Que pena de países!
Los Kirchner frenan las negociaciones con Airbus para asumir el pedido de Marsans
@Daniel Toledo - 18/08/2009
Néstor y Cristina Fernández de Kirchner (Efe). La aventura de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán en Argentina nunca fue demasiado bien, pero puede acabar peor. El ministro de Infraestructuras, Julio de Vido, habría ordenado congelar las negociaciones con Airbus para subrogarse al pedido de aviones efectuado por Marsans cuando controlaba Aerolíneas Argentinas. Esta era la vía en la que confiaban los empresarios españoles para salir lo mejor parados posible del país latinoamericano. Según informa la newsletter especializada Código Aéreo y debido a la precaria situación de las finanzas argentinas, De Vido “desde antes de las elecciones [celebradas a finales de junio] habría dado la orden de dilatar los encuentros con Airbus”.
Marsans, que entregó en su día una señal de 150 millones de dólares por su pedido inicial de aviones a Airbus en 2007, renegocia actualmente su millonario contrato con el constructor para la compra de 73 aviones, teniendo en cuenta que 14 aparatos de esa flota estaban destinados a Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas. Estas aerolíneas, afectadas por el proceso de expropiación lanzado por el Gobierno argentino, ya no las controlan Pascual y Díaz Ferrán. Aunque parecería lógico que la compañía, ahora en manos del Estado, se hiciera cargo del pedido, ahora parece lavarse las manos. “Eso lo maneja el Ministerio de Planificación”, se limitó a contestar recientemente el nuevo presidente de Aerolíneas, Mariano Recalde, que además adelantó que se negocia la compra de 20 aviones a la brasileña Embraer.
Lo más chocante de estas declaraciones es que se producen después de que el Gobierno español, según acuerdo del Consejo de Ministros de 29 de mayo, ampliara en 250 millones el crédito concedido a Argentina en 2001 por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Ese dinero liberado por el Gobierno Zapatero debería servir a los Kirchner y a la estatalizada Aerolíneas Argentinas para hacer frente al pedido de Airbus y dar árnica a Díaz Ferrán y Pascual. Escaldados por su periplo argentino, en Marsans son conscientes de que, por muy pactado que pueda estar el destino del dinero entre los Gobiernos, al final los mandatarios argentinos pueden no cumplir. Marsans necesita ese dinero para remediar la situación que viven algunas de sus empresas, como Air Comet, con importantes retrasos en los pagos.
Una sucesión de juicios
Con otros elementos añadidos que no invitan al optimismo. Sobre todo, el legal. Y es que, según señala la newsletter, lo más fácil es que todo acabe “en una buena sucesión de juicios”. Sin ir más lejos, Marsans sigue adelante con su demanda contra el Estado argentino por la expropiación de Aerolíneas, proceso que está actualmente en el tribunal arbitral del Banco Mundial. Pero es que, de acuerdo con esta fuente, si no hay acuerdo para la subrogración al pedido, lo más normal sería que Marsans siguiera adelante con su demanda ante el Centro Internacional de Arbitraje de Disputas de Inversiones (CIADI).
Un pulso que las autoridades argentinas mantendrían, pero jugando con ventaja: acudirían a la justicia del país. Recalde ya ha sentado las bases al buscar culpables de los malos resultados de la compañía. Según las estimaciones preliminares de la misma empresa, las pérdidas acumuladas ascienden en julio a 300 millones de dólares, lo que implica superar el déficit mensual de entre 30 y 40 millones de dólares con que arrancó el año. ¿Una denuncia a Marsans por la situación económica de la aerolínea? “Está en mi cabeza y está impuesto en la ley. Tenemos que ver cómo se generó la deuda. Estamos trabajando en esto. No tenemos nada en concreto”, aseguró al diario Crítica.
En la pasada Navidad se hizo oficial la expropiación de las acciones de la aerolínea de bandera argentina a Marsans. Sin embargo, hasta que se cierre el proceso, la compañía española todavía posee el 94% de Aerolíneas Argentinas y el 99% de Austral, aunque no tiene derechos políticos ni ningún control sobre la sociedad. Ante este escenario, Recalde también mostró su rechazo a la actitud de la española después de su nombramiento a mediados de julio. “El Grupo Marsans me cuestiona porque sostienen que todavía son dueños de la empresa. Son los titulares, pero no pueden ejercer ningún derecho”, aseveró anticipando nuevos conflictos
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