domingo, 21 de abril de 2024
Por una AGENDA ASTURIANA....
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“El ecologismo no puede dar la espalda a la clase obrera”
Entrevista a Juan Ponte, Director General de la Agenda 2030: " Desde el consejo queremos planificar una agenda asturiana, como tiene Canarias, Baleares o el País Vasco"
Por
Víctor Guillot
21 abril 2024
Juan Ponte. Foto: Kike Gallart
Hay algo ingenuo, casi bisoño y, sin embargo, esperanzador cuando se coloca a un profesor de filosofía al frente de una dirección de gobierno. Ingenuo porque se tiende a pensar que el sujeto se ahogará en la burocracia y perderá perspectiva de la realidad y visibilidad ante los problemas políticos, arrinconado en la oscuridad de las bambalinas políticas. Pero si ese nombre es Juan Ponte, la situación cambia. Su trayectoria como concejal de cultura en Mieres forjó una figura política que es capaz de articular las ideas en el tejido político y social del territorio. Hoy es el Director de la Agenda 2030 que, para algunos, no deja de ser un desideratum tan elevado en el marco de las instituciones comunitarias que, apenas logra enraizar en la vida material de las personas y las instituciones locales y regionales. Para otros, la Agenda es el manual de instrucciones de una plutocracia que trata de dominar el mundo. La realidad es que Juan Ponte es capaz de definir la Agenda como un programa político de mínimos donde desarrollar sociedades democráticas, socialmente cohesionadas, inteligentes, emancipadas, sostenibles, solidarias, pacifistas y con una fortísima vocación de futuro que permitirá que el mundo sea sostenible y transmisible en condiciones de dignidad para las próximas generaciones. Esta es una charla que transita en un campo de batalla entre la izquierda y la derecha, sobre la base de un texto que articula mecanismos de trabajo hacia la izquierda y mecanismos de propaganda en la derecha. Y sin embargo…
¿Por qué la Agenda 2030 no cala en la conciencia de los ciudadanos?
Porque hay dos perspectivas desde la que abordarla y ha predominado una burocrática que fija su prioridad en el alineamiento presupuestario y normativo de cada administración pública. Esa visión trata simplemente de examinar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible en cada gobierno de turno. Yo considero que eso es condición necesaria pero no suficiente. La Agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible se tienen que articular mediante mecanismos de desarrollo comunitario, horizontalmente y desde abajo, porque de otra manera, la Agenda 2030 se observará como algo exógeno y ajeno a la vida cotidiana de la ciudadanía. Hasta la fecha, el cumplimiento de la Agenda 2030 se reduce a la emisión de una serie de informes de alineamiento presupuestario y normativo. Estamos cumpliendo con la Agenda porque determinada consejería tiene unos fondos Next Generation que afectan al objetivo número 5 o al que sea. Esa es una concepción tecnocrática y burocrática de la política de la que yo me alejo infinitamente.
No está demás volver a preguntar qué es la Agenda 2030. Se lo digo porque los negacionistas de la Agenda suelen serlo también de las vacunas y se tragan todos los bulos.
La Agenda 2030 es una herramienta estratégica de planificación política que pone en el foco la garantía de los derechos sociales, civiles y laborales de toda la ciudadanía, sin exclusiones, poniendo especial atención a los colectivos más vulnerables, a la clase obrera. La Agenda 2030 lo que propugna es que nadie es más que nadie y, en consecuencia, de lo que se trata es de poner en marcha acciones para que nadie se quede atrás. Desde una perspectiva histórica, sabemos que la Agenda 2030 deriva de los Objetivos del Milenio que establecieron una serie de principios democráticos y de justicia social que deberían haberse cumplido en 2015, algo que no se alcanza y que motiva la creación de la Agenda 2030. Cuando lleguemos a ese año, se pondrá en marcha la Agenda 2050.
Juan Ponte, Director General de la Agenda 2030. Foto de Kike Gallart.
¿Llegaremos al 2030 con la Agenda cumplida?
