Viktor Kassai ya había pitado tres veces en el Bernabéu. Durante 10 temporadas en la Champions le había dado tiempo para dirigir al Madrid en las eliminatorias ante el Bayern (2012) y el Wolfsburgo (2016) y en la fase de grupos ante el Liverpool (2014). Todo victorias blancas, aunque la primera con la amarga eliminación en los penaltis. Su experiencia, avalada por las dos últimas Copas del Mundo y las dos últimas Eurocopas, le propulsaban para dirigir la final de Cardiff, seis años después de aquella de 2011 en Wembley. Sin embargo, sus controvertidas decisiones desquiciaron ayer al Bayern.
Y algunos de sus futbolistas se lo hicieron saber al húngaro en la propia caseta. Los protagonistas, según Marca, fueron Lewandowski, Thiago y Vidal, que llegaron a 'asaltar' la habitación del colegiado. Cuando le preguntaron por ello a Vidal no lo desmintió. Se hablará de Kassai, como hace cinco semanas se criticaba a Deniz Aytekin, por desarbolar los planes del PSG en el Camp Nou.
Ahora el foco recae en el árbitro del Madrid-Bayern, uno de los árbitros con más ascendiente en la UEFA. Así que Carlo Ancelotti olvidó ayer su habitual flema en la sala de prensa. «Las decisiones del árbitro nos han penalizado mucho. La segunda amarilla a Vidal no era y los dos goles de Cristiano fueron en fuera de juego», comentó sobre las acciones del 2-2 y el 3-2.
El preparador de Reggiolo, sin embargo, no quiso pronunciarse sobre el 1-2, cuando Robert Lewandowski, tras la dejada con el pecho de Thomas Müller, quiso tocar un balón que finalmente Sergio Ramos desvió hacia las redes de su portería.
«En cuartos deben elegir un árbitro de más calidad. Es el momento de poner el vídeo. Hay demasiados errores», continuó Carletto, en referencia a las ayudas tecnológicas, tantas veces postergadas por la UEFA. Una repetición que hubiese rectificado dos veces a los asistentes, György Ring y Vencel Tóth. En el último minuto de la primera parte de la prórroga, con la asistencia de Sergio Ramos hacia un Cristiano más adelantado que David Alaba y Douglas Costa. Y poco después con la furiosa arrancada de Marcelo, cuando el portugués, ligerísimamente por delante de Mats Hummels, echó la persiana a la eliminatoria.
"Siento mucha rabia. El árbitro nos dejó afuera"
En cambio, lo que más escoció ayer en el Bayern fue la inferioridad de efectivos. Si la doble amarilla a Javi Martínez en Múnich no admitió dudas, la acción de Vidal ante Marco Asensio despertó muchas más críticas. «Ojalá no vuelvan a pasar estas cosas», subrayó el chileno, un tipo tan explosivo sobre el césped como ante los micrófonos. «En este tipo de partidos el árbitro no puede ser el payaso que hace el 'show' y le da la preferencia al Real», ratificó el ex centrocampista de la Juventus. Mermado desde el minuto 5 por una clamorosa falta sobre Isco, el Rey Arturo pudo ver también la segunda amonestación en el arranque del segundo tiempo por una patada a Casemiro, que asimismo reclamó un penalti en la prórroga en una pugna con Jerome Boateng.
El discutible criterio de Kassai en el aspecto disciplinario generó gran malestar en la expedición alemana. Sobre todo porque entendieron que el mediocentro del Madrid debió dejar el partido en algún momento de la segunda mitad. Pese a su amarilla en el minuto 40, el brasileño cometió varias infracciones más que pudieron significar su expulsión. Especialmente llamativa resultó una falta sobre Arjen Robben en el minuto 79 en la que el húngaro echó primero mano al bolsillo para guardarse posteriormente la tarjeta.
«Todo el mundo lo ha visto. Sabíamos que con 11 íbamos a competir hasta el final, pero con tantos minutos en inferioridad es muy complicado eliminarles», comentó por su parte Xabi Alonso. Floja actuación y triste adiós para el 14, que respondió con aplausos a la ovación del Bernabéu tras su cambio en el minuto 74.
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