COMPAÑÍAS
Por qué la batalla Trump-Huawei se libra en Europa
El gigante chino se había propuesto arrebatar a Samsung el liderazgo de la industria de móviles en el año 2020. Sin embargo, el veto de Google puede dar al traste con este objetivo. Aunque el bloqueo del buscador no le afecta en mercados como Estados Unidos o India, donde su presencia es residual, limita su crecimiento en el Viejo Continente, donde es líder en nueve países.
El ascenso de Huawei en el negocio de los móviles inteligentes no se entiende sin Europa. El fabricante chino ha cimentado su poder en esta industria, donde es segundo del ránking mundial a tan sólo cuatro puntos de la surcoreana Samsung, no sólo gracias a su liderazgo indiscutible en China -es primero con un 34% de cuota-, sino también a su éxito en los principales países europeos. Huawei fue el primer gran fabricante chino de móviles que logró construir una marca de prestigio en Europa para apuntalar su negocio de consumo. Después, llegaron todos los demás. Xiaomi, Oppo o Vivo no han hecho en los últimos años sino intentar emular la exitosa estrategia de Huawei.
Ahora, Europa es una pieza clave en el futuro que se dibuja para el gigante chino tras la decisión la semana pasada de la Administración de Donald Trump de incluir a la compañía en una lista negra que prohíbe, de facto, a cualquier compañía estadounidense comerciar con Huawei. Una decisión que Trump ha dejado en suspenso tras anunciar ayer que el veto no entraría en vigor hasta el 19 de agosto. El fundador de Huawei, Ren Zhengfei, se pronunció en este sentido al asegurar que "no significa mucho" la decisión del presidente norteamericano de indultar temporalmente a la compañía, ya que cuentan con los planes de contingencia necesarios.
Un escenario en el que Huawei no tenga acceso al ecosistema de Google, al romper la compañía estadounidense las relaciones comerciales con la china, limita las ambiciones de Huawei en el negocio de móviles inteligentes. El principal motivo al altísimo impacto que tendría para la firma no poder vender en los países europeos smartphones que aseguren una experiencia 100% Android.
NEGOCIO
En juego está un negocio de 45.000 millones de euros, la cantidad que le reportó a Huawei su división de consumo (donde se integra el negocio de móviles) en 2018, y que representa un 47% de los ingresos totales de la compañía, que el año pasado ascendieron a más de 95.000 millones. El mayor daño a Huawei se produciría en Europa porque en Estados Unidos su presencia es prácticamente residual, en otros mercados emergentes como India no ha tenido un éxito reseñable y para los consumidores chinos no es relevante no poder acceder a servicios de Google, porque tienen servicios alternativos debido a las prohibiciones existentes en el país alrededor del buscador estadounidense.
Es decir, que la mitad del negocio de móviles de Huawei podría mantenerse a salvo, puesto que la compañía vende aproximadamente un 50% de sus terminales en su país de origen. "El impacto será mínimo en China, debido a las muchas alternativas que ya existen a las prohibiciones sobre la marca Google, y tampoco es relevante en Estados Unidos puesto que no tiene participación de mercado", corrobora Thomas Husson, analista y vicepresidente de Forrester.
En Europa, Huawei es el segundo mayor fabricante de móviles inteligentes con un 29% de cuota, a ocho puntos del líder Samsung, según datos de IDC, que le otorga el primer puesto en nueve mercados europeos. Según la consultora Ideas Originales de Investigación, el año pasado fue también número uno en España con un 28,3% de cuota en unidades vendidas, aunque Samsung ha recuperado el primer puesto en el mercado nacional en el arranque del ejercicio.
Si Huawei no es capaz decrecer en Europa a la velocidad necesaria, tiene muy difícil lograr su objetivo de arrebatar el trono mundial de móviles a Samsung en 2020. Su crecimiento en unidades vendidas, que se situó un 50% en el primer trimestre en una industria que retrocedió un 6%, se frenaría drásticamente. "La situación actual impacta en su ambición de superar a Samsung como la marca líder de teléfonos inteligentes", corrobora Tarun Pathak, analista de la firma de análisis Counterpoint Research.
Los expertos no ven factible que el gigante chino pueda convencer a los usuarios europeos de las bondades de comprar un móvil que no cuente con todos los servicios de Google, como Google Cloud, Gmail, el asistente virtual o la tienda de aplicaciones Play Store. "En Europa los consumidores esperan tener servicios de Android y Google como estándar", explica Husson.
'PLAN B'
Huawei ha dejado claro que cuenta con un plan B: un sistema operativo propio de reemplazo, basado en Android, que podría ejecutar en caso de que Estados Unidos no levantara la prohibición y Google siguiera bloqueando su software. El sistema, según AFP, se llama Hong Meng y los ingenieros de Huawei llevan trabajando en él desde el año 2012. En declaraciones a Financial Times, Tim Watkins, vicepresidente de Huawei para Europa Occidental, explica que la compañía se ha estado preparando "para lo peor" después de ser señalada por la Administración Trump el año pasado. El sistema, asegura el ejecutivo, ya se ha probado en algunas partes de China.