No creo, porque hay una clara incompatibilidad entre la sostenibilidad, el capitalismo salvaje y la escalada belicista e imperialista con el fomento de los discursos de odio y racismo que estamos viviendo en la actualidad. La Agenda no deja de ser una transposición política de la Declaración de los Derechos Humanos y en ese sentido, quien se opone a la Agenda 2030 también se opone a la Declaración de los Derechos Humanos y, por lo tanto, se lo tiene que hacer mirar. Hay que tener en cuenta que la Agenda 2030 tiene el refrendo de 193 países. Es el documento político de mayor consenso de toda la historia de la humanidad. Y no quiero parecer con esto ecuménico, pero es así. En su redacción, participaron colectivos de la sociedad civil, empresas privadas y 193 países en un consenso ético y político inédito.
¿Qué interés político tiene la Agenda 2030 para una persona de izquierdas?
O por qué me interesa políticamente a mi la Agenda 2030. Pues porque se trata de una tabla de mínimos democráticos y de justicia social que se deben desarrollar a través de proyectos territoriales y desde un arraigo del sentido de comunidad que, en el fondo, es lo que no tenemos. En Asturias necesitamos un proyecto de país. A través de la Agenda 2030 nos preguntamos cuál es el proyecto de presente y de futuro que queremos. No puede ocurrir que por una parte vaya la política industrial sea un compartimento estanco, al margen de políticas medioambientales. Deben ir de la mano, juntas, para que cuaje una política industrial sostenible e inteligente. A su vez, tampoco puede ocurrir que no se articule la cuestión ecologista sin la promoción del trabajo decente. Nuestra perspectiva de la Agenda 2030 tiene en este gobierno una perspectiva de clase y debe ir de la mano de los sindicatos de clase. Es por eso que hemos tenido más de dos reuniones hasta hoy. Y en nuestra visión de la Agenda 2030 es fundamental el municipalismo.
¿Por qué cobra tanta importancia el municipalismo desde la Agenda 2030?
La Agenda 2030 no le va a decir a nadie lo que tiene que hacer, que es uno de los bulos que más frecuentemente he leído. En ese sentido, habría que decir que la Agenda no es vinculante salvo que los estados lo quieran. Lo que sí la Agenda es una herramienta estratégica de planificación. Y en ese sentido, no se entiende la obsesión contra ella de determinados partidos. La Agenda sólo adquiere sentido si arraiga territorialmente y por eso cobra importancia el municipalismo. Yo no quiero decirle a los ayuntamientos lo que tienen que hacer. Yo vengo a ayudar. Y lo digo con conocimiento de causa. También vengo del municipalismo. Lo que no podemos hacer es que llevemos décadas de recortes en los Ayuntamientos, mermando sus capacidades económicas, de recursos humanos, y luego les digamos, además, lo que tienen que hacer. Por eso falla la Agenda, porque se recortaron competencias a los Ayuntamientos, en una ola neoliberal de capitalismo salvaje, en la que entró al juego buena parte de la izquierda, para luego decirles que tenían que cumplir con todos estos objetivos. Desde la Catedra Concepción Arenal, adscrita a la Agenda 2030, lo que hacemos es, precisamente, preparar kits de herramientas. Queremos ir nosotros a los términos municipales y ayudar y colaborar y acompañar en el desarrollo de estos objetivos.
Personalmente creo que la Agenda ha sido el objeto a través del cual se ha canalizado el pensamiento iliberal que se ha desarrollado mediante una estrategia política a través de diferentes canales: empresas mediáticas, redes sociales. En todas ellas se reproduce la caricatura de la Agenda 2030 llegando a penetrar en las diferentes capas de la sociedad de una manera mucho más eficaz que la que pueda hacer una administración pública, incluso desde planteamientos como el tuyo muy comunitaristas. No sé hasta qué punto se hace preciso de una didáctica de la Agenda como ha existido una didáctica de la amnistía. Por poner un ejemplo. Pienso en Miguel Bosé o Imanol Arias, sus declaraciones son más eficaces para engañar que cualquier debate serio sobre la Agenda. ¿Se contempla desde la dirección la necesidad de buscar un método de transmisión que quiebre el pensamiento negacionista de la Agenda?
