Recaida del Ladrillo?
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Ana Sánchez Arjona
Punto muerto y previsión de posible
recaída. Así definen los expertos la
situación del sector inmobiliario, al
borde de una segunda recesión cuando
aun no se ha recuperado del estallido
de la burbuja que lo ha dejado
en dique seco. “Una segunda recesión,
una cuarta, una tercera..... El
sector, que lleva así desde 2007 y está
en estos momentos en una situación
de ‘iniciación cero’ desde hace ya dos
años”, nos dice Ángel Berge, consejero
delegado de Analistas Financieros
Internacionales, AFI, en relación
a los visados de nuevas viviendas
situados en cifras que rozan la parálisis.
Es más, las previsiones apunta
que la compraventa de viviendas terminará
2011 en mínimos históricos,
por debajo de las 150.000 unidades,
si se tiene en cuenta el dato publicado
recientemente por el INE, la caída
en la concesión de hipotecas del 40%
y en viviendas iniciadas del 24%, lo
que “constata que se está entrando
en depresión”, tal y como ha calificado
Pedro Pérez, secretario general
del G-14. “No hay precedentes de
otras situaciones anteriores con cifras
similares en el sector que va camino
de perder, este mismo año, otros
250.000 puestos de trabajo”. Una de
las fuentes consultadas abunda en
estos pronósticos. “El sector de construcción
y sobre todo residencial, tiene
una capacidad de destruir empleos
y de crearlos brutal. No sólo empleos
directos sino los indirectos por lo
que volverá a haber un pico de pérdida
de puestos de trabajo este año”.
La crisis del sector del ladrillo se
retroalimenta con las malas perspectivas
económicas, el deterioro de la
capacidad adquisitiva de los españoles
después de años de crisis, el desempleo
en más del