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Madoff: “Estoy acabado, todo esto es sólo una gran mentira”
Bernard Madoff, fraude, Nasdaq
Bernard Madoff.
“Estoy acabado, no tengo absolutamente nada, todo esto sólo es un gran mentira”. Éstas eran las palabras de lamento que el pasado miércoles salieron de la boca de Bernard L. Madoff, ex presidente del Nasdaq en 1990, 1991 y 1993, y que todos los empleados de Bernard L. Madoff Investment Scurities pudieron escuchar.
Un día después, Madoff, uno de los inversores más activos de Wall Street y una leyenda en la Gran Manzana, era detenido por el FBI en su apartamento de Manhattan acusado de provocar pérdidas a sus clientes que podrían ascender hasta los 50.000 millones de dólares, la mayor estafa piramidal de la historia de Estados Unidos.
A sus 70 años y con más de 40 años de experiencia a sus espaldas, ha descendido desde el Olimpo de los dioses hasta los infiernos y se enfrenta a una pena de 20 años de prisión y una multa de cinco millones de dólares.
Su leyenda se ha forjado a base de rentabilidades anuales de entre el 6% y el 11% independientemente del comportamiento de los mercados. Una marca imposible de batir que había levantado grandes sospechas en el sector y que había provocado numerosas inspecciones de la SEC, que nunca había encontrado ninguna prueba para empapelarle.
Formalmente, su estrategia consitía en comprar una cesta de acciones del S&P 100 (el índice de los mayores valores de EEUU) y cubrir esa posición con opciones de forma que participaba menos de las subidas ha cambio de protegerse de las pérdidas. Esta estrategia es de tipo market neutral, es decir, proporciona unas ganancias muy pequeñas por operación, lo cual obliga a invertir grandes cantidades mediante apalancamiento. Por eso, todo el mundo en el sector tenía sospechas de que utilizaba la información de su broker sobre operativa en el mercado para ganar dinero en apuestas seguras (lo que se conoce como front running)
Pero lo que nadie podía imaginar era que se trataba de un fraude: una técnica de mercado basada en el denominado ‘esquema Ponzi’ o esquema piramidal, que garantiza rentabilidades muy elevadas para los tenedores de estos productos de inversión que son alimentadas por la incorporación de nuevos inversores al fondo. De hecho, según el fiscal del distrito de Nueva York, Lec Dassin, el propio Madoff reconoció que “el negocio era insolvente y que lo había sido durante años”.
Madoff es además uno de los principales asesores de las grandes fortunas o family offices de Estados Unidos y un demócrata confeso. No en vano, desde el año 2000 ha donado al menos 100.000 dólares al Comité de Campaña de Senadores Demócratas. De hecho, llegó a desembolsar más de 23.000 dólares en fiestas de senadores como el Nueva York, Charles Schumer o el de Nueva Jersey, Frank Lautenberg.
Madoff fundó Bernard L. Madoff Investment Scurities en 1960 y extendió sus tentáculos por todo el planeta. En la actualidad contaba con 17.100 millones de dólares bajo gestión y tenía entre 11 y 25 clientes, la mitad de los cuales son hedge funds. Según cuentan sus empleados, su intención, antes de que se destapara el escándalo era el de distribuir entre 200 y 300 millones entre algunos de sus empleados, amigos y clientes. Además, a principios de diciembre, también reconoció a algunos de sus trabajadores, que los clientes querían rescatar cerca de 7.000 millones de dólares de la firma.
Los encargados de ‘destapar’ el fraude han sido dos antiguos empleados de la firma, quienes alertaron a las autoridades norteamericanas de que Madoff desarrollaba su negocio de asesoramiento desde un piso diferente al de las oficinas de la compañía. Además, uno de ellos explicó que mantenía los registros de esa actividad bajo llave y se mostraba misterioso respecto a estas actividades.
La detención de Madoff ha supuesto un auténtico shock para el mercado pero, sobre todo, para sus clientes. “Era una autoridad en el mercado. Nunca he cuestionado nada de lo que hizo porque sentía que estaba haciendo un buen trabajo”, comentaba uno de los afectados a Bloomberg. Su abogado, Daniel J. Horwitz, declaraba el jueves al portal financiero: “Bernie Madoff es un auténtico líder con gran prestigio en los mercados financieros. Está intentando sobreponerse a todos estos acontecimientos. Es una persona íntegra”.
La firma que dirigía fue una de las más activas dentro del Nasdaq el pasado mes de octubre, según Bloomberg y manejaba diariamente de medio cerca de 50 millones de acciones al día. Estaba especializada en tramitar órdenes de brokers online en algunas de las mayores firmas de Estados Unidos, incluyendo General Electric o Citigroup.
Es uno de los pioneros del moderno Wall Street, comenta un profesor de la Universidad de Georgetown al portal financiero. Su firma ha sido una de las primeras en automatizar la operativa del mercado. En su página web, Bernard L. Madoff Investment Scurities presume de contar entre sus clientes a bancos e instituciones financieras de Estados Unidos y de todo el planeta, así como de su habilidad para ejecutar la mayoría de las órdenes del mercado en unos segundos.
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