Respecto a Imanol Arias, la Agenda 2030 lo que defiende es la reducción de desigualdades. De manera que un evasor fiscal se explica sólo por qué está en contra de la Agenda. Dicho esto, la crítica orbita alrededor de organizaciones políticas de extrema derecha y rojiparda. Aquí hay una contradicción. Porque se dicen dos cosas de la Agenda que son incompatibles entre sí. Por un lado, Vox dice que la Agenda está planificada por filántropos capitalistas, magnates de grandes multinacionales que están financiando la Agenda. Me pregunto cuántos grandes empresarios conocéis que vayan más allá de un electrón libro que defienda en Davos la necesidad de que le suban los impuestos. Vox trata de convertir la Agenda un programa plutocrático. Pero por otra parte, también sostienen que es una agenda comunista, bolivariana y, en ese sentido, tratan de convertir el logo de la Agenda 2030 en un significante diabólico, como hicieron anteriormente con los masones, el movimiento LGTBI y con el feminismo.
Lo que no deja de ser una manera de evacuar el debate.
Exacto. Su planteamiento es antidemocrático o, como mínimo, a-democrático. Por lo tanto, no se puede defender al mismo tiempo que la Agenda 2030 es filocapitalista y comunista. Que se aclaren. Una cosa o la otra, pero las dos nunca. A esto lo llamo el principio de incertidumbre de Vox.
El gato de Schrödingler, vivo y muerto al mismo tiempo.
Claro. Tu sabes que en la mecánica cuántica no puedes medir al mismo tiempo la posición y el momento. Eso funciona en la mecánica de las partículas subatómicas pero en el mundo macroscópico en el que nos movemos y en el que interactúa la política rige el principio de contradicción. A excluye siempre a B. O la Agenda 2030 es comunista o es capitalista, pero las dos cosas a la vez no puede ser. Esa es la principal contradicción y lo es por dos motivos. Hacen una crítica teórica porque son neoliberales como Hayek, como Ludvig Von Mises, como Murray Rothbak. Yo me tomo en serio sus argumentos para destrozarlos. Por lo tanto, me tomo en serio lo que opina la Escuela austríaca o la Escuela de Chicago acerca del mercado. El mercado es un espacio moralmente neutral en el que no hay espacio para la justicia social y en el que sólo hay dos clases de personas, ganadores y perdedores, un lugar donde se intercambian mercancías, bienes o servicios, en condiciones de igualdad y libertad. La cuestión neoliberal más peligrosa es que en el capitalismo sólo hay ganadores o perdedores y si pierdes es porque te lo mereces. Según ellos, el capitalismo sólo recompensa a los más heroicos, a los más aguerridos, a los más resilientes, a los más inteligentes, a los más emprendedores. Es un mito individualista. Si tu eres pobre, si te empobrecen, si tienes menos oportunidades, es porque te lo mereces. Y ahí es cuando surgen los coachs y el pensamiento positivo: tienes que ponerte las pilas, tienes que espabilar. Eso lo dice literalmente Von Mises. Los que critican el capitalismo son unos quejicas, lo que ocurre es que no ganan y tienen envidia. Es una perspectiva machista, viril, falocéntrica
Y sobre todo calvinista.
Es socialmente darwinista y como tu dices calvinista. Es la perspectiva de los elegidos. Si a ti no te va bien en la vida, es porque te lo mereces. El darwinismo social lo comparten el nacismo y el capitalismo salvaje. El darwinismo social es pensar como Spencer que si te va mal es por tu culpa, así que jódete. Y eso es lo que piensa Vox. Por eso hay que leerlo, estudiarlo y luego machacarlo.
En esencia, el núcleo de Vox no es la parafernalia folclórica sino su componente iliberal.
Lo que les produce una serie de contradicciones, unas más turbocapitalistas con otras más moralizantes de carácter neocatólico, neofranquista y carlista. Pero yo destacaría esta línea. Van en contra de la Agenda 2030 porque se pone en el centro del debate la justicia social y ellos defienden que la justicia social sobra en el mercado. Es lo que dice Hayek. En el mercado hay justicia conmutativa. Tu tienes una cosa y yo tengo otra y lo más eficiente es compartirlas entre ambos. Vamos a destruir ese argumento. En el mercado no somos iguales. Porque tu posición en el mercado depende de tu código postal, de tu esperanza de vida, depende del género, del color de tu piel, de tu clase social. Esos marcadores determinan tu suerte en el mercado. Los que son más pobres no es porque se lo merezcan, es porque no tienen la capacidad de emprender, dirán los neoliberales. Arréglatelas tu solo. Curiosamente, el discurso de la Agenda 2030 está más cercano al de la Iglesia Católica
Desde el último Concilio.
