domingo, 3 de marzo de 2024
Es un poco tedioso, pero...hay que leerlo.
Los dientes de Unicaja en la Escandalera de Oviedo
Ángel Aznárez
ÁNGEL AZNÁREZ
OPINIÓN
Unicaja de la Escandalera en OviedoUnicaja de la Escandalera en Oviedo
03 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
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Podría empezar con lo del titular, en negrita y con raya debajo, que a muchos lectores y lectoras ha de atraer con ganas: con tantas ganas de saber y destapar, como son las de otros de tapar y ocultar, para que nada se sepa, aunque parezca lo contrario: que se informa. Y es que ser y estar como corchos flotantes es, a muchos, de ganancia. El saber es asunto de tanta seriedad que sólo puede ser tratada con humor, siendo el humor y la risa cosa de «tristes», como lo acredita El Quijote que concluye con el testamento ante notario de Alonso Quijano. ¿Cabe mayor tristeza que terminar firmando un testamento?
Y aún colean los carnavales, y aún colean, como es natural, también las sardinas, como la Caja de Ahorros de Asturias, que, para puñetería, no se deja enterrar.
Un pintor de tanto humor, sordo y cabezón o con cabeza de bombilla, Goya, «El bombillu», me hace llorar con su Entierro de la sardina, lo último del carnaval. Y para llorar con lo de la Sardina, que pudiera ser la extinta Caja de Ahorros de Asturias, antes revisité esa otra joya pictórica del aragonés, que es el cuadro titulado La Familia de Carlos IV, una «borbonada», plena y familiar, como «borbonada», no de Borbones, es lo de ahora, que viene de antes, con lo de la Caja.
Y antes, para impacientar más a los impacientes a riesgo de que se pierdan en este proceloso camino, empecemos con la actualidad, pues esto es un informativo, uno de los pocos gratis et amore que quedan, y que mientras siga gratis o con gratuidad, se predica lo mismo que Benedicto XVI en su Encíclica Deus caritas est. Es hora de dejarse ya de adornar con virtudes e hipocresías de publicidad, para cobrar más y más fácil.
I.- El fallecimiento de Robert Badinter y el Consejo Constitucional francés:
Fue el 12 de enero de este mismo año (2024), cuando el actual presidente del Consejo Constitucional francés, Laurent Fabius, en una televisión francesa (Public Senat) recordó a Robert Badinter, ministro de Justicia que fue del primer gobierno del presidente de François Mitterrand, y que también fue presidente del Conseil Constitutionnel (años de 1985 a 1995). Ese recuerdo fue en vida de Badinter, de ascendientes judíos, que falleció el viernes, 9 de febrero, a los 95 años, habiéndose celebrado el siguiente 14 de febrero, el llamado «Homenaje nacional» al ilustre fallecido, en la Place Vendôme, sede del Ministerio de Justicia, en París. En ese homenaje, presidido por el presidente de la República, con el acompañamiento musical de la 7ª Sinfonía de Beethoven, el primer ministro, el joven Attal, rompiendo el protocolo, se sentó y cruzó las piernas.
Laurent Fabius, también de ascendientes judíos, dijo lo siguiente: «Mi predecesor y amigo, Robert Badinter, dio una bonita definición de lo que es la independencia de los miembros del Conseil constitutionnel, definición que no se encontrará en los manuales de Derecho. Dijo que un hombre o una mujer independiente es quien nada tiene que temer ni nada tiene que esperar».
Dominique Schnapper, hija que fue del mítico Raymond Aron, también judío y enemigo del estalinista Sartre, que fue designada en 2001 para el Conseil Constitutionnel, no siendo jurista, sino socióloga, de los varios libros que publicó, destacó el siguiente: Una sociologue au Conseil constitutionnel (Editorial Gallimard essais), en 2010.
