martes, 6 de febrero de 2018

Draghi se pone serio...

Mario Draghi sabe que, después de una década de crisis, hay un claro consenso, o más bien, sentimiento en toda la eurozona: hace falta pasar página. La economía mejora, el empleo aumenta y la inflación recupera el pulso. Draghi sabe, como lo saben tantos, que las políticas monetarias han sido clave para ello. Y no está dispuesto ceder a la creciente presión para que ponga fin ya a las políticas acomodaticias.
La economía mejora, sí, pero no todo es color de rosas, recuerda Draghi. El sistema financiero aún se enfrenta a “retos”, como la lacra de los créditos morosos. Francfort no quita el ojo de unos mercados de divisas que se muestran volubles y, por tanto, suponen un riesgo. Y lastendencias subyacentes de los precios aún muestran la fragilidad con la que se conducen.
No es momento de lanzar las campanas al vuelo. “Nuestra confianza en que la inflación convergerá hacia nuestro objetivo de que esté por debajo, pero cerca, del 2 % se ha fortalecido, pero todavía no podemos cantar victoria en este frente”, ha advertido Draghi ante el pleno de la Eurocámara. Y por ello, recuerda, desde octubre el BCE no ha dado más pasos en la retirada de los estímulos: la compra de activos del 30.000 millones mensuales seguirán hasta septiembre “o más allá, si fuera necesario”.
El banquero ha repasado los números: la inflación rozó el 2 % a principio de 2017, arrastrada por los precios de la energía, para terminar desinflándose hasta cotas cercana al 1,3 % y 1,5 % a partir de mayo. Si se hace un diagnóstico en profundidad, insiste Draghi, y se deja al margen la energía y otros componentes volátiles, los precios “aún no ha mostrado signos convincentes de una tendencia sostenida al alza”.
En esta situación, el BCE lo tiene claro. “Podemos tener más confianza sobre el camino de la inflación, pero la paciencia y la persistencia en cuanto a la política monetaria aún está justificada”, avisa. Toda una declaración de intenciones.
“Estrecha vigilancia” sobre los tipos de cambio
Apostilla Draghi que el BCE, como ha hecho a lo largo de la crisis, actuará en función de su propio análisis de la situación. “Como siempre, nuestra política monetaria seguirá guiada por nuestra evaluación del progreso realizado hacia nuestro objetivo”, ha recalcado el presidente del BCE, quien ha vuelto a recordar la “independencia” del organismo que dirige.
Y a día de hoy, una de las cuestiones que preocupan en Fráncfort, y que tendrá en cuenta a la hora de tomar nuevas decisiones monetarias, es la volatilidad del euro. “Han surgido nuevos vientos a la contra, con la reciente volatilidad en el tipo de cambio,cuyas implicaciones para las perspectivas a medio plazo en lo que respecta a la estabilidad de los precios requieren una estrecha vigilancia”, ha recalcado Draghi.

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