Claro. Por eso el Papa está siendo un aliado, porque va contra el individualismo. Cómo va a defender un católico que cada uno se las arregle por si mismo. El Papa ha puesto en el centro de sus discurso la justicia social y que nadie sea más que nadie. Eso son los derechos humanos. Esa es la crítica económica. Como a los neoliberales les sobra la justicia social, también les sobra la Agenda y como no quieren argumentar, lo transforman en un significante diabólico. Luego hay una crítica moral, que muestra su temor al feminismo y a los derechos sociales.
“El Papa está siendo un aliado, porque va contra el individualismo”
A usted le consideran director de una consejería Frankenstein.
Y lo dicen en un sentido denotativo y connotativo. Denotativo porque la consejería tiene direcciones muy distintas. Pues bien, yo vengo aquí a defender que la dirección de la Agenda 2030 lo que viene a coordinar son las distintas direcciones de esta consejería. Por ejemplo, trabajamos codo a codo con ordenación del territorio, urbanismo, vivienda y las direcciones que integran derechos ciudadanos. Mi dirección intersecta con todas las direcciones. Y también lo dicen en un connotativo porque van contra los derechos de la mujeres y de las personas del colectivo LGTBI. Cuidado con esto, lo que están diciendo al decir Frankenstein es llamar a la gente enfermos, que esa gente es desviada, y esto es muy grave. Como no quieren sacar a la luz todas sus miserias intelectuales, teóricas o prácticas, dibujan una tachadura al logo de la Agenda.
¿El PP es un aliado de la Agenda? Tengo claro que Vox no lo es porque explícitamente lo afirma. Pero el PP, ¿lo es sólo desde una perspectiva burocrática, o lo es también desde una perspectiva política?
En tanto cogobierna con Vox no es aliado de la Agenda 2030, y cuando quiere poner en marcha los objetivos de desarrollo sostenible, sí. Soy un demócrata y desde la Agenda 2030 se trabaja con muchos territorios, con muchos municipios gobernados por administraciones de distintos colores, incluidos los del PP, pero cuando co-gobiernan con Vox, son rehenes de sus premisas. La contradicción la tienen en su tejado, aunque quieran desplazarla al nuestro. Lo deseable en un partido que se declara fundacionalmente humanista es que esté alineado con los objetivos de desarrollo sostenible, pero reitero que, en la medida que se conchaban con Vox, no lo son. El PP es un aliado en función de la coyuntura política, lo es y no lo es. Igual que el principio de incertidumbre de Vox se aplica políticamente respecto de la Agenda, el mismo principio se predica del PP respecto de sus alianzas, a la hora de poner en marcha o no la Agenda 2030. Y esa es la gran contradicción del PP en la que se encuentran. Como suele ocurrir en el PP, siempre hay dos dimensiones: en la discursiva no hay ninguna negación y en la práctica hay que estar observando atentamente lo que hacen.
Juan Ponte, Director General de la Agenda 2030 y el director adjunto de NORTES, Víctor Guillot. Foto de Kike Gallart.
Qué estrategia comunicativa se plantea desde la dirección de la Agenda 2030 para que se proyecte en la sociedad asturiana su relevancia política. Creo que es el flanco más débil. Los programas comunitarios son necesarios pero sospecho que pueden llegar a ser insuficientes si no se logra transmitir su importancia al conjunto de la ciudadanía.
A escala estatal, la dirección de la Agenda 2030, con Paula Fernández Wulff, pondrá en marcha una campaña antibulos, contrastando lo que es verdaderamente la Agenda 2030 y los discursos que fomentan el odio y el racismo de la extrema derecha. Esto es importante. Es lo que decías tu sobre la didáctica, pero subrayaría mucho que la didáctica no puede ser teórica, meramente intelectual o de salón, sino que se tiene que insertar en la acción política. No me interesa tanto el logo, el anagrama o el término como el desarrollo de un programa de justicia social y ponerlo en marcha. Y el asidero actual para este objetivo es la Agenda 2030. La didáctica es importante y que el ministerio de Derechos Sociales, con Pablo Bustinduy a la cabeza, ponga en marcha una campaña antibulos es importante pero no es suficiente. Hay que llevarlo a los territorios.
