miércoles, 3 de diciembre de 2008

Nuestra salud en el PC.

La racionalización de los servicios sanitarios, se vuelve aceleradamente tecnológica.

Las tecnologías impulsan la salud del futuro
Publicado el 03-12-08 , por Ana Medina
Lejos de ser ciencia ficción, las telecomunicaciones se han incorporado de lleno al sistema sanitario, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la gestión de los recursos, aunque su llegada también plantea retos para la industria.

Cita por SMS y ordenador, saber si las urgencias están o no colapsadas, historias clínicas electrónicas, conocer el circuito de un fármaco desde su dispensación hasta su entrega al enfermo, la receta electrónica o la teleasistencia.

Son algunos ejemplos de cómo las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no son ya ciencia ficción en el sector sanitario, sino que han irrumpido en su actividad diaria, mejorando la calidad de vida de los usuarios y los métodos de trabajo de los profesionales.

Gasto
El gasto sanitario en España ascendió a 82.064 millones de euros en 2006, con los últimos datos disponibles, según cifras del Ministerio de Sanidad y Consumo, de los que 58.466 millones corresponden al sector público y 23.598 millones al sector privado.

La cifra total representa el 8,4% del PIB, según la OCDE Health Data, un porcentaje superior al 7,9% de 2003, pero por debajo de la media del 9,6% de los quince países de la UE y del 14% del PIB en Estados Unidos. En este último país, el gasto sanitario por habitante y año es de 6.000 dólares (4.700 euros), frente a los 2.500 dólares (1.900 euros) de España.

La industria sanitaria tiene un nivel de inversión en tecnologías de la información y comunicaciones cercano al 1%, por debajo de la media de Europa, donde los expertos prevén que el gasto en e-salud supondrá el 5% del presupuesto sanitario de los 27 países miembros en 2010, frente al 1% de los 15 estados que componían la UE en 2001.

El gasto en 'e-salud' supondrá en 2010 el 5% del presupuesto sanitario de los 27 países de la UE
Un incremento derivado del progresivo envejecimiento de la población, la llegada de inmigrantes y la mayor demanda de prestaciones, pero también de las introducción de las nuevas tecnologías en un momento de rápido desarrollo de la sociedad de la información y de cambios en los modelos asistenciales, como nuevas fórmulas de financiación, de aprovisionamiento, de gestión hospitalaria y de asistencia, como los autocuidados o la teleasistencia.

«Las tecnologías de la información y la comunicación han de ser instrumentos útiles para desarrollar nuestros objetivos», afirmaba recientemente Vicenç Thomas, consejero de Salud y Consumo de Baleares, en unas jornadas de la Fundación Bamberg, una organización cuyo objetivo es la promoción de las tecnologías de la salud.

Reto
Y es que las nuevas tecnologías suponen un reto para la industria. No sólo para los responsables de la planificación del gasto sanitario, donde es posible gestionar los recursos humanos y materiales, así como el aprovisionamiento.

Según un estudio de Saniline, la sanidad pública destina unos 8.400 millones de euros anuales a la compra de material sanitario y no sanitario (farmacia hospitalaria, productos de laboratorio, material quirúrgico y de curas, entre otros).

Un proceso en el que intervienen gran cantidad de compradores y proveedores. El informe concluye que una gestión eficiente de la compra de bienes y servicios es clave para la reducción del gasto público sanitario y se traduciría, además, en beneficios cualitativos como una mayor trazabilidad de los productos y mayor transparencia en los criterios económicos y técnicos que determinan la adquisición de un artículo.

Junto a las ventajas para la gestión, el impulso a la actividad de los profesionales de la salud y los beneficios para los ciudadanos. El uso de la historia clínica electrónica se extiende cada vez más. Ya es habitual ver a médicos y enfermeras utilizar ordenadores como una herramienta más de su trabajo cotidiano. De hecho, la dependencia de los sistemas y aplicaciones informáticas ha crecido de forma exponencial en los últimos años.

La historia clínica electrónica se extiende y ya es habitual ver a los médicos utilizar el PC
Para los usuarios del sistema, supone la posibilidad del seguimiento de sus dolencias sin necesidad de estar constantemente acudiendo a su médico. El Hospital de La Paz en Madrid, por ejemplo, instaló a varios de sus pacientes con problemas cardiacos un marcapasos con un dispositivo móvil, que, en caso de un posible infarto, envía información al especialista a través de Internet y del teléfono celular o del fax.

Desde septiembre, España participa, junto a otros diez países de la Unión Europea, en el proyecto Epsos (European Patients Smart Open Services), que pretende generalizar la historia clínica digital europea y mejorar la atención sanitaria. La iniciativa se desarrolla en Cataluña, Andalucía y Castilla-La Mancha y tiene como objetivo evitar que los pacientes no puedan acceder a medicamentos esenciales cuando están fuera de sus países.

Además, con la generalización del Historial Clínico Digital (HCD) en la UE, se facilitará el acceso a la información médica en sus propias lenguas y la prescripción de tratamientos sin el previo conocimiento por parte de los médicos de los datos relevantes de su historial. Así, los profesionales podrán acceder electrónicamente a los principales datos de un paciente de otro país y las farmacias podrán dispensar recetas expedidas por otros Estados.

