sábado, 23 de septiembre de 2023
Rodrigo Cuevas, el paradigma de la " Nueva Asturias "
Cándano y Guardado: una nueva idea de Asturies en el escenario de Fiestes Populares
Los autores de "No hay país" y "Nunca vencida" dialogan sobre sus respectivos libros.
Por
Diego Díaz Alonso
23 septiembre 2023
Xuan Cándano, Pablo Batalla y David Guardado. Foto: Alisa Guerrero
Mano a mano entre Xuan Cándano y David Guardado en el escenario de Fiestes Populares, el San Mateo alternativo promovido por diferentes colectivos sociales, y en el que colabora NORTES. El periodista y ensayista Pablo Batalla ejerció de maestro de ceremonia de un acto sobre los que definió como “los dos libros del año en Asturies”.
Tanto Cándano como Guardado coincidieron en señalar que desde la Transición apenas se habían publicado obras que reflexionaran de manera crítica sobre Asturies. “Los asturianos llevábamos 40 años sin pensarnos”, destacó Cándano, que considera que el buen recibimiento que ambos ensayos están recibiendo es un signo de que “la siesta se acaba” y que “hay un nuevo paradigma de Asturies en construcción”.
Foto: Alisa Guerrero
Para Guardado se abre la oportunidad de romper con la idea de Asturies elaborada por las elites, y evolucionar hacia otra idea de país, como lo fueron el “resurdimientu” literario, Conceyu Bable y el asturianismo de la Transición. En opinión del autor de “Nunca vencida”, la idea de Asturies ligada a la Reconquista y a Covadonga como “cuna de España”, ha sido la hegemónica “no sólo desde el franquismo, sino desde el nacionalismo español del XIX”: “los políticos que construyeron la autonomía abandonaron los componentes nacionalcatólicos pero abrazaron los nacionalistas españoles liberales”.
Foto: Alisa Guerrero
Para Cándano “la autonomía asturiana fue una autonomía otorgada”, que llegó más por imitación de otras comunidades que por una fuerte demanda social de los asturianos. Para el periodista, la izquierda asturiana, y más concretamente el PSOE, sólo ha tenido dos presidentes, Pedro de Silva y Adrián Barbón, con un perfil abiertamente asturianista.
Foto: Alisa Guerrero
En opinión de Guardado, en la Transición “sí hubo demanda autonomía, pero no se articuló con éxito”, si bien el asturianismo logró construir y popularizar un símbolo con enorme arraigo, la bandera asturiana, así como mantener viva la reivindicación lingüística: “que el asturiano siga vivo es un milagro”.
“El asturianismo cultural triunfó, pero el político fracasó”, resumió Cándano, que considera que el asturianismo político ha tenido siempre “una mala percepción de la sociedad asturiana y una tendencia al cainismo casi cómica”.
Para el autor de “No hay país”, “el optimismo en Asturies es revolucionario”: “hay que acabar con el pesimismo, y afortunadamente vienen generaciones nuevas muy creativas, sin complejos y sin ese pesimismo. Rodrigo Cuevas es un ejemplo”
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