¿Cómo esta desarrollando la implantación y la planificación?
Queremos remitirnos a hechos concretos para que los vea la ciudadanía. Hay una partida presupuestaria para colaborar con la Universidad de Oviedo y establecer un análisis del estado y situación de los espacios industriales obsoletos o degradados, pensando en los nuevos usos, con perspectiva preservacionista pero pensando, sobre todo, en los nuevos usos. Esto bebe de mi tradición municipalista. Como en más de una ocasión hemos analizado tu y yo juntos, solemos disparar y después preguntar en materia de gestión cultural. Primero rehabilito un espacio industrial y después pienso qué vamos a hacer con esto. Cuando lo rehabilito, tengo que saber previamente para qué vamos a mapear los espacios y haber reflexionado desde su inicio en los nuevos usos que tendrá.
“Solemos disparar y después preguntar en materia de gestión cultural”
¿Qué objetivos se plantea en los nuevos usos?
Nos interesa implementar los usos para la producción de bienes de equipo, el desarrollo de una industria inteligente y sostenible. En ese sentido, tenemos que aumentar nuestra musculatura industrial. Necesitamos un mapa e incardinar esos nuevos usos: producción de bienes de equipo en áreas como la robótica, la domótica, la Inteligencia Artificial y el Big Data. Esos bienes son necesarios para otras empresas y Asturias puede convertirse en un punto de paso obligado, puede ser necesaria y pintar algo en la política nacional. Necesitamos algo que vaya más allá de un estudio, que nos prepare para cuando haya inversión empresarial. Con la Catedra Concepción Arenal estudiamos kits de herramientas en la implementación de estrategias locales industriales, que sean inteligentes y sostenibles. Desde la Agenda 2030 pretendemos desarrollar un proyecto de país y partir desde el territorio. Si lo hacemos desde arriba, el resultado será burocrático, exento de la vida cotidiana y más fácil de convertir en un significante diabólico. Por otra parte, nuestro objetivo es también promover todos los proyectos que ya existen de desarrollo comunitario de economía circular social con sistemas de corresponsabilidad. Hay vida más allá de la empresa que se rige por la lógica de acumulación de capital, de la maximización del beneficio. La Agenda 2030 defiende la economía social que piensa en la justicia, en la equidad, en la distribución de la riqueza, en una economía que sea circular y tenga en cuenta los cuidados. Antes me preguntabas si el PP era un aliado o no. Lo que sí sé es que la Cámara de Comercio es un aliado, que el Club de Calidad es también otro aliado, porque lo que necesitamos es formar al empresariado para que tomen en consideración la Agenda 2030 y parte de ello ya lo está haciendo.
¿Cómo se concreta esa alianza?
La Dirección de la Agenda 2030 colabora económicamente con la Cámara de Comercio y el Club de Calidad para promover los objetivos de desarrollo sostenible entre el empresariado. Cuando el empresariado se toma en serio los objetivos, es un aliado. Lo que me interesa es eso y fomentamos que lo sea apoyando a estas entidades. La Agenda promueve el respeto de los derechos humanos. Cuando no se cumplen los criterios básicos del trabajo decente no se es aliado, cuando una camarera trabaja más horas de las que establece la nómina, se va en contra de este objetivo, cuando las mujeres, a pesar de que trabajen tanto o más que los hombres, cobran menos, también se ataca. Se trata de promover que se erradiquen las desigualdades, las brechas salariales y por eso, los sindicatos de clase son esenciales, vamos de la mano y por eso mi primera reunión y la última fue con ellos.
Juan Ponte, Director General de la Agenda 2030. Foto de Kike Gallart.
¿La Agenda 2030 sólo se puede desarrollar con sindicatos de clase?
