domingo, 2 de febrero de 2025
Edificios con Solera y...mucha Historia.
De la Duquesa de Alba a Maradona: el hotel de Oviedo que se ha convertido en testigo de grandes momentos
Esther Rodríguez
Esther Rodríguez
REDACCIÓN
LA VOZ DE OVIEDO
Aspecto que tenía el Gran Hotel España hace más de un siglo
Aspecto que tenía el Gran Hotel España hace más de un siglo
Es uno de los alojamientos con más historia de la ciudad. Ha logrado sobrevivir a los bombardeos de la Revolución del 34, a los tiroteos de la Guerra Civil y hasta a un gran incendio que dejó devastado todo el inmueble. A día de hoy es la cuarta generación quien lleva las riendas de este negocio que este año celebra su 141.º aniversario
02 feb 2025 . Actualizado a las 11:30 h.
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Pasear por Oviedo es como hacer un viaje en el tiempo. Si uno anda por su casco antiguo o por el centro de la ciudad y se fija en cada uno de los edificios que se levantan en sus empedradas calles tiene la sensación de haberse transportado a otra época. Y es que la capital del Principado cuenta con un rico patrimonio arquitectónico. A los numerosos monumentos del prerrománico asturiano se suman la decena de casas nobiliarias y palacetes que se reparten por toda la ciudad. No faltan tampoco las construcciones centenarias, que son también testigos del paso del tiempo de la ciudad.
Uno de los edificios más antiguos de Oviedo se encuentra en la calle Jovellanos. Se trata del Gran Hotel España. Con más de un siglo de historia, este complejo ha logrado sobrevivir a los bombardeos de la Revolución de 1934, a los tiroteos de la Guerra Civil y hasta a un gran incendio que dejó devastado todo el inmueble. Ha sido además escenario de numerosos eventos y ha acogido a grandes personalidades como la Duquesa de Alba o Diego Armando Maradona. Hoy en día es la cuarta generación de este negocio familiar la que se encarga de escribir la historia de este inmueble que lleva 141 años con sus puertas abiertas.
Lo único que se conversa de la edificación original es la fachada
Lo único que se conversa de la edificación original es la fachada
Para conocer los orígenes del Gran Hotel España hay que remontarse al siglo XIX. Corría el año 1880 cuando el que fuese ingeniero jefe de la provincia de Oviedo, Salustiano González Regueral, decidió comprar en subasta al Ayuntamiento de Oviedo la parcela donde actualmente se encuentra ubicado el complejo hotelero. Al cabo de los meses, el responsable de grandes obras públicas encomienda al arquitecto Javier Aguirre Turralde que diseñe la construcción de un inmueble ex profeso como casa de hospedaje.
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De estilo clásico isabelino, el edificio que se levantó constaba originalmente de un bajo, una planta principal, otras tres en altura con 20 habitaciones en cada una y una buhardilla en la que se hospedaría el personal de servicio. En la parte inferior del inmueble había varios cuartos con baños, además de las oficinas del servicio de diligencias. Bajo el nombre de «Fonda de la Vizcaína» —este fue el primer nombre que tuvo— ofrecía alojamiento «básico pero confortable» para aquellos que necesitaban un lugar para pasar la noche.
El hotel cambia de nombre y de manos
Con el tiempo y tras anunciar su traspaso en el periódico, el también senador en la legislatura de finales de los 90 cedió las riendas del negocio hotelero a Ángel y Eusebio Zubillaga. Los dos hermanos acometieron una gran reforma en el inmueble e introdujeron adelantos en el edificio como la corriente eléctrica o la calefacción por vapor. Renovaron además todas las instalaciones sanitarias, instalando un baño por cada planta. Incorporaron un ascensor y el hotel pasó a ser el único de la ciudad con garaje para automóviles.
El rebautizado con el nombre «Hotel Restaurante Francés» se convirtió así a ser uno de los lugares más distinguidos de Oviedo para hospedarse. Y es que además de ofrecer el mejor servicio en cuanto alojamiento se refiere, el negocio era también conocido por su restaurante. Ubicado este en la planta baja —en aquella época los comedores se situaban en el piso superior—, en él ofrecían una gran variedad de platos inspirados en la cocina francesa. Gran parte de estas elaboraciones parisinas se fusionaban con la gastronomía española.