"Huawei debería crear una tienda de aplicaciones propia para Europa y otros mercados. La gran cuestión de este plan B es si los consumidores estarían dispuestos a adoptar aplicaciones alternativas a las de Google. Y si se pudieran descargar servicios como por ejemplo Google Maps de una tienda de un tercero... ¿funcionarían correctamente? Todo esto causa fricciones que echan para atrás a los consumidores", opina Annete Zimmermann, analista de la consultora Gartner.
En esta línea, Pathak recuerda que Huawei ha construido su imagen de marca en Occidente sobre la base de su aplaudida gama alta. Pero, en el segmento premium, el que está por encima de los 900 euros de precio, es imprescindible ofrecer al consumidor una total integración del hardware y del software, dice este experto. ¿Cómo podrá lograrlo cuando no tiene acceso a la licencia de Android con todos sus servicios?
Huawei no es la primera tecnológica que ha intentado construir su propio sistema operativo. La última compañía que lo intentó fue Microsoft. Pero la experiencia demuestra que fuera de Android e iOS, de Apple, hace mucho frío. Con un 85% de cuota de mercado a nivel global, el sistema operativo propiedad de Google es el más usado del mundo.
Sin embargo, a favor de Huawei juegan algunos factores. El primero es la guerra comercial y tecnológica entre los gobiernos de China y Estados Unidos. El Ejecutivo de Xi Jinping podría ver con buenos ojos impulsar un tercer sistema operativo 100% chino que reduzca su dependencia tecnológica de Estados Unidos. Además, otros grandes fabricantes como Xiaomi, Oppo o Vivo, podrían sumarse ante el temor de ser los siguientes en figurar en la imprevisible diana de Donald Trump.
De lo que no cabe duda es que las próximas semanas se antojan cruciales para Huawei. Si la guerra entre Estados Unidos y China no se resuelve, la compañía recibirá un duro golpe que incluso amenaza su futuro. Y es que, sin acuerdo, es cuestión de tiempo que los operadores y distribuidores dejen de realizar pedidos a Huawei, asegura Francisco Jerónimo, analista de IDC.
En cuanto al negocio de redes -el que supuso el inicio del grupo y le dio su fortaleza tecnológica y de I+D-, su fuerte posición en Europa puede verse, evidentemente, amenazada. Huawei ha explicado que podrá suministrar todas sus redes -fijas y móviles- sin necesidad de usar componentes occidentales.
El problema para los rivales de Huawei es que su mercado local chino es tan enorme -sólo China Mobile, el líder chino, multiplica por cuatro todos los nodos que hay en Europa Occidental- que incluso aunque pierda peso fuera de China seguirá generando recursos suficientes como para mantener un I+D muy potente. Pero la incertidumbre es muy mala para la planificación de los operadores, que tienen inversiones a largo plazo. Por eso, es posible que además de tener dificultades para volver a ganar equipos de core, pueda perder en el 5G a operadores que eran clientes suyos en el 4G y que no se fíen de la capacidad para seguir siendo competitivos sin componentes estadounidenses.
Sin embargo, en la fase inicial del 5G eso no parece posible, puesto que la primera versión del nuevo estándar funciona sobre el core del 4G, lo que hace obligatorio que, allí donde hay redes 4G de Huawei, el primer 5G también sea del grupo chino.
El grupo chino domina las redes móviles europeas
Huawei está presente en las redes de casi todos los países y casi todos los operadores europeos. La cuota del grupo chino en las redes móvileslo convierte en el líder del sector, con un 40% de los nodos implantados en el continente. Mientras, sus rivales, Ericsson y Nokia, se reparten la mayoría del resto del mercado, aunque el otro grupo chino, ZTE, ha logrado éxito en algunos operadores alternativos y la coreana Samsung pugna por hacerse un hueco. Pero este dominio en el negocio europeo hasta la red 4G puede no repetirse en el futuro cercano. Para empezar, varios operadores, como BT o Vodafone ya han anunciado que sustituirán o congelarán la instalaciónde nuevos cores de Huawei. El core es el sistema central de la red donde reside la inteligencia del sistema y sus funcionalidades y, por tanto, el más vulnerable a un posible espionaje o sabotaje. Sin embargo, la enorme presión ejercida por Estados Unidos no ha logrado su objetivo, es decir que los países europeos vetasen a Huawei de sus redes de 5G tal y como ha hecho la propia EEUU, así como Nueva Zelanda, Australia e India. Uno a uno, los grandes de Europa, como Alemania, Francia o incluso Reino Unido -a pesar de su vinculación especial a EEUU y a pesar de formar parte del sistema Cinco Ojos, de inteligencia occidental que lidera Washington- han anunciado que no vetarán a Huawei de sus redes ante la enorme pero discreta presión de sus operadoras, que no quieren perder la oportunidad de contar con el competidor que ha hecho más agresivo el mercado de redes en la última década. El Gobierno de España ni siquiera se ha pronunciado, aunque ha aprobado financiar, con dinero público, un proyecto piloto conjunto de Vodafone y Huawei en Málaga y Sevilla.
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