miércoles, 13 de septiembre de 2023
Acercando el acuerdo....
La Diada Nacional de Catalunya ha vuelto a certificar que el independentismo se mantiene como el movimiento con mayor capacidad de movilización del territorio, si bien a la vez no se puede negar que ha perdido fuerza y músculo en la calle desde los momentos álgidos del Procés.
Más allá de esto, el 11 de septiembre de este año ha evidenciado que la tan citada "unidad estratégica" sigue muy lejos de ser una realidad. Lograr la independencia es el objetivo compartido, pero en las estrategias para llegar hay diferencias profundas. La Assamblea Nacional Catalana (ANC), la entidad organizadora de la principal manifestación de la jornada, defiende unas posiciones que cada vez se alejan más del grueso del movimiento, que se desmarca de ella.
Mientras la reivindicación de la amnistía y de un referéndum de autodeterminación acordado son asumidas por buena parte de los partidos y entidades soberanistas, la ANC no se mueve del lema "independencia o nada", sin necesidad de una votación reconocida por todas las partes.
Ante las 115.000 personas que, según la Guardia Urbana, congregó la manifestación de lunes por la tarde en Barcelona –la organización aumentó la cifra hasta las 800.000–, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, rehusó cualquier negociación sobre la gobernabilidad del Estado qué no comporte el "reconocimiento explícito de la legitimidad del referéndum del 1 de octubre".
Seis años después, la ANC se mantiene en la reclamación a los partidos independentistas que "proclamen la independencia en el Parlament" y que, si no lo hacen, convoquen unas elecciones en las cuales concurriría la entidad a través de una "lista cívica". Lejos de matizar un discurso sin grises –"o independencia o elecciones" como resumen–, este martes Feliu ha reiterado su mensaje en entrevistas radiofónicas y ha replicado al presidente del Govern, Pere Aragonès, después de que este dijera que "una declaración unilateral de independencia no serviría de nada si no va acompañada de un reconocimiento internacional".
Para la presidenta de la ANC, "el reconocimiento internacional vendrá cuando Catalunya se reconozca", a pesar de su incapacidad de concretar cómo esto se haría posible, más allá de reconocer que "nadie puede garantizar nada" y que lo que hace falta es "lograr" la independencia y "afrontar las consecuencias".
La realidad es que la capacidad movilizadora de la entidad ha bajado significativamente los últimos años, además que en ningún caso se puede afirmar que la mayoría de los manifestantes de la Diada comulguen con las proclamas de Feliu. De hecho, a diferencia de lo que pasó hace 12 meses , este lunes las críticas a los partidos independentistas y las pancartas contra Junts o, sobre todo, ERC se redujeron significativamente.
En este sentido, es un hecho que los principales actores del movimiento defienden la celebración de un referéndum de autodeterminación como la vía para resolver el conflicto político con el Estado y reivindican la posible consecución de una amnistía. En ningún caso se alinean con la ANC, para quien simplemente hay que proclamar la independencia en el Parlament, obviando toda la represión que desató el Estado por los hechos de otoño del 2017.
La CUP se muestra crítica con la negociación abierta por ERC y Junts para la posible investidura de Pedro Sánchez como presidente español. Carles Riera, diputado de la formación en el Parlament, ha asegurado este lunes en TV3 que "la independencia no la lograremos en la negociación de una investidura" y ha añadido que "amnistía sin autodeterminación son unos nuevos indultos y el objetivo no es que el Estado español nos perdone, es la autodeterminación".
Con todo, la CUP sí que hace tiempo que reclama un nuevo referéndum y no simplemente "hacer la independencia", como defiende la ANC. Junts también apuesta por un nuevo referéndum como vía de resolución del conflicto, a pesar de que la semana pasada Carles Puigdemont mantuviera la retórica de que el partido "no renuncia a la unilateralidad".
La realidad, pero, es que Junts se ha movido y a diferencia de la anterior legislatura sí que se ha abierto a negociar con el PSOE, poniendo la amnistía como primera condición, previa a abordar el fondo del conflicto territorial.
La amnistía como primer paso y punto de partida negociador, pero el abordaje de la autodeterminación como segunda fase y objetivo final también es la posición que mantienen tanto ERC como Òmnium Cultural, y en estos casos no se puede decir que sea una novedad de las últimas semanas, sino la defiende desde hace unos cuántos años.
El presidente de Òmnium, Xavier Antich, lo reiteró en el acto político que la entidad celebró esta Diada e hizo un llamamiento a ERC y a Junts a aprovechar "la oportunidad política" de la negociación para la investidura, además de avalar la amnistía como primer paso.
En cuanto a ERC, este martes se ha vuelto a pronunciar el president del Govern, Pere Aragonès, que en una entrevista en Catalunya Ràdio ha asegurado con relación a la investidura que el ámbito represivo está "muy enfocado" en referencia a una amnistía, pero que hay que ir al "fondo de la cuestión". Es decir, que Catalunya pueda votar. "Y aquí será mucho más complejo", ha admitido.
Aragonés ha sido contundente a la hora de rebatir el discurso del ANC, con el argumento que una declaración unilateral de independencia (DUI) no serviría "para nada" si no va acompañada de reconocimiento internacional. Ha añadido que la independencia "no se hace deseándola mucho", para insistir en que "podemos salir al balcón [de la Generalitat] 15 veces [a proclamarla]. La cuestión es cómo se hace efectiva".
En este sentido, ha apostado para "fijar entre todos un mecanismo que permita que la próxima vez que se vote el resultado sea reconocido por la comunidad internacional". "Si no, será muy difícil", ha añadido. Primàries, el precedente de la "lista cívica". Por otro lado, en cuanto al proyecto de "lista cívica" en las próximas elecciones en el Parlament, Dolors Feliu ha asegurado que es una "necesidad", porque ahora mismo "hay una cantidad de votos perdidos por parte del independentismo".
Aragonès ha manifestado que incrementar el número de candidaturas que defienden un Estado propio para Catalunya "no es lo que más conviene al movimiento", a pesar de matizar que "cada cual es libre de hacer su proyecto". De hecho, ha subrayado que sería una "oportunidad de ver el apoyo electoral que puede tener cada opción y clarificaría las cosas".
En cierto modo, en 2019 ya existió un precedente de la lista cívica que defiende la ANC, con el proyecto de Primàries Catalunya, que compitió electoralmente con ERC, Junts y la CUP en las municipales de aquel año. Con un discurso muy crítico con los partidos independentistas tradicionales, tuvo el apoyo de la Assemblea y se estrelló en las urnas, al obtener apenas 47.000 votos en toda Catalunya y 26 concejales. En los comicios al Parlament de febrero del 2021, los resultados todavía fueron peores, con menos de 6.000 sufragios y, obviamente, ningún diputado
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