Pues sí, porque son los primeros en defender los derechos de los trabajadores y de los colectivos civiles minorizados. En el Consejo de la Agenda 2030 que heredo de la anterior legislatura está la mesa del tercer sector, la representación empresarial, los sindicatos de clase y todos los colectivos que quisieron estar en él. Debo agradecer al anterior director José Antonio Garmón que creara el consejo porque es una herramienta muy útil en la que están todos los colectivos y entidades que quieren promover, organizar y planificar y casi como exclusiva lo que queremos es crear una Agenda Asturiana 2030.
La Agenda tiene una participación municipal y social, pero no sé hasta qué punto su planificación estará conectada con el desarrollo económico y social que pone en marcha cada consejería que integra el gobierno. Dicho de otra manera, ¿le pasará el test de calidad a los consejeros en su acción política del gobierno? Qué papel juega.
La dirección, y ya lo comunicamos a la Consejería de Industria, quiere ser partícipe de la estrategia industrial. No se puede poner en marcha una estrategia industrial sin tener en cuenta la estrategia de la Agenda 2030. En la mesa de concertación social con los sindicatos, la Agenda 2030 articula la acción política. Aquí no podemos funcionar como compartimentos estancos. Aquí tenemos que coordinar la acción política, estableciendo una comisión de seguimiento de los objetivos de desarrollo sostenible de toda la acción del gobierno. La Agenda 2030 debe estar en la raíz de la política autonómica. Cualquier dirección de cualquier consejería de este gobierno tiene que articular su acción política desde el desarrollo de la Agenda 2030 y lo testearemos a través de una comisión de seguimiento que actuará paralelamente al Consejo de la Agenda 2030. Desde el consejo queremos planificar una agenda asturiana, como tiene Canarias, Baleares o el País Vasco.
Juan Ponte. Foto: Kike Gallart
Víctor Guillot. Foto: Kike Gallart
Qué significa que sea asturiana.
Que piensa en los problemas específicos de Asturias. Cuando nos reunimos con la Cátedra Concepción Arenal, no evangelizamos pensando en ir a los 78 municipios para predicar los 169 objetivos de la Agenda, lo que estamos haciendo es estudiar en cada territorio, con sus especificidades, qué problemas tiene, por ejemplo la masificación turística, los problemas de transporte. Estudiando esos problemas, trataremos de localizarlos en los territorios para ver cómo se solucionan con un sentido muy pragmático. Qué problemas reales existen para resolverlos a la limón, como cogobierno y desde abajo. Se conformará desde los municipios y los agentes sociales. Desde la comisión de seguimiento se debe tener muy claro que vamos a analizar en qué grado cada consejería está poniendo en marcha los objetivos. Aquí tengo muy claro que hace falta una gran coordinación. Pero para eso hace falta una planificación que evite que la estrategia industrial esté al albur de los intereses privados.
Le voy a poner un ejemplo de gran multinacionales que con nuestros impuestos tiene en vilo a los asturianos: ArcelorMittal y la planta DRI.
Lo que no puede ocurrir es que subvencionemos beneficios privados. Un gobierno de izquierdas no puede hacer eso y para eso necesita planificar y colaborar con las empresas privadas. Quien genera riqueza es la clase trabajadora, no las empresa. Solo desde la planificación, el estado es proactivo. La Agenda 2030 no puede ser la causa justificativa de las empresas para recibir subvenciones. Te la tienes que tomar en serio y si te la tomas en serio ofreces un proyecto social. Urge hacer esto en cuanto antes.
Le voy a poner otro ejemplo: la campaña de AVE y la turistificación de Asturias.
Yo entiendo y es muy razonable que el presidente del gobierno asturiano quiera poner en valor las potencialidades de Asturias. Eso es innegable y hace bien que quiera poner en valor el AVE , pero eso tiene que ser sostenible. Si no queremos depredar el territorio, el turismo debe ser desestacionalizado y sostenible. Y esto no lo digo desde una posición turistofóbica. Asturias no va a vivir sólo del turismo. Nadie está en contra del turismo. Se está a favor de los intereses generales de las asturianas y de los asturianos. El turismo debe estar subordinado a esos intereses. Dicho de otra manera, los intereses de los asturianos no pueden estar subordinados a los intereses privados.
