domingo, 16 de febrero de 2025

Nuestra Industria en el alero....

Inicia sesión Los (muchos) frentes abiertos de la industria asturiana: ArcelorMittal, Duro Felguera, Windar y TSK Marcos G. García ASTURIAS Vista de la línea de galvanizado de ArcelorMittal en Avilés (Asturias). ARCHIVO Vista de la línea de galvanizado de ArcelorMittal en Avilés (Asturias). ARCHIVO J.L. Cereijido | EFE Empresas del segmento industrial asturiano con gran capacidad de tracción, por su propia actividad o por el empleo que generan, tales como Arcelor, Duro o TSK se están viendo arrastradas por una especie de tormenta perfecta conformada por la falta de financiación, la debilidad del mercado y un nuevo inquilino en la Casa Blanca, entre otros factores 16 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h. Comentar · La industria asturiana tiene numerosos frentes abiertos que amenazan su competitividad y, en los casos más extremos, su supervivencia. Grandes compañías de la región, que a su vez ejercen un efecto tractor sobre un elevado número de pymes, afrontan problemas de diversa índole, desde la debilidad del mercado hasta la falta de financiación por parte de los bancos. Uno de los mayores empleadores del Principado, Arcelor, acaba de anunciar su intención de deslocalizar buena parte de sus servicios administrativos de Europa a India, con el objetivo de reducir sus costes. Aún no ha dado a conocer el impacto en cada planta o país, pero a buen seguro este movimiento solo servirá para debilitar a las fábricas asturianas, que concentran la mayoría del empleo que genera la siderúrgica en nuestro país. El anuncio de la compañía de la familia Mittal se produjo el martes, en el seno del comité europeo celebrado en Luxemburgo. Apenas 24 horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, diese a conocer que impondrá aranceles del 25% al acero y el aluminio que lleguen desde otros países. Esto supone un golpe más para las fábricas europeas (y, por tanto, las asturianas) de Arcelor. La multinacional siderúrgica reclama a la Unión Europea un mayor apoyo al sector, sobre todo por las crecientes importaciones de acero procedente de países extracomunitarios que ofrecen sus productos mucho más baratos al no tener que afrontar los mismos gastos que los productores del viejo continente, sobre todo los derivados de la política medioambiental de los Veintisiete. El afán por imponer aranceles de Donald Trump también afecta a otra gran empresa asturiana como es Windar. Así, Estados Unidos ha decidido imponer unos gravámenes del 28,55% a las torres eólicas que fabrica la compañía avilesina, así como a Siemens Gamesa, al considerar que han ejercido 'dumping', esto es, competencia desleal. La crisis afecta también, por otras razones, a las ingenierías asturianas. La situación más delicada es la de Duro Felguera, inmersa en un preconcurso de acreedores cuyo plazo expira el 11 de marzo. El pasado miércoles, celebró una reunión con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), para intentar que esta convierta 100 millones del préstamo otorgado en 2021, procedentes del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, en acciones y acceda así al control de la empresa. Pero la SEPI reclama que la ingeniería presente antes un plan de reestructuración convincente porque solo con la capitalización no se resolverían los graves problemas de liquidez que tiene. Duro Felguera, por su parte, ha puesto a la venta activos inmobiliarios (entre ellos, su sede central, en el Parque Científico Tecnológico de Gijón) para intentar obtener recursos rápidamente. Mientras que los bancos acreedores no están por la labor de seguir apoyando a la empresa asturiana y los actuales socios mayoritarios, los mexicanos Prodi y Mota-Engil, tampoco quieren aportar más capital después de haber desembolsado 90 millones de euros tras acordar, en febrero de 2023, convertirse en los accionistas de referencia de Duro. También Isastur e Imasa recibieron el apoyo del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas. La primera percibió 40 millones a través de la concesión de un préstamo participativo por importe de 20,4 millones de euros y otro ordinario de 19,6 millones. Mientras que a Imasa se le concedió una ayuda de 35 millones de euros que se canalizó mediante un préstamo participativo por importe de 17,85 millones y otro ordinario de 17,15 millones. La falta de financiación de los bancos sigue siendo un escollo que deben sortear para acceder a contratos. Asimismo, TSK acusa el escaso apoyo de las entidades financieras para poder optar a grandes obras como las que acostumbra a ejecutar en todo el mundo. Por ello, la familia García Vallina, propietaria de la ingeniería asturiana, ha decidido encargar a Banco Santander y Stifel la búsqueda de un socio que permita a TSK crecer para así poder competir en los mercados. Considera que solo con un tamaño adecuado podrá desarrollar todo su potencial.

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