En las páginas 193 y 194 del libro, escribe Schnapper: «Robert Fabre dijo que ya 'sabio', estoy fuera de las controversias que agitan el mundo político. Lejos ya de las pasiones partidarias, la reflexión puede ir por delante de la acción. Desligado de las servidumbres que impone un mandato electivo, puedo expresarme sin violar una obligación de reserva que únicamente concierne a las cuestiones que son de la competencia del Consejo constitucional. Y Robert Badinter lo formuló así: Nosotros tenemos un deber de ingratitud respecto a los que nos han nombrado». Y esto lo trascribo para que se lea de manera directa e indirecta, para derechos y retorcidos. Es natural que el semanario de centro-izquierda L´OBS, en el penúltimo número, el 3098, dedique un «cuadernillo» a Badinter, de la página 42 a la 55.
Llegados aquí varias cuestiones interesantes son a destacar:
a).- Por su importancia, el llamado «Deber de ingratitud» respecto a los que nos han nombrado. Esto en España es desconocido, lo que se comprueba examinando las actitudes mentales y docilidades «de partido» de quienes son nombrados para funciones delicadas, jueces o magistrados de la jurisdicción ordinaria y de la jurisdicción constitucional. Cosas, desgraciadamente, que no precisan de mayor explicación, y que los lectores y lectoras sólo han de reflexionar un «poquito». Debe tenerse en cuenta que, para ese «deber de ingratitud», hay que tener las espaldas cubiertas, «nada que temer y nada que esperar», o sea, no ser un «don nadie» o una «doña nadie». Lo que aquí podría añadir es mucho, que, por ahora, callo.
b).- Los dos textos, uno, sobre el nada que temer, y el otro, sobre el deber de ingratitud, son de un hombre, Badinter, de excelencia acreditada. El presidente Macrón, en el acto del «Homenaje nacional» al jurista, destacó «su pasión por la Justicia», habiendo sido «un gigante del siglo y que en él la Republica se hizo hombre». Anunció Macrón la entrada, en el futuro, de los restos de Badinter en el Panteón. Fue sin duda el ministro más atacado de Francia por su empeño en abolir la pena de muerte, lo que consiguió en el otoño de 1981, venciendo las resistencias de la derecha (Chirac) en el Senado y la extrema derecha en la calle. Badinter siguió las teorías abolicionistas de Beccaria, Víctor Hugo, Camus, Jaurès, entre otros. En España, el artículo 15 de la Constitución de 27 de diciembre de 1978 abolió la pena de muerte, con las excepciones que, de manera total, abolió, a su vez, la Ley Orgánica 11/1995, de 27 de diciembre.
c).- La intervención de Laurent Fabius, señalada al principio de este primer apartado, tuvo lugar días antes de la decisión importante del Consejo constitucional francés sobre la constitucionalidad del proyecto de Ley sobre la emigración y mejora de la integración. Fue el 26 de enero cuando el Consejo hizo pública la «decisión» de declarar inconstitucionales varios artículos del proyecto de Ley, habiendo votado a su favor también el partido de la extrema derecha (el de Madame Le Pen). La decisión del Consejo provocó muchas críticas; acaso lo más duro fue lo leído al editorialista del semanario Le Figaro magazine, Guillaume Roquette, que tituló en el número 2258, de 3 de febrero, Les maîtres censeurs, acusando de que, con su decisión, el Consejo constitucional ignoró deliberadamente la voluntad popular.
d).- El escritor Stendhal pasó a la Historia de la Literatura y no a la de la Jurisprudencia, habiendo sido un destacado jurista, miembro del Consejo de Estado francés, siendo antes y ahora la jurisdicción administrativa. Pero en lo jurídico, Stendhal dejó su impronta con dos manifestaciones importantes: Una, señalando que su modelo de escritura estaba en el Código Civil, lo que más tarde fue recordado por el profesor de Derecho Mercantil en una Escuela de Comercio, el vallisoletano Miguel Delibes, que tanto elogió al libro del mercantilista Garrigues. Y otra, al decir Stendhal que en el Consejo de Estado se encontraban «los cincuenta franceses, menos tontos». En aquellos tiempos, aún no había Consejo Constitucional, por lo que no pudo decir que en él se encontraban «los nueve franceses, menos tontos».
