El Barcelona anuncia un ERTE
La junta directiva acuerda iniciar los trámites con los profesionales deportivos, así como con el personal del club, ante la compleja situación económica
El FC Barcelona anunció este jueves la presentación de un ERTE ante la Conselleria de Treball de la Generalitat. La junta directiva, reunida de forma telemática, no precisó los términos del expediente de regulación temporal de empleo, que aspira a tramitar después de ser consensuado con los afectados; el personal tanto deportivo como no deportivo del Camp Nou. La medida estaba cantada y anunciada incluso en los foros de la Champions. “Si llega cualquier imprevisto, el primer club grande amenazado de quiebra es el Barcelona”. No es la opinión de ningún crítico habitual con la directiva que preside Josep Maria Bartomeu sino que el vaticinio corresponde a un alto directivo de uno de los clubes más importantes de la Bundesliga y fue pronunciado en una de las últimas reuniones de la ECA (Asociación de Clubes Europeos).
El modelo de club y de gestión del Barça, así como del Real Madrid, es muy diferente al de los clubes alemanes, que funcionan como sociedades mixtas, o a los de Francia, Italia e Inglaterra, convertidos en SAD (Sociedades Anónimas Deportivas). El FC Barcelona y el Madrid son sociedades sin fines de lucro que, sin embargo, presentan una situación económica diferente: Florentino Pérez, presidente de la institución blanca, presume de tener las cuentas saneadas y una buena caja de caudales, todo lo contrario de lo que ocurre en el Camp Nou. La crisis del coronavirus agravará una situación ya muy delicada en el Barça. Los técnicos del club estiman que el coste de la recesión ascenderá a unos 140 millones.
La directiva se plantea cómo puede compensar una pérdida tan elevada después de presentar un presupuesto récord de 1.047 millones. La partida más tentadora es la más alta en el balance del club, de manera que se trataría de tocar los sueldos de los jugadores del primer equipo del Barça. Acompañado del director general Óscar Grau, el presidente azulgrana es el que negocia con los capitanes: Messi, Piqué, Busquets y Sergi Roberto. Las delicadas relaciones entre la junta y la plantilla dificultan el entendimiento; a los líderes del vestuario les cuesta fiarse de la palabra de Bartomeu. “Es un poco raro”, respondió Messi cuando se le preguntó por la explicación que Bartomeu dio a la plantilla sobre la crisis digital generada por I3 Ventures.
No era precisamente el primer desencuentro puesto que al final de la temporada pasada Bartomeu les había asegurado a los capitanes que el fichaje de Griezmann no era prioritario; tiempo después, la plantilla se enteró de que la operación con el delantero francés estaba pactada desde marzo. Y en la crisis del coronavirus, el plantel se enteró por la prensa de que la directiva tenía pensado rebajar sus salarios. “Parece como si nos quisieran presionar”, argumentan desde el vestuario del Camp Nou.
El Barcelona tomó de salida el ejemplo del Bayern Múnich. El gigante alemán pactó una reducción del salario del 20% anual. Una cifra cercana a los 67 millones. En el Barça intentaron, de entrada, reducir el 30% de los 542 millones que invierten en los sueldos del primer equipo. Los capitanes recibieron el mensaje y lo analizaron con el resto de la plantilla. El grupo se ha dividido: hay algunos jugadores que lo aceptan, a otros les da lo mismo y están también los que se niegan. Algunos de los futbolistas están asesorados por sus representantes, también afectados porque sus ingresos se establecen a partir de un tanto por ciento del salario de su cliente.
“Hay que esperar a ver qué hacen los otros clubes”, argumenta uno de los jugadores más reticentes. El grupo azulgrana estaría en sintonía con la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) y buscaría sellar la solución con una reducción del 10% del salario anual: 54,2 millones. La idea de la directiva es hacer un ajuste del 70% mientras dure el estado de alarma, aproximadamente de unos 31,6 millones por mes.
En el caso de que se llegue a un acuerdo con los jugadores, a la directiva todavía le faltaría dinero para compensar la pérdida. Las otras secciones profesionales (baloncesto, balonmano, hockey patines, fútbol sala y fútbol femenino) también se verían afectadas con el mismo porcentaje del 70%. “Es un poco fuerte”, explica una jugadora del primer equipo del Barça, “parece como si sacándonos algo a nosotras se arreglara el tema”. Los salarios del femenino van desde 40.000 a 250.000 euros anuales. En el masculino el que menos cobra son 1,5 millones.
El ERTE se aplicará también al fútbol base y a los empleados. El Barcelona cuenta con 1.800 nóminas, 540 no son deportivas, que incluyen desde el último empleado de la Fundación hasta al director general, Óscar Grau. Los sueldos no deportivos se traducen en cerca de 37 millones. El Comité de Empresa del club ha salido ya rápido al cruce: “Esta información se ha enviado de manera precipitada y no ha sido consensuada”, informó en un comunicado. Y recordó: “La masa salarial de los trabajadores es solo el 3,7% del presupuesto, mientras que la de los deportistas asciende al 61%”.
Los empleados del club miran al vestuario y apuntan a los despachos. Los jugadores aguardan una resolución colectiva. La directiva solo piensa en cómo puede reducir los gastos. Con las arcas tiritando, el Barça no encuentra la manera de reducir gastos en una situación extraordinaria si no es tocando seriamente el bolsillo de los deportistas. Nadie se olvida, por otra parte, que el presupuesto incluye traspasos durante la temporada por valor de 124 millones. El jugador más caro de la historia del club, Coutinho, está cedido en el Bayern; el segundo más costoso, Dembélé, va de lesión en lesión. Y el promedio de edad de la vieja guardia supera la treintena mientras sus contratos están renovados más allá del 2021. El futuro no se vislumbra precisamente placentero para la economía azulgrana.
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