Se atreverán también con Londres?
Las potencias del G-20 preparan la ofensiva contra los paraísos fiscales
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Más de la mitad de las empresas del Ibex opera en alguno de estos países.
Las Islas Caimán son uno de los paraísos fiscales favoritos de las entidades financieras. Bloomberg.
Gonzalo García
En el paraíso de las empresas se vive muy bien: los impuestos son mínimos y los secretos están bien guardados. Además, el clima suele ser excelente. Todo parece perfecto, si no fuera porque en ellos tienen lugar actividades de dudosa reputación como la evasión de impuestos o el blanqueo de capitales. Por ello, cada cierto tiempo alguien reclama su eliminación, y ahora la comunidad internacional ha decidido combatirlos.
Los presidentes del Gobierno de EEUU, Francia, Alemania o España les han culpado de ser, en parte, causantes de la crisis debido a su opacidad. El 21 de octubre, 18 países miembros de la OCDE se reunieron para debatir el problema, y se espera que de la próxima reunión del G-20 salga alguna propuesta concreta. Pero los expertos se muestran pesimistas. “Hay una cierta hipocresía, porque en cierto modo todas las grandes potencias tienen sus paraísos, que dependen en buena parte de ellas (sería el caso de Francia con Mónaco o de España con Andorra)”, opina Joan Hortalá, del bufete Cuatrecasas.
“La gran paradoja es que a los grandes bancos que han recibido ayudas del Estado debido a la crisis aún no se les ha exigido que supriman sus redes en los paraísos fiscales”, afirma Juan Hernández Vigueras, miembro de Tax Justice Network y autor de diversos libros sobre este tema.
20 de las 35 empresas del Ibex 35 operan o tienen sociedades radicadas en paraísos fiscales incluidos en la lista de la OCDE, según datos relativos a 2007 del observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, que analiza las memorias anuales de las grandes compañías españolas. Entre ellas se encuentran los principales bancos: Santander, BBVA, Banesto, Popular y Sabadell tienen actividad en lugares como las Islas Caimán, Bahamas o la Isla de Guernsey. “En este estudio sólo se pudo dejar constancia de la existencia de sociedades participadas con domicilio en paraísos fiscales. Sin embargo, no se puede conocer el impacto real de sus actividades, ya que apenas se aportan datos y ninguna información sobre sus actividades y operaciones”, señala el informe.
Los expertos consultados subrayan que el principal problema de los paraísos fiscales no reside en su baja fiscalidad, sino en su nula transparencia. “Hoy en día ya se puede minimizar el pago de impuestos sin acudir a un paraíso fiscal”, señala Francisco de la Torre, de la Organización de Inspectores de Hacienda. “El problema es la opacidad absoluta: permiten blanquar el dinero procedente de actividades ilícitas y posibilitan la existencia de un montón de fondos sin ninguna supervisión”, asegura.
Supervisor
Luis del Amo, director del Registro de Economistas Asesores Fiscales, explica que la política actual en Occidente, más que de lucha, es de colaboración. “Cada país llega a acuerdos individuales para facilitar el intercambio de información”, indica. Frente a esto, una iniciativa para suprimir los privilegios de estas regiones tendría que ser “internacional y paulatina, porque es una estructura que no se puede desmontar en dos días”, subraya del Amo. Entre las medidas que se barajan, Hernández Vigueras aboga por la creación de un supervisor financiero transnacional que controle las operaciones bancarias.
En cualquier caso, estos paraísos tampoco han permanecido inmunes a la crisis. “Ha disminuido el dinero depositado en ellos, porque no tienen fondo de garantía y ha crecido el miedo de perder el dinero”, dice De la Torre. El caso de Robert Allen Stanford, acusado de un supuesto fraude de 8.000 millones de dólares a través de un banco radicado en la isla caribeña de Antigua, es el ejemplo más reciente del peligro que tiene el confiar en una entidad sin supervisión.
La inversión española, a la baja por la crisis
La inversión española en los paraísos fiscales ha disminuido desde el estallido de la crisis, y en el primer semestre de 2007 bajó un 50,7%, según los últimos datos del Ministerio de Industria. Desde 1995 esta cifra ha superado los 8.000 millones, sin contar la repatriación de fondos. El destino favorito son las Islas Caimán. Según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, BBVA tiene más millones de euros, en concepto de acreedores, en una sucursal de estas islas que en su filial argentina, Banco Francés.
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