e).- En el «Homenaje nacional» a Badinter estaba su anciana esposa, Elisabeth, la cual, siendo aún joven y feminista, en el año 1992, escribió el libro XY, acerca de la identidad masculina, que fue una autentica bomba, con citas tan llamativas como la de Roth: «La virilidad es decir no a su madre, para poder decir no a las otras mujeres». Un interesante análisis del llamado «enigma masculino» y de eso, al parecer tan difícil, de «ser hombre». Elisabeth Badinter, posteriormente, en 2010, escribió Le conflit, entre la mujer y la madre. ¡Qué asunto tan complicado para los hombres!
II.- Reflexiones del Consejo francés para el Tribunal Constitucional español.
No se trata en un artículo como el presente hacer un estudio de Derecho Constitucional comparado, entre el Consejo constitucional francés y el Tribunal constitucional español: lo de disertaciones en tarimas o estrados es ya asunto pasado, ya estoy mareado por tanta altura. Mas, por el contrario, contribuir a la reflexión sobre asuntos importantes, parece útil e interesante.
Que a lo de Francia se llame «Consejo» y que a lo de España se llame «Tribunal», destaca el proceso de allí, que data del lejano tiempo de la Constitución de la Vª República que lo estableció en 1958, llegando de lo político inicial a lo jurídico actual, pues llamándose «Consejo», después de reformas importantes, hoy es una jurisdicción, un verdadero Tribunal constitucional. Se debe tener en cuenta que la referencia española a Tribunal fue 20 años después, en 1978. Y no obstante ser hoy el «Consejo» de allí un verdadero Tribunal, Badinter, durante su presidencia, no consiguió lo que pretendía: que el «Consejo» se llamase «Tribunal».
Sólo dos asuntos a tener en cuenta:
1ª.- La Constitución española y la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, en referencia al Tribunal Constitucional español, hablan de «jurisdicción, magistrados y sentencias», incluso el artículo 80 de la LO 2/1979 establece en un primer párrafo que, con carácter supletorio se aplicarán los preceptos de la Ley Orgánica del Poder Judicial y de la Ley de Enjuiciamiento Civil en las materias que dispone, y de aplicación supletoria en un segundo párrafo de la ley de la Jurisdicción Contencioso-administrativa. Y el «Conseil» francés no dicta sentencias, como hace el español, sino que pronuncia «decisiones». Diferencia importante.
2ª.- Otra peculiaridad francesa (nueve magistrados) es el juramento de los «consejeros» del secreto de las deliberaciones y de los votos. Aquí, en España, sabemos lo que vota cada magistrado (12 en total), existiendo la posibilidad de formular votos particulares, según el artículo 90 de la Ley Orgánica 2/1979 (tan parecido al artículo 260 de la Ley Orgánica del Poder Judicial para las demás jurisdicciones ordinarias). Lo del secreto del voto allí y no aquí, y lo de los votos particulares de aquí, es asunto muy complejo y de mucho debate su supresión o mantenimiento. ¿Es mejor saber lo que cada magistrado vota o no saberlo, para mayor protección de la resolución final, siendo freno a algunos narcisismos de jueces y/o magistrados redactando «sublimes» votos particulares?. Y aquí mucho podría añadir, de mi teoría y práctica «magistral».
III.- Y ya con «El entierro de la Sardina» y lo de los dientes del anuncio
Del cuadro de Goya, humorista baturro y pintor entre dos siglos (1746-1828), lo que más me gusta es el título, que lleva lo del «entierro» y lo de la «sardina», pues lo de tanta fiesta y cachondeo me parece inadecuado para un entierro, máxime si es el de una sardina, como es o fue la Caja de Ahorros de Asturias. Y hacer burlas de entierros y en entierros siempre fue pecado mortal decretado por curas con roquetes que en entierros iban delante del furgón mortuorio.
