Las razones de la ruptura entre Unicaja y Liberbank
Las entidades no se ponen de acuerdo en el canje accionarial. Unicaja sopesó bajar su peso en la entidad resultante del 60% inicial al 58%, pero Liberbank quería un 44%.
Al final no hubo fumata blanca. Unicaja y Liberbank rompieron ayer las negociaciones para crear el que hubiera sido el sexto banco por activos en España. Tras casi un año de conversaciones, las cúpulas de las entidades dieron al traste con la fusión por no llegar a un acuerdo sobre el reparto del peso de cada una en el banco combinado.
"Se informa de que no se ha alcanzado un acuerdo en cuanto al eventual reparto accionarial en la nueva entidad, por lo que el consejo de administración ha decidido por unanimidad dar por finalizados dichos contactos", explicó Liberbank a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un comunicado que llegó a algo más de una hora del cierre del mercado y que prácticamente reprodujo en los mismos términos Unicaja.
Las entidades ya habían llevado su plan de fusión a Fráncfort (ver información adjunta), la sede del Banco Central Europeo (BCE), pero la batalla por la ecuación de canje ha acabado tumbando la operación. Liberbank pretendía tener entre un 45% y un 44% de la futura entidad, y se había alejado en las últimas conversaciones del 43%, por considerar que este peso es precisamente el que marca ahora el precio de cotización, según fuentes conocedoras.
Posturas inamovibles
Durante gran parte de las conversaciones, que se reconocieron ante el supervisor del mercado en diciembre pero que se habían iniciado meses atrás, Unicaja se mostró inamovible en su postura de tener un 60% del banco fusionado. Y sólo en algunas conversaciones había deslizado la idea de rebajar su peso al 58%.
Finalmente los consejos de administración de los bancos no han limado asperezas y la operación saltó ayer por los aires. Otra de las claves del fracaso de las conversaciones habría sido la negativa de la Fundación Bancaria Unicaja de reducir su participación del 50% actual a menos del 30%, según señalan fuentes financieras. La Fundación de la entidad andaluza habría perdido este umbral si Liberbank se hubiera quedado con más del 43% de la entidad integrada.
Si la Fundación presidida por Braulio Medel, expresidente de Unicaja, hubiera reducido su participación por debajo del 30% habría tenido las manos atadas en el futuro para ganar más peso en la entidad resultante, ya que en ese caso estaría obligada a lanzar una opa, como fija la ley del mercado de valores.
Fricción
Otro de los puntos de fricción durante las conversaciones fueron las necesidades de provisiones por los ajustes de reestructuración.
Desde la cúpula de Liberbank veían con recelo que Unicaja apenas variaba su posición inicial. Sin embargo, el mayor recorte de personal se tendría que aplicar sobre la plantilla de la andaluza. Unicaja casi duplica en empleados y oficinas a Liberbank.
Las entidades habían negociado una integración sin ampliación de capital, al menos en un principio. Y como vía para generar ingresos se planteaban vender parte o todo el 22% que controlan de la aseguradora Caser. Según sus estimaciones, la ratio de máxima calidad, conocida en el argot financiero como fully loaded, del grupo fusionado se elevaría al 13% tras esta venta.
Unicaja y Liberbank llevaban negociando desde hace varios meses y el retraso en la negociación ya había impacientado al BCE, que era partidario de que la operación viera la luz. La entidad resultante de la fusión habría sido el sexto mayor banco de España, con un volumen de activos de casi 96.000 millones y se habría anotado sinergias de unos 150 millones al año.
Ahora, ambos bancos dejan claro que seguirán su camino por separado y en solitario. Al menos, de momento.
El BCE ya conocía los planes casi definitivos de fusión
El presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, y el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, ya había llevado sus planes de fusión a Fráncfort, la sede del Banco Central Europeo (BCE)en plena Semana Santa. Las cúpulas habían transmitido al supervisor comunitarioun proyecto casi definitivo de la integración que contemplaba venderal menos un 12% de la participación que tienenen la aseguradora Caser. Era la vía pactada para evitar una ampliación de capital que sufragara los costesde reestructuración.
Las cúpulas habían pactado que Azuaga sería el presidente de la entidad combinada y Menéndez el consejero delegado. Otro de los puntos claves para atar la frustrada integración era la sede social, que estaría en Málaga, el territorio de origen de Unicaja.El calendario que manejaban las entidades pasaba por hacer realidadla fusión en octubre. Pero todos estos acuerdos tras meses de negociaciones quedarán en papel mojado por las desavenencias enel precio del canje.
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