Eficacia y eficiencia
«Las tecnologías de la información y comunicaciones son un medio para mejorar de manera significativa la seguridad médica, asegurar la calidad y la eficacia y la eficiencia en la aplicación de los recursos. Las TIC, en general, constituyen una contribución extraordinariamente potente a nuestro esfuerzo colectivo para mejorar la prestación de la asistencia sanitaria», asegura Ignacio Para Rodríguez-Santana, patrono-secretario general de la Fundación Bamberg.

La presencia de las nuevas tecnologías ya es una realidad en el diagnóstico por imagen (con técnicas de detección), en la cirugía poco invasiva (fibra óptica, miniaturización de instrumentos y sistemas de navegación en catéteres), en los tests y mapas genéticos (detección de predisposición genética que ofrece las bases para iniciar medidas preventivas), en las prótesis inteligentes (equipadas con un chip que mide el nivel de glucosa en sangre y va liberando la dosis de fármaco correspondiente) o en el tratamiento de enfermedades en neurología y cardiología por electroestimulación.

Salto
Pero, según los expertos, la integración de los sistemas de información como la genómica, la farmacología, la electromedicina y las prótesis, constituirá un salto enorme en la forma de hacer medicina en los próximos años. Se está al borde de una revolución en el modo en que aún entendemos las tecnologías de la salud, al integrarse todas mediante las TIC.

La telemedicina, que permite diagnósticos a distancia, es una alternativa a la salud en países en desarrollo
Además de tener en cuenta la próxima incorporación de la historia clínica electrónica o la receta electrónica accesible a través de Internet, los avances en fármaco-genómica permitirán en un futuro no muy lejano discriminar los medicamentos que tendrán el efecto esperado sobre el paciente, mejorando la efectividad de los tratamientos. También los avances en nanotecnología y biotecnología, junto a aspectos como el diagnóstico celular y molecular asistido por ordenador y telemedicina, permitiendo diagnósticos e intervenciones a distancia, mediante aplicaciones móviles.

Sin olvidar las ventajas que avances como la telemedicina suponen para la salud en países en vías de desarrollo. En este sentido, Naciones Unidas impulsó Digital Health Initiative (Iniciativas de Salud Digital), una asociación de organizaciones públicas y privadas que pretende llevar servicios y aplicaciones de salud móvil o telemedicina a zonas rurales de África.

Dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la ONU considera que DHI será la base para un entorno de trabajo en el que se desarrollen nuevas alianzas en la industria de las tecnologías de la información y la comunicación, la farmacéutica y la salud. «Pensamos que esta iniciativa formará la base de la estructura estratégica para nuevas sociedades, a través de las tecnologías de la información, el sector farmacéutico y de tecnologías de la salud», afirma Amir Dossal, director ejecutivo de la Oficina de Alianzas de Naciones Unidas.

Ericsson ha sido una de las últimas compañías en sumarse a DHI para llevar la telemedicina a zonas rurales de África. La experiencia del grupo de telecomunicaciones en India y Bangladesh demuestra que, a pesar de que las personas vivan con un ingreso diario medio de 1,25 dólares (1 euro), pueden tener acceso a cuidados médicos con la ayuda de la conectividad móvil.

Objetivo: el hospital sin papeles
Los gestores del Hospital de Torrevieja (Alicante) empezaron en 2004 a elaborar un plan de sistemas que hiciera posible el concepto de hospital sin papel, diseñando un sistema implantar la tecnología en cada una de las áreas del centro. Para cumplir su objetivo, contaron con la plataforma informática Florence, una herramienta desarrollada con la colaboración de Microsoft que dirige el funcionamiento del hospital.

El proceso permite, por ejemplo, gestionar desde la cita con los pacientes (a los que se llama por SMS para la consulta o se les informa del tiempo de espera de las urgencias para evitar que se colapsen) hasta el acceso de los médicos a la documentación clínica de los enfermos desde cualquier punto del centro (no existen historias en papel), visualizar el resultado de una radiografía o solicitar una prueba.

«El volumen de datos de los hospitales ha aumentado de forma exponencial. Uno de los principales retos de los proveedores de salud es conseguir que los profesionales sanitarios tengan acceso a la información de los pacientes donde y cuando la necesiten», afirma Graham Harrop, director de Microsoft Health Solutions para Europa y Oriente Medio.

La colaboración del grupo con administraciones, centros y expertos se ha plasmado también en iniciativas como la intranet del Servicio Navarro de Salud, el acuerdo con la Generalitat de Cataluña para potenciar la telemedicina o la automatización del circuito del medicamento del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Gracias a este proyecto, impulsado por Intel, Fujitsu, Philips y Microsoft, es posible conocer la situación de un fármaco desde su prescripción por el médico hasta su administración en planta al paciente, reduciendo los errores en la cadena de suministro, mediante la tecnología de identificación por radiofrecuencia (Rifd, en sus siglas en inglés). Su introducción fue posible gracias a que el hospital contaba con un sistema de prescripción electrónica que minimizaba los problemas en la dispensación.

La iniciativa se basa en la instalación de chips Rifd en los medicamentos y en las pulseras que llevan los pacientes, y verificar con el programa de prescripción electrónica, a través de redes inalámbricas, que son correctos. En el momento de la administración, la enfermera lleva una PDA o un Tablet PC con lectores de radiofrecuencia, que validan el proceso. El programa avisa de inmediato de los errores.

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