martes, 16 de diciembre de 2008

Los cacos y los ricos miran mal?

Como para quíén quisiese mirar ? es que hay funcionarios QUE TIENEN QUE MIRAR! Entidades que deben de tener CONTROLES!

el que confía es el CLIENTE???.Dejemonos de engaños porfa.......


La trampa de Madoff estaba a la vista, pero sólo para los que quisieran mirar

Bernard L. Madoff: la historia que hay detrás del escándalo (15/12)
"El dinero huele bien venga de donde venga", decía hace ya 2.000 años el poeta latino Juvenal. Y Bernard Lawrence Madoff siempre generaba dinero. Quizá por eso, nadie hizo nunca demasiadas preguntas. Y lo que unos pocos consideraban un tufillo sospechoso, a muchos más les parecía el más delicioso de los aromas: una rentabilidad entre el 10 y el 15% anual, nevara, lloviera, o hiciera sol. Con una regularidad sorprendente, incluso en las peores condiciones del mercado.

Tanto, que Madoff consiguió reunir en su cartera de clientes a lo más granado de las grandes fortunas de todo el mundo. En los últimos registros oficiales enviados a la Securities and Exchange Commission (SEC, por sus siglas en inglés), el regulador de los mercados estadounidenses, Madoff Investment Securities aseguraba contar con 17.000 millones de dólares bajo gestión... pero sólo entre 11 y 23 clientes. Algo olía a podrido en el 885 de la Tercera Avenida, sede de la firma, pero muy pocos acertaban a saber el qué.

Las rarezas del 'genio'
En realidad, estaba a la vista de aquel que quisiera mirarlo. Para gestionar el ingente patrimonio confiado a Madoff Investment, la agencia de valores contaba con un equipo de alrededor de 20 personas, una cifra casi ridícula.Y ésa era sólo la menor de las -rarezas- que, en los últimos años, habían llegado a asustar a unos cuantos gestoresde hedge funds -fondos de inversión libre-.

Madoff fue en su momento uno de los pioneros de la negociación electrónica de valores, y fundador del mercado Nasdaq. Sin embargo, nunca permitió a sus clientes consultar en tiempo real la situación de sus carteras. De hecho, ni si quiera enviaba electrónicamente las confirmaciones de las operaciones que realizaba en nombre de sus fieles. Las notificaciones siempre se enviaban por correo tradicional.

Y según aquellos que decidieron no contratar sus servicios, la información que facilitaban esas cartas era vaga y demasiado imprecisa. Todo lo contrario de lo que ocurre habitualmente con la información que proporcionan los hedge funds.

La información no sólo era escasa: era dudosa. Trimestralmente, Madoff Investment Securities debía detallar sus posiciones en el mercado a los reguladores. Para una firma con 17.000 millones de dólares bajo gestión, el valor de las acciones en su poder siempre era sorprendentemente bajo. ¿La explicación? Que trimestralmente Madoff deshacía todas sus posiciones y acumulaba liquidez. Esta simple respuesta convenció a los reguladores durante años.

Auditorías dudosas
No en vano, las cuentas y las operaciones de la sociedad estaban convenientemente auditadas por Friehling & Horowitz, firma con sede en NewCity, a 30 millas al norte
de Nueva York. Claro que todos aquellos que se molestaran en hacer el viaje para conocer a los auditoresy pedir información sobre Madoff se encontraría con otra sorpresa más. La sede era en realidad un pequeño despacho de poco más de 20 metros cuadrados y uno de los socios que le da nombre es en realidad un jubilado que vive en Florida. Una secretaria era toda la plantilla con la que contaba la auditoría.

Todolo que rodeaba a Madoff era sencillo porque, en realidad, su "timo" es también muy sencillo: pagar los rendimientos de los viejos clientes con el dinero captado de nuevos clientes. Y durante años funcionó: hasta que la caída de los mercados generó el flujo suficiente de reembolsos como para acabar con la liquidez de la firma.

Que family offices y gestores profesionales picaran es sorprendente y un buen reflejo de la ligereza con la que en los últimos años se ha confiado en los brokers de éxito. Que lo hicieran las autoridades es todavía peor. Madoff Investment Securities sufrió la primera denuncia de fraude en 1992, pero la superó con éxito. La SEC volvió a recibir reclamaciones en 1999, y la revista Barron's cuestionó sus métodos en 2001. Y en 2005 y 2007 aprobó de nuevo sendos exámenes del regulador.

En realidad, la SEC sigue sin saber hasta dónde llega el fraude: la cifra de 50.000millones es la que ha dado el propio Madoff, que fue también el que destapó la trama a petición de sus propios hijos.

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