Vector transporte. Resulta innegable el impacto económico que tiene para Asturias el AVE, pero el geógrafo, Josep Vicent Boira apunta a algo que, como coordinador del Corredor Mediterráneo considero que es muy acertado: el Ave no es un derecho, es un instrumento. En materia de transporte y, con el tenso contexto entre el gobierno del principado y el de Pedro Sánchez, ¿se hace excesiva demagogia en este aspecto olvidándose de la importancia de la Agenda 2030?
Yo no quiero entrar a competir en las tareas de otras consejerías, pero como la Agenda 2030 es transversal, tengo que hablar de esto. Yo hablo como IU y como socio minoritario de un gobierno de coalición. A mi lo que me preocupa son las cercanías, es decir, los trayectos de cercanías de Asturias que podrían funcionar como la red de metro de Madrid. Si nos tomamos en serio la cohesión social y la vertebración territorial, el acento hay que ponerlo en las cercanías, fortaleciendo nuestras infraestructuras, mejorando las deficiencias y fortaleciendo las que se han quedado obsoletas.
“IU, desde su fundación, articula el hilo rojo con el hilo verde”
Pero este gobierno ha estado obsesionado con la variante que es un discurso del siglo XIX. Probablemente la potenciación del Corredor Atlántico incluso para la Agenda, sea más prioritario.
Estoy completamente de acuerdo. Yo el acento lo pondría en las conexiones internas y en las conexiones periféricas. Mejorar las conexiones con las alas y ver el equilibrio con el área metropolitana y es por eso que desde la Agenda insistimos tanto con la ordenación del territorio y el urbanismo. Que nadie quede atrás tiene que tener una plasmación territorial. No podemos ser ingenuos. Ya estamos comunicados. Y es normal que haya una mejora y que el presidente lo subraye.
Juan Ponte, Director General de la Agenda 2030. Foto de Kike Gallart.
Fijémonos ahora en el Medio ambiente y el discurso de la izquierda con los coches. Hasta qué punto, ha sido un discurso segregador que promocionaba una clase, la de los propietarios de automóviles renovables, frente a los trabajadores propietarios de automóviles de combustión. Dicho de otra manera, ciudadanos verdes frente a ciudadanos de carbón.
Las políticas ecológicas de protección medioambiental no pueden dar la espalda a la estratificación social. Si el ecologismo da la espalda a las clases sociales, no es ecologismo, es jardinería. Yo defiendo un ecologismo socialista. Digo más, soy ecologista y decrecentista. Pero ese es otro debate. IU, desde su fundación, articula el hilo rojo con el hilo verde. Gracias a autores marxistas como Manuel Sacristán, que introdujo el ecologismo, Paco Fernández Buey o Domenech, IU fue una de las primeras organizaciones políticas federales que incorporó el ecologismo en su quehacer político. Ese hilo verde debe enhebrarse con el rojo. Cuando hablamos de protección medioambiental hay que tener en cuenta el punto de partida en el que se encuentra la clase trabajadora. Si va a trabajar en coche porque desde su residencia hasta el polígono industrial tiene que ir en coche, no podemos penalizar a la clase trabajadora porque se desplace en su coche. Habrá que hacer una estrategia industrial para que no tengas que desplazarte desde tu casa al trabajo en coche. Volvemos a criticar el individualismo. Es un error culpar al que contamina. Habrá que diseñar estrategias para que no se contamine. No se trata de exigir que se recicle sino de crear las condiciones posibles para que se recicle. condiciones de posibilidad para no contaminar. El ecologismo no puede dar la espalda a la clase obrera porque si no, entonces no estamos hablando ecosocialismo. No penalicemos al trabajador sino a la empresa que contamina mucho. Hay que proteger los derechos y las necesidades de la clase trabajadora, y si no, no es un ecologismo de clase. Hay muchos verdes y también hay un verde militar.
¿De qué manera encaja la Agenda en un contexto de rearme europeo? Se lo digo porque un país como Alemania, bastante consecuente con la Agenda 2030 está priorizando su defensa militar en estos momentos.
