Del corralíto global.
El Senado aplaza la votación para intentar un acuerdo
EE UU se acerca a un acuerdo sobre el techo de deuda
Un rayo de luz se abrió a última hora de ayer para las finanzas de EE UU y las de las economías occidentales. El Senado se preparaba ayer para un voto a la 01.00 del domingo hora local (las 07.00 hora peninsular española), cuando el líder de la mayoría demócrata en el Senado de EE UU, Harry Reid, decidió aplazar hasta el mediodía de hoy (tarde del domingo en España) la votación debido a la posibilidad de un acuerdo con los republicanos en el espinoso asunto del techo de deuda, que amenaza con llevar al impago al Tesoro de EE UU.
G. S. V. / Agencias - Madrid - 31/07/2011
Republicanos y demócratas han esperado a que faltasen apenas tres días para que se venza la fecha límite para dar muestras de una mínima esperanza de que pueda haber un acuerdo.
Era la 1 de la madrugada hora de Washington, las 7.00 hora peninsular española. El Senado se preparaba para una nueva votación sobre el plan demócrata para imponer un plan de austeridad que permita elevar el techo de deuda de 14,3 billones de dólares. El líder de la mayoría demócrata en el Senado de EE UU, Harry Reid, ha decidido aplazar hasta el mediodía de hoy (tarde del domingo en España) este voto, para dar tiempo a las negociaciones con los republicanos sobre un acuerdo bipartidista que evite la suspensión de pagos, el 2 de agosto.
Ha sido un fin de semana de infarto en este aspecto, que amenaza con dejar al Tesoro estadounidense sin fondos suficientes para hacer frente a sus compromisos. La Casa Blanca y el Capitolio continuaron ayer sábado sus negociaciones, con el propio presidente de EEUU, Barack Obama, inmerso en conversaciones con demócratas y republicanos.
Poco antes, en lo que resultó una agitada votación, la Cámara de Representantes (de mayoría republicana) rechazó, por 246 contra 173 votos, la propuesta demócrata para elevar el techo de la deuda, que ahora se sitúa en 14,3 billones, antes aún de que el Senado iniciara siquiera los trámites para votarla.
Los republicanos devolvían así el golpe que el Senado (de mayoría demócrata) asestó el viernes a la propuesta del presidente de la Cámara Baja, John Boehner, al bloquearla poco después de que fuera aprobada en ese hemiciclo, después de duras concesiones de los republicano sal ala dura de su partido, el Tea Party.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, aseguró en una conferencia de prensa tras la votación que había hablado ayer por teléfono tanto con el vicepresidente, Joe Biden, como con Obama, y opinó que el mandatario debería estar presente en cualquier negociación para llegar a un consenso. "Confío plenamente en que lograremos un acuerdo en un futuro muy próximo", aseguró McConnell, mientras que Boehner subrayó que los estadounidenses pueden estar seguros "de que esta crisis se acabará" y de que "no habrá cese de pagos".
Ese optimismo contrastó con la frustración que Reid expresó más tarde en el pleno del Senado, después de una visita a la Casa Blanca junto con la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Para zanjar el debate en torno a su medida, Reid necesitará en la votación de hoy domingo una mayoría de 60 votos, lo que obliga a los demócratas, que controlan la Cámara Alta, a asegurarse el respaldo de al menos siete republicanos. Ese objetivo parecía ayer lejano cuando McConnell entregó a Reid una carta en la que 43 de los 47 senadores republicanos se comprometían a votar en contra.
Reid ha modificado en los últimos días su plan para añadirle elementos impulsados por McConnell, y su propuesta incluye ahora una elevación de la deuda en dos fases, hasta llegar a 2,4 billones, y una reducción del déficit en 2,2 billones de dólares en la próxima década.
No obstante, carece de un mecanismo que establezca cómo actuar si el Congreso no consigue reducir el déficit en los niveles esperados, lo que se ha convertido en el principal argumento de muchos republicanos para rechazar el plan. "Es hora de que acabemos con este teatro del absurdo", dijo tras la votación en la Cámara Baja una decepcionada Nancy Pelosi, que instó a los legisladores de ambos partidos a lograr una solución 'real'.
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