Lo más fácil es reunir en mapa, pero......los balances de cada una cambian sustancialmente, por abajo toca Caja España....Uffff.
El próximo movimiento: acelerar acuerdos para fusiones regionales
Lourdes Miyar | 7:30 - 1/04/2009
La intervención de CCM no sólo marca el fin del sueño de la inmunidad del sistema financiero español, sino que contribuirá a acelerar el proceso de fusiones entre cajas. Que el Ministerio de Economía y el BdE hayan dejado la puerta abierta a más intervenciones y apunten a las integraciones como una solución menos traumática y costosa que la llevada a cabo en CCM es una señal inequívoca de lo que ocurrirá, salvo sorpresas no descartables, en los próximos meses.
Además de este mensaje a navegantes, la intervención, no suficientemente bien explicada, tiene un pernicioso efecto que también empuja a las cajas a buscar remedios de forma inmediata. Desde que el pasado domingo se supo de la actuación del Banco de España se ha empezado a especular sobre qué entidad puede estar en una posición más débil y es candidata, por tanto, a protagonizar la siguiente intervención pública.
Inevitablemente, se ha recordado los procesos de integración que han quedado trabados en los últimos meses, bien por una falta de entendimiento entre las entidades implicadas o por una planificación ajena a los intereses financieros que deben regir en las fusiones.
Así, la integración de las cajas de Castilla y León, frustrada por ahora tras varias intentonas, es candidata clara a acelerarse en el corto plazo. Prueba de las consecuencias indeseadas del desembarco del Banco de España en Caja Castilla-La Mancha (CCM) son las declaraciones del presidente de Caja España, Santos Llamas, que ha tenido que lanzar un mensaje tranquilizador a sus clientes y asegurar que descarta que se intervenga la entidad al tener buenos ratios de solvencia y de liquidez: "Que la gente éste tranquila, que duerma tranquila y que no se preocupe", ha añadido el directivo, que también ha asegurado que "se está trabajando duro" en el proceso de integración, proceso que llevará a Castilla y León a tener unas cajas "mucho más fuertes".
También en Cataluña se avivan los rumores sobre integraciones más o menos inmediatas, alentadas en las últimas horas por las declaraciones del consejero del Banco de España, Guillém López Casanova, en el sentido de que sería "ficticio" afirmar que todas las cajas de ahorros catalanas están sanas. Palabras que fueron contestadas por la Generalitat, en un intento de apartar la sombra de duda sobre estas entidades. Otro vértice en este triángulo lo constituye La Caixa, la única caja sobre la que jamás se ha cernido ninguna duda a lo largo de la crisis, que por boca de su presidente, Isidre Fainé, reiteró que en las fusiones, procesos en los que rechaza participar, son esenciales las ventajas financieras resultantes de la unión y no sólo las razones políticas.
El que incidía ayer en las integraciones y en el mismo foro que Fainé, la junta de accionistas de Abertis, era Braulio Medel. El presidente de Unicaja sí ve fusiones en el corto plazo. No es de extrañar. Una vez que la caja andaluza descartó embarcarse en la aventura de digerir CCM, se abre la operación que desea desde hace tiempo Manuel Chaves, presidente de la junta de Andalucía, como es el proyecto de una gran caja para la región.
Ahora, una vez apartada la operación con la manchega, cobra fuerza la unión con Cajasol. La fusión de estas dos entidades crearía una caja que disputaría el quinto lugar del 'ranking' por activos a Caixa Catalunya, por debajo de La Caixa, Caja Madrid, Bancaja y la CAM. Aparte del tamaño, la creación de una gran entidad financiera andaluza, a la que luego se podría sumar Caja Granada y Caja Jaén, es una vieja ambición de Chaves, de contar con una gran entidad con sede en la región.
Tampoco se podrá sortear ya la conveniencia de una reforma de las cajas, bien para bajar el peso de los políticos en sus órganos de gobierno, bien para plantearse algún cambio más profundo en el modelo. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, ya ha apuntado al menor margen de maniobra sobre los recursos propios que tienen las cajas respectoa los bancos, al no disponer de capital social, una limitación que en medio de la 'tormenta perfecta' les deja con menos armas para reforzar sus ratios de solvencia.
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