No es tan consecuente cuando es belicista, cuando ves en la guerra una oportunidad de negocio. Y esto no sucede sólo en la derecha. Podríamos mirar históricamente a quién le interesa y por qué fomentar la guerra. Quien vea como prioritario aumentar la productividad del país en términos abstractos, en la guerra o la escalada bélica verá una oportunidad, pero quien defienda los derechos sociales y el derecho internacional humanitario, que la gente no muera y el territorio sea sostenible, tendrá otra perspectiva distinta. Por lo tanto, Alemania no está siendo consecuente. En la guerra hay negocio y los muertos siempre los ponen los pobres, la clase trabajadora. Por eso el objetivo 16 es el gozne de la Agenda 2030. Sin sociedades pacificadas no puedes cumplir ningún otro objetivo de la Agenda. Por lo tanto, esto es muy preocupante. Se está masacrando al pueblo palestino en la franja de Gaza y más allá. Es un genocidio pero ya era un genocidio. Estamos asistiendo a la necropolítica, a la muerte de miles de personas, con total impunidad en contra del derecho internacional. En ese sentido, soy muy pesimista. Tampoco lo quiero ocultar. Una consecuencia que traerá el nuevo contexto internacional será el recrudecimiento del discurso iliberal por tres variables. Con la pandemia aumentaron esos miedos y pavores inscritos en el ser humano potenciándolos una barbaridad. Otra variable del discurso neoliberal fomenta la culpabilidad de los perdedores se recrudecerá en este ambiente bélico. Y la tercera variable estará determinada por el masculinismo. Los discursos que fomentan el rearme son discursos falocéntricos que hablan de quien tiene más poder, de quién es más heroico, quién más guerrero y eso conduce a la muerte. Es el tiempo de la necropolítica. Esto conduce a la muerte.
Son tiempos de Marte.
Esto es así. Cuando ridiculizaban a Yolanda, lo había leído. Los grandes magnates ya están construyendo refugio para cuando haya una catástrofe.
Juan Ponte, Director General de la Agenda 2030. Foto de Kike Gallart.
Alineación de astros que arrinconarán la Agenda 2030 en Europa. Derecha en el Parlamento Europeo con la incorporación al PPE de partidos de extrema derecha. Pienso en Meloni. Se ha producido un retroceso en las políticas de inmigración y empeorarán. La posibilidad de una victoria de Donald Trump en noviembre de este año. No sé hasta qué punto quedará blindada la Agenda.
No hay ningún blindaje. Hay que ser realistas. Soy muy crítico en general, como norma y eso nos obliga a valorar la importancia de un gobierno progresista en España. Viendo el panorama europeo, viendo lo que ha ocurrido en Portugal…
Ha sido como retroceder al periodo 2011-2017
Exacto. Mi reflexión es la siguiente. Imaginemos España gobernada por el PP y por Vox. Obviamente, lo primero que van a hacer es eliminar la Agenda 2030 de cuajo. No está blindada en absoluto. Si esta gente gobierna, la Agenda cae. A ver si nos enteramos. Esta gente cree que la gente que lo pasa mal es porque se lo merece. Si te lo mereces no te voy a ayudar y no voy a consentir que venga el papa Estado a resolver tus problemas. Ese es el ideario iliberal. Pensamos más en las minorías que en las mayorías. No son demócratas. Ni creen ni la practican. Esto lo afirmaba acertadamente la filósofa Nancy Fraser: los partidos de derecha y extrema derecha lo que hacen es movilizar, por abajo, a los sectores más derechistas para erosionar la democracia pero lo hacen también por arriba. Forman parte de la democracia formal pero una vez dentro la quieren minar instigando revueltas desde abajo. Pensemos en los jornaleros de los sectores agropecuarios y ganaderos. La Agenda 2030 defiende las políticas de km 0, es decir, el comercio local, el producto local de calidad, la soberanía alimentaria, la agricultura, la ganadería y la pesca española. Los patriotas somos nosotros. Quienes están más alineados a los mercados ultracapitalistas y defienden los mercados supuestamente libres, que no protegen a los que menos tienen, los que están en contra de nuestros ganadores y nuestros agricultores, son ellos. El problema aquí es el de los grandes oligopolios. Por qué hacen de la Agenda 2030 un significante diabólico, pues para distraer la atención de la realidad.
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