esa estructura funcional renovada. Y aunque tenemos un mes de plazo antes de presentarla al pleno, queremos avanzar más rápido. Lo haremos en la mitad de tiempo, en 15 días si es posible. O en una semana, porque vamos a dedicar las horas que haga falta a rematar esa tarea.
¿En qué van a notar esos cambios los ciudadanos?
Verán una política mucho más cercana. Nuestro objetivo es implicar a la gente, que los ovetenses decidan qué servicios o qué infraestructuras demandan y tienen importancia. El ejemplo de lo que no se debe hacer es el túnel de San Lázaro, que supone dedicar los impuestos de los vecinos a hacer algo que ellos no quieren. Nosotros revertiremos los impuestos a los ciudadanos en lo que ellos quieran que se haga. Además, solo dejaremos en manos privadas la menor cantidad de dinero posible. El Ayuntamiento volverá a ser autosuficiente para asumir los servicios que debe prestar.
¿Qué va a cambiar y qué va a hacer desde cero?
Crearemos nuevos servicios municipales para auditar, controlar y fiscalizar los contratos que queden en manos privadas. Somos conscientes de que, por motivos legales, no vamos a poder municipalizar algunos servicios. Pero al menos debemos tener sobre esos contratistas capacidad fiscalizadora. Debemos saber que el dinero que se les paga se usa bien y llega a donde corresponde. También se van a ver pronto los planes de emergencia social para las personas que lo están pasando mal en esta crisis. En Oviedo hay 21.000 parados y hay que atenderlos. A ellos y a sus familias. Para eso están los impuestos, para cobrar a los que más tienen y dar servicios a quienes lo pasan mal.
Para Somos, los comedores escolares son una prioridad. Y no hay mucho tiempo para mantenerlos abiertos en verano.
Es un asunto acuciante. Haremos todo lo posible para evitar retrasos, porque es algo que no puede esperar.
Han destacado mucho el acuerdo para revisar la operación urbanística de los palacios de El Vasco y Buenavista. En el anterior mandato ya hubo una comisión de investigación. ¿Qué pasos puede dar aún el Ayuntamiento?
El asunto está ya en los juzgados, pero el Ayuntamiento aún puede hacer cosas. Por ejemplo, colaborar en la medida de sus posibilidades para que los jueces lleven a cabo su trabajo con celeridad, y eso significa aportarles toda la documentación. Si facilitamos el proceso, contribuiremos a que se investigue el caso hasta el final. Desde luego, pienso desde hace muchos años que en esa operación hay sospechas fundadas de irregularidades.
Será un asunto sensible. ¿Cómo va el desembarco en un Ayuntamiento que en el largo periodo del PP ha recibido denuncias por clientelismo y contrataciones a dedo?
Bueno, acabamos de llegar y todo va bien por ahora. Ese es un asunto que abordaremos sin pausa pero con rigor. Es delicado y no podemos anticipar nada hasta tener la seguridad de que actuaremos bien.
Pendiente del mandato anterior queda la solución para la entrada de la Y en la ciudad. ¿Qué hará con las propuestas?
Tal como lo abordó Agustín Iglesias Caunedo, ese proyecto ha sido un despilfarro. Solo hizo para quedar bien, pero es tirar el dinero. Fue un proyecto que nació muerto, sin más ánimo que el de conseguir réditos electorales, como se ha demostrado.
Pero interesó a la gente y suscitó mucha participación en Imagina un Bulevar.
Sí, para eso sí ha servido. Imagina un Bulevar ha sido una experiencia muy positiva de participación ciudadana en el urbanismo. A las personas que se han interesado hay que agradecerles que hayan puesto la primera piedra para un desarrollo urbanístico por consenso ciudadano. Se puede aprender mucho del proceso, que además afecta a un área tan compleja. Es un capital importante para la ciudad.
¿Qué espera del PP en la oposición? Le han recibido recordando que su grupo tiene 11 concejales y que el PSOE solo logró cinco.
Yo diría al PP que la democracia es así, reparte mayorías y minorías. Y no soy alcalde porque detrás de mí haya cinco concejales. Hay 14, que son más que 11. Me parece que dar mucho recorrido a esa queja no llevará a ninguna parte. El PP está en la oposición, le toca ejercer la función de control al equipo de gobierno y yo respeto mucho ese papel y agradeceré que lo ejerza con rigor. Si, además de eso, quieren colaborar en algún aspecto, será fantástico.
Y, fuera del Ayuntamiento, en una ciudad que el PP ha gobernado tanto años, ¿teme que los vecinos acaben por echar de menos a Gabino de Lorenzo y a Agustín Iglesias Caunedo?
Pues la verdad es que espero que se note que no están. Sería una buena señal de que cambiamos y hacemos las cosas de otra manera.
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