No me gustan ni los bailes ni el cachondeo de las dos mozas del cuadro goyesco, que deberían ser viudas enlutadas y muy llorosas, oyéndose su aflicción. Y confieso que, de Goya, prefiero El aquelarre, de mayor simbolismo para lo de la Caja de Ahorros, pues resulta dibujado un diablo con imponente cornamenta con hojas de vid, bajo la apariencia de un macho cabrío. ¿Quiénes serán?
Otro cuadro de Goya o «Francisco, el de los toros», interesante a nuestros efectos podría ser el conocido como Duelo a garrotazos. Y a los aficionados o con sensibilidades táctiles pudiera ser uno entre los muchos bustos femeninos, acaso el llamado Busto de la Reina María Luisa, tan mandona. Y lo ya dicho de Carlos IV y su familia.
Y escribiendo de Goya y de la Caja de Ahorros de Asturias no me puedo olvidar de la ciudad de Ronda, que tanto inspiró a Goya y que fue la «patria chica» de la Caja de Ahorros de Ronda, Unicaja hoy. Ronda «la goyesca» y la de la «corrida goyesca», se la denominó. Ronda, patria de los Ordoñez, las Carminas, los banqueros malagueños y «olé».
Paseando por la Escandalera de Oviedo, veo que hay unos anuncios colgados en las ventanas que fueron de la Caja de Ahorros de Asturias, hoy de Unicaja. Los y las que allí aparecen fotografiados, además de reírse a «mandíbula batiente», hacen alardes de enormes y blancos dientes, grandes como de caballo relinchón, muy de dentista de ahora y del poeta latino Virgilio (Geórgicas). Los y las de los dientes del anuncio parecen mirar también a la sede del Parlamento asturiano o a la del Gobierno asturiano, y con un texto tan retador como «Te atreves y la vida se abre». Esos carteles o anuncios no gustarán ni a los del Banco catalán, domiciliado en Alicante, que mira a la calle Fruela, y con muchas ganas de ver La Escandalera.
Volviendo a lo de los dientes, recuerdo la afirmación del semiólogo Umberto Eco, que llegó a decir: «Los animales con cuernos no tienen dentadura en el maxilar superior». Y desde que aprendí lo de Eco, para saber quién tiene o lleva cuernos y quién no, me es suficiente mirar abajo, a los dientes, y no arriba, a la frente, presunto lugar de colocación de la humana cornamenta.
Y fijándome con pena contenida en el edificio que fue de la Caja de Ahorros de Asturias, veo una mezcla de nombres y significados: en la puerta principal están las tradicionales insignias de la Caja de Ahorros de Asturias, más arriba, hay un indicador en el que leo: «Unicaja». Más alto, grabados en piedra, leo lo de la inauguración del edificio el 30 de octubre de 1960 y lo de «Caja de Ahorros de Asturias»; y ya en la parte superior del edificio, hoy edificio ya de Unicaja, cerca ya del torreón relojero, en el maxilar superior, es visible un letrero de «Cajastur». ¡Qué chapuza! Y repárese que «Cajastur» es el estandarte o «joya de la corona destronada», aún o todavía con sede en Oviedo, en el edificio de La Escandalera, propiedad ya de UNICAJA (se reitera).
Ante eso, pregunto lo mismo que preguntaron los que en tiempos pasados se llamaron «los charlatanes», en El Fontán: ¿Alguien del corrillo da más?
Hoy quedamos aquí, pues basta, para no cansar. La próxima semana continuará con las informaciones a las que hicimos referencia en nuestro anterior artículo (V.- Los artículos de un periodista sobre la Caja de Ahorros de Asturias). Se podrán incluir añadidos o comentarios, como novedades, sobre sesudos (con ese) editoriales, y una información nueva sobre EDP, Masaveu y Aboño.
Seguirá, pues.
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