Podemos pone un suspenso al documento del PSOE para el acuerdo
"Nos sentimos francamente decepcionados por las propuestas llenas de incumplimientos, generalidades sin desarrollo y lugares comunes", responde la dirección asturiana
VIERNES 05 DE JUNIO DE 2015
Si el primer encuentro entre Javier Fernández y Emilio León sirvió para rebajar ligeramente el tono de desdén con que las direcciones autonómicas del PSOE y Podemos cruzan habitualmente declaraciones, esa distensión ha sido breve. Ha durado lo que ha tardado el nuevo partido en hacer pública una evaluación desfavorable del documento planteado por los socialistas como base para un acuerdo. “Nos sentimos francamente decepcionados por las propuestas del PSOE, llenas de incumplimientos, generalidades sin desarrollo y lugares comunes”, señala un comunicado difundido por Podemos este viernes.
La actitud del PSOE ante los casos de corrupción revelados en Asturias en los últimos años –la operación Marea, los sobrecostes de El Musel, la operación de los palacios en Oviedo o la fortuna oculta de José Ángel Fernández Villa— no avala, a juicio de Podemos, las afirmaciones del presidente en funciones sobre su determinación en el combate contra los delitos y las malas prácticas. La formación, en cambio, afirma que “su nula voluntad política” es una de las causas del cierre en falso de las comisiones parlamentarias de investigación y del avance de Asturias hasta el cuarto lugar en el índice de comunidades autónomas más afectadas.
Media vuelta
“Si este es el programa con el que Javier Fernández pretende atribuirse algún mérito en la lucha contra la corrupción, no nos extraña que Asturias se haya convertido en el paraíso del chiringuito, la especulación y la impunidad”, señala otro pasaje del texto. León ya aseguró el jueves, a la salida de su reunión con Fernández, que consideraba la corrupción como el principal obstáculo para que su formación alcance algún acuerdo con el PSOE, ya sea uno limitado a la investidura del presidente o bien una colaboración de largo alcance para toda la legislatura. En todo caso, había quien consideraba como un avance o una señal de apertura que Podemos hubiera renunciado a una petición que ha expresado de forma reiterada en las últimas semanas a los dirigentes socialistas: un giro de 180 grados en sus políticas.
El comunicado del viernes recupera esa exigencia y, además de los desacuerdos sobre la corrupción, señala que el documento que les entregó Fernández –10 folios y las 45 medidas que los socialistas asturianos consideran esenciales en materia de democracia y transparencia, y empleo y estado de bienestar— no contiene novedades, sino “proyectos fallidos” y “flagrantes incumplimientos de antiguos programas electorales”. Así califica la promesa de una ley de transparencia y de un código de conducta para los altos cargos autonómicos. Además, Podemos señala que esas reformas seguirían permitiendo el nombramiento a dedo de los cargos intermedios con el objetivo de imponer el control político de la administración o no hacer públicos los currículos de los asesores contratados por el Principado. También rechaza por insuficientes las reformas sobre participación ciudadana e iniciativas legislativas populares.
Más allá de su efecto en las relaciones personales entre los dirigentes de ambas fuerzas, la confirmación de la tirantez en los contactos con Podemos no sorprenderá al PSOE asturiano, que, a diferencia del enfoque socialistas en otras comunidades, da por descontado que no podrá alcanzar un entendimiento con León y los suyos. Fernández ya ha manifestado que el resultado más previsible de sus negociaciones es un gobierno socialista en solitario y en minoría. Son con IU ve factible alcanzar un pacto, pero Gaspar Llamazares ya ha manifestado que está dispuesto a entrar en un tripartito con Podemos, que tendría mayoría absoluta en la cámara, pero no en una alianza PSOE-IU que solo contaría con el respaldo de 19 de los 45 diputados y se arriesgaría a continuas derrotas parlamentarias. La única incógnita, en ese caso, es si IU apoyaría al menos la investidura del presidente socialista en el caso de que la otra aspirante, la popular Mercedes Fernández, consiguiese los votos de Foro Asturias y Ciudadanos –una posibilidad lejana pero no descartable del todo— y reuniese más apoyos que el PSOE.
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