Un Dion Bouton sedán delante de la fábrica de automóviles de Chavín (Viveiro) en 1925
Un Dion Bouton sedán delante de la fábrica de automóviles de Chavín (Viveiro) en 1925
Más tarde, en los años 20, el hotel que disponía de un Dion-Bouton para recoger y llevar a los clientes a la cercana estación de El Vasco pasó a manos de Cándido Muñoz, uno de los reposteros más conocidos de la época. Tal era su reputación que fue el encargado de preparar el menú de la boda de Franco y Carmen Polo, cuyo banquete tuvo lugar en la finca que la esposa del dictador poseía en Asturias. También fue el responsable de llevar el hotel ovetense a un nivel mucho mayor.
El complejo hotelero se convirtió más pronto que tarde en punto de reunión de los literatos de la época, quienes acudían cada dos por tres para participar en largas tertulias. Se comenzaron también a organizar eventos de todo tipo como banquetes de índole cultural o político, bailes amenizados por orquestas y hasta carnavales en los que no faltaban los populares concursos de disfraces.
En el Gran Hotel España se celebraron grandes eventos. Desde homenajes a personalidades hasta actos políticos
En el Gran Hotel España se celebraron grandes eventos. Desde homenajes a personalidades hasta actos políticos
Durante el conflicto bélico, Oviedo fue una de las ciudades españolas donde mayor estragos ocasionó la Guerra Civil. Pero, por suerte, el hotel no sufrió grandes daños. No obstante, sí que tuvo algún que otro disparo. De hecho, en la fachada todavía quedan restos de artillería como en muchos otros edificios de la capital asturiana. En esta época, el edificio se convirtió en la guarida de quienes huían de los bombardeos. «En el sótano había un refugio en el que me imagino que se resguardaran los vecinos de las casas colindantes al edificio», dice su actual copropietaria Reyes Alonso.
Con el comienzo de la dictadura de Franco, como el régimen utilizó el nacionalismo como una herramienta de control y cohesión, el hotel pasó a llevar el término «España» en su nombre. La situación de posguerra llevó además al negocio de Cándido Muñoz al límite. Sus ingresos se vieron reducidos radicalmente dado que parte de la sociedad que estaba acostumbrada a viajar y a hospedarse fuera de casa dejó en gran medida de hacerlo.
Al poco tiempo, Cándido falleció. El negocio pasó, por tanto, a manos de su viuda y de sus hijos. Llevaron las riendas del mismo hasta 1945, momento en el que la familia de Reyes Alonso se hizo con la concesión. «Venimos de una saga hotelera. Mi bisabuela Paulina Baragaña fue quien llevó en los años 20 el Hotel Inglés, situado donde ahora está el edificio El Termómetro. Después regentó el Hotel Principado, en el mismo inmueble en el que está hoy en día pero actualmente reformado», recuerda la que es ya la cuarta generación.
Así lucía uno de los salones del Gran Hotel España
Así lucía uno de los salones del Gran Hotel España
Cuando su abuela, la leonesa Luz González —era la nuera de Paulina— y la hermana de esta, Esther, adquieren el Hotel España este tenía una categoría de «tercera clase». Constaba de 50 habitaciones, la mayoría de las cuales poseían lavabo en la habitación y un solo cuarto de baño por planta. Las nuevas propietarias acuerdan acometer una gran reforma para dotar al complejo de todas aquellas instalaciones y comodidades que en aquella época se exigían para poder tener un hotel de «segunda clase».
Amplían el edificio para incorporar así dos plantas más al mismo. El hotel pasa a tener 62 habitaciones y un apartamento, además de contar con estancias para que el personal del servicio pudiese hacer su vida. Hacia mediados de los años 60, las hermanas González adquieren parte del inmueble colindante con el complejo hotelero por la calle San Juan. En este nuevo espacio habilitan 32 dormitorios, cinco apartamentos y ubican en la planta baja un nuevo salón para eventos.
Las llamas lo queman todo
Por casualidades del destino, un incendio en 1982 obligó a la familia a hacer una reforma integral. «Tuvieron que tirarlo todo por dentro y remodelar cada una de las estancias. Solo pudieron conservar el comedor que está situado en el edificio contiguo al hotel por la calle Jovellanos y la fachada porque está protegida», señala su actual propietaria. Las obras de reestructuración duraron un par de años y una vez que concluyeron los trabajos el hotel pasó a llamarse «Gran Hotel España».
