Nadal advierte a las eléctricas de que el sistema debe ser socialmente sostenible
El ministro de Energía les insta a «rebajar la conflictividad jurídica» y anota que «no se puede dejar a un monopolista fijar él mismo sus precios»
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, fue ayer contundente con las empresas energéticas, en particular con las de generación eléctrica, en el foro del VI Simposio Empresarial Internacional Funseam, en Barcelona. En presencia de numerosos directivos del sector, como el presidente de Enerclub y Endesa, Borja Prado; el de Repsol, Antoni Brufau; el de Sedigas y directivo de Gas Natural Fenosa, Antoni Peris, o del de Enagás, Antonio Llardén, Álvaro Nadal insistió en que el Gobierno debe tener capacidad de decisión sobre el diseño del mix energético del país, ya que si se cierra una central nuclear o de carbón, ello afecta a las condiciones de mercado (al precio que tendrán que pagar los clientes, sean estos usuarios particulares o empresas electrointensivas) y también a los objetivos medioambientales.
Nadal acometió una reflexión sobre el futuro del sector energético ante sus directivos, y añadió, en una clara alusión a la solicitud de Iberdrola de cerrar la central térmica de Lada, que si no se hace «sostenible el sistema no solo en la vertiente económica, sino también en la social, nos encontraremos con un problema de aceptación social del sistema energético y alguien va a tener la tentación de hacer un 'big bang' en lugar de hacer cambios graduales».
Tampoco se mordió la lengua el ministro ante las quejas de los empresarios de las energéticas por la pretensión del Gobierno de recortar la retribución a la distribución eléctrica, y subrayó que «no se le puede dejar a un monopolista firjar él mismo sus precios», puesto que esto generaría ineficiencias generaría ineficiencias y por ello los precios deben estar regulados.
El ministro situó claramente al Gobierno en la defensa de los consumidores del sistema energético frente a «los monopolistas» que se organizan «para defender las esquirlas de regulación y proteger su retribución» mientras que «el consumidor no se organiza de la misma manera» ni tiene capacidad para ello, por lo que el Ejecutivo debe adoptar ese papel.
Por esto mismo, Nadal recordó que no hay ninguna actividad en la que se retribuya al precio que el Tesoro coloca su deuda a 10 años más 200 puntos básicos: «Es una actividad sin riesgo, limpia de polvo y paja». Además del recorte en la retribución del sector del gas, el ministro también busca el respaldo del Congreso para realizar ajustes que permitan lograr un ahorro de 200 millones en el sistema eléctrico, y en el caso del sector gasista el ajuste es de 50 millones.
Nadal también se refirió al ajuste del factor de retardo, un pago que se realiza por la demora de dos años que se produce para empezar a cobrar por una central y que se retribuye con un interés del 10%. «Un 10% de interés por dos años de financiación. No hay ningún índice financiero que esté ganando eso. Aquí hay una sobrerretribución», y ha indicado que esta sobrerretribución también se da en el gas. Para Nadal, se trata de restaurar el equilibrio del sistema: «Nunca ha sido intención del Gobierno alterarlo, sino mantenerlo. Antes de subir peajes, el Gobierno va a mirar ámbitos regulatorios en lo que se pueda encontrar una razón de peso para corregir antes de que haya un desequilibrio en el sistema», avanzó.
La presidenta de la patronal eléctrica UNESA, Marina Serrano, puso voz a los empresarios del sector y reclamó a Nadal «un marco regulador predecible y estable», advirtiéndole de que «para que haya inversión, debe haber un marco predecible».
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