Hace apenas un año, Irlanda guardaba cama junto a los “enfermos”
convalencientes de Europa. Ahora vuelve a crecer (1,6% en el segundo
trimestre del año), impulsada sobre todo por las exportaciones y por las inversiones extanjeras.
Pero no hay una fórmula mágica detrás del “milagro irlandés”. En todo
caso, una combinación de factores que, en opinión del ministro de Empleo
e Innovación Richard Bruton, han contribuido “a dinamizar la economía y
a crear empleo”.
"No basta con estabilizar la economía, hay que transformarla", declara Bruton a EL MUNDO. "Y el 'secreto' de Irlanda es tal vez haber creado un ecosistema propicio para seguir creando empresas y atrayendo inversores, a pesar de las circunstancias. No sé si este modelo es 'exportable' a países como España".
Irlanda reivindica de nuevo la condición del Silicon Valley europeo, con la experiencia adquirida antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y con la confianza que da la reciente 'campanada' de Twitter, atraído por los bajos costes, la flexibilidad laboral y la exenciones fiscales a las corporaciones.
El siguiente paso es captar a las 'start-ups' internacionales, con un fondo de ayuda de 10 millones de euros lanzado esta misma semana, y con la mirada puesta en internet, los videojuegos, el 'cloud computing', la medicina de alta tecnología y los servicios financieros.
“Nuestra ambición no es sólo lograr que Google o Microsoft echen raíces en Irlanda, sino propiciar que el próximo Google o Microsoft surjan precisamente de Irlanda”, declara Bruton. “La comunidad tecnológica internacional sabe lo que aporta Dublín, sabe de nuestra condición de puerta de entrada en Europa y de puente con Estados Unidos. Saben que estamos abiertos a nuevas ideas y que les vamos a apoyar”.
Bruton, que llegó a retar a Enda Kenny por el liderazgo en el partido de centro-derecha Fine Gael, se ha convertido ahora en la mano derecha del primer ministro para la creación de empleo, convencido de que la innovación debe ser necesariamente “la máquina de crecimiento económico” de Irlanda.
"Nuestro objetivo es que la compañías propias generen proporcionalmente tres veces más beneficios a la economía irlandesa que las multinacionales", asegura el ministro de Empleo. "Y el Gobierno ha decidido intervenir directamente para estimular la creación de 'start-ups', porque la capacidad para volver a generar empleo está sobre todo en manos de una pequeña clase de empresarios innovadores y con gran movilidad".
El nivel de paro en Irlanda era mínimo antes del estallido de la burbuja (4%) y ha subido a un 14% en los momentos más agudos de la recesión, pero el Gobierno está convencido en haber invertido la tendencia, gracias sobre todo al crecimento del 7% de las exportaciones y a la creciente competitividad de su economía en el contexto de Europa.
“El estallido de la burbuja nos hizo mucho daño en 2008, pero teníamos una base tecnológica que no hemos perdido y que hemos logrado reactivar gracias a los costes bajos y los incetivos para las empresas”, concluye Bruton. “Hemos sufrido, pero nos hemos recuperado rápido”.
"No basta con estabilizar la economía, hay que transformarla", declara Bruton a EL MUNDO. "Y el 'secreto' de Irlanda es tal vez haber creado un ecosistema propicio para seguir creando empresas y atrayendo inversores, a pesar de las circunstancias. No sé si este modelo es 'exportable' a países como España".
Irlanda reivindica de nuevo la condición del Silicon Valley europeo, con la experiencia adquirida antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y con la confianza que da la reciente 'campanada' de Twitter, atraído por los bajos costes, la flexibilidad laboral y la exenciones fiscales a las corporaciones.
El siguiente paso es captar a las 'start-ups' internacionales, con un fondo de ayuda de 10 millones de euros lanzado esta misma semana, y con la mirada puesta en internet, los videojuegos, el 'cloud computing', la medicina de alta tecnología y los servicios financieros.
“Nuestra ambición no es sólo lograr que Google o Microsoft echen raíces en Irlanda, sino propiciar que el próximo Google o Microsoft surjan precisamente de Irlanda”, declara Bruton. “La comunidad tecnológica internacional sabe lo que aporta Dublín, sabe de nuestra condición de puerta de entrada en Europa y de puente con Estados Unidos. Saben que estamos abiertos a nuevas ideas y que les vamos a apoyar”.
Bruton, que llegó a retar a Enda Kenny por el liderazgo en el partido de centro-derecha Fine Gael, se ha convertido ahora en la mano derecha del primer ministro para la creación de empleo, convencido de que la innovación debe ser necesariamente “la máquina de crecimiento económico” de Irlanda.
"Nuestro objetivo es que la compañías propias generen proporcionalmente tres veces más beneficios a la economía irlandesa que las multinacionales", asegura el ministro de Empleo. "Y el Gobierno ha decidido intervenir directamente para estimular la creación de 'start-ups', porque la capacidad para volver a generar empleo está sobre todo en manos de una pequeña clase de empresarios innovadores y con gran movilidad".
El nivel de paro en Irlanda era mínimo antes del estallido de la burbuja (4%) y ha subido a un 14% en los momentos más agudos de la recesión, pero el Gobierno está convencido en haber invertido la tendencia, gracias sobre todo al crecimento del 7% de las exportaciones y a la creciente competitividad de su economía en el contexto de Europa.
“El estallido de la burbuja nos hizo mucho daño en 2008, pero teníamos una base tecnológica que no hemos perdido y que hemos logrado reactivar gracias a los costes bajos y los incetivos para las empresas”, concluye Bruton. “Hemos sufrido, pero nos hemos recuperado rápido”.
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