El Gran Hotel España es uno de los complejos hoteleros más antiguos de Oviedo
El Gran Hotel España es uno de los complejos hoteleros más antiguos de Oviedo
En aquella época, quienes se alojaban en este hotel para pasar la noche en la capital asturiana eran, principalmente, comerciantes, familias y personas que viajaban por placer. Había clientes que pasaban largas temporadas en el complejo, sobre todo por el verano, mientras que otros se hospedaban durante «nueve o diez años». «Había gente que vivía permanentemente en el hotel», asegura antes de señalar que este tipo de individuos eran de «un alto poder adquisitivo».
«Se trataba de inspectores de hacienda, ingenieros… personas que se lo podían permitir y que preferían vivir en el hotel porque tenían todas las comodidades satisfechas. Entre ellos eran muy amigos, casi como una familia. De hecho, esos clientes siempre comían en el mismo sitio y a esa mesa se llamaba “la de los fijos”», detalla Alonso, que recuerda cómo el pintor Ángel Cepa pasó hasta el último día de su vida en el hotel. Ya a partir de la década de los 50 es cuando comienzan a registrar un mayor número de turistas, tanto del resto de España como del extranjero.
La última ampliación del hotel
Una vez entrado el siglo XXI la dirección del complejo vuelve a acometer obras para remodelar la recepción, las habitaciones y los distintos salones. En el año 2003 realizan la que es hasta la fecha la última ampliación del hotel. Adquieren el edificio anexo por la calle Schultz —la paralela a Jovellanos por detrás— para tener un espacio exclusivo, con jardín incluido, donde celebrar bodas, banquetes y demás eventos.
Las habitaciones del hotel son amplias y confortables. No falta ni el más mínimo detalle para que el húesped pueda sentirse como en casa
Las habitaciones del hotel son amplias y confortables. No falta ni el más mínimo detalle para que el húesped pueda sentirse como en casa
Con esta ampliación, el Gran Hotel España pasó a tener un total de 88 habitaciones con balcones de hierro forjado, cuatro salones para eventos, un restaurante que cuenta con un Sol Repsol y un pub de estilo ingles donde uno puede disfrutar de un buen cóctel en el mejor de los ambientes de Oviedo. Esta es la distribución que a día de hoy mantienen.
Poco tiempo después de acometer todas y cada una de estas reformas, la explotación del negocio pasó a manos de una famosa cadena hotelera. Pero solo por un tiempo. En el 2015 la familia de Reyes Alonso decide volver a coger las riendas para seguir así con el legado familiar. También para continuar escribiendo la historia de un negocio que puede presumir de contar con más de un siglo de vida.
Húespedes de renombre
A lo largo de sus 141 años de historia, el Gran Hotel España ha recibido a grandes celebridades. Desde la Duquesa de Alba hasta la cantante madrileña María Dolores Pradera. Se hospedó también la «Reina de la salsa», la cubana Celia Cruz, y el mismísimo Diego Armando Maradona. Fue la única vez que el astro argentino estuvo en Oviedo y lo hizo para disputar un partido en el Carlos Tartiere.
En su época se realizaron banquetes para homenajear a personalidades como el filósofo y ensayista madrileño Ortega y Gasset, al dramaturgo cangués Alejandro Casona o al escritor ovetense Ramón Pérez de Ayala. Acogió también actos de tipo político como la rueda de prensa del comunista Santiago Carrillo. Meses antes de la legalización del partido, el 8 de marzo de 1977, el entonces secretario general del PCE ofreció en uno de los salones del hotel un resumen de su experiencia tras regresar a Asturias después de más de cuatro décadas de exilio.
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«Al día siguiente la fachada del hotel apareció lleno de pintadas, realizadas por los detractores del Partido Comunista», señala Alonso, antes de contar que también sirvieron una merienda a Carmen Polo. «El personal estuvo esos días muy conmocionado. Estuvieron tres días preparando las cosas porque querían que saliera todo bien ya que ella normalmente iba al Hotel Principado», dice.
Este hotel ovetense fue también escenario de la película Historia de un beso. En uno de sus salones se grabó en el 2001 una secuencia de este film dirigido por el cineasta asturiano José Luis Garci y protagonizado por el actor navarro Alfredo Landa. «Se tuvo que ambientar el espacio con mobiliario, vestuario y menaje de la época, concretamente a los años 40», recuerda Alonso sobre el rodaje de este largometraje en el que también figura Carlos Hipólito, Tina Sáinz y Ana Fernández, entre otros.
Una publicación sobre la historia del hotel
Todas estas y muchas más anécdotas aparecen recogidas en el libro que Reyes Alonso escribió para conmemorar el 140 aniversario del hotel. Realizó un gran trabajo de documentación, consultando desde bibliotecas a archivos, incluida la
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