El Gobierno español lanzó esta tarde una bengala de auxilio, bien visible desde Bruselas y Berlín: «La UE tiene que poner toda la carne en el asador [...] Europa está en guerra contra el coronavirus». La llamada la hizo pública el presidente, Pedro Sánchez, consciente de que por delante quedan las peores semanas de la epidemia. Con las costuras del sistema sanitario rotas, el mercado laboral perdiendo trabajadores a raudales y empresas al borde de la asfixia financiera, el socialista apremió ayer a sus socios más reacios a abrir los ojos: «Estamos haciendo un esfuerzo fiscal extraordinario y lo vamos a seguir haciendo en los próximos meses, por lo que es muy importante que la respuesta no sea solo local. Europa es mucho más que compartir un mercado único», espetó tras apremiar a la UE a llevar a cabo «la mayor movilización de recursos materiales de su historia». Eso significa poner en marcha un nuevo Plan Marshall, tanto para hacer frente al estrés sanitario como para recuperar unas economías que quedarán devastadas, según las estimaciones de organismos internacionales como la OCDE. «No hay excusas que valgan», zanjó Sánchez, quien se atrevió a invocar los «coronabonos», un vehículo de mutualización de la deuda que provoca urticaria en Berlín y La Haya, pero aliviaría a los países que, como España e Italia, tienen que pagar más para poder financiarse en los mercados en momentos de urgencia. La frialdad con la que algunos Gobiernos como el holandés han recibido esta solicitud obligó a Sánchez a pedir «empatía». No se quedaron ahí las peticiones. El Ejecutivo español solicitará a sus socios crear un fondo europeo de desempleo que funcione como complemento de los nacionales. Esta es una larga batalla que han librado en la UE algunos países, sin el respaldo de Berlín. También se le ha pedido al Banco Europeo de Inversiones (BEI) que «ampare» las medidas de liquidez que están poniendo en marcha las capitales: «Cuanto antes llegue la respuesta, mejor», insistió. Alguna de estas demandas podrían recibir la luz verde mañana, durante la reunión que mantendrán los ministros de Economía y Finanzas del euro.
Ayudas alemanas
Al tiempo que Sánchez lanzaba el SOS, la Comisión Europea aprobaba las ayudas de Estado decretadas por Alemania para asistir a sus empresas. Berlín empezará a bombear de inmediato hasta 550.000 millones de euros a sus compañías. Entre otras medidas, ha abierto una línea de crédito a través de su banco público para cubrir hasta el 90 % de los riesgos de préstamos a cinco años a empresas, sin importar el tamaño, y sin que superen los 1.000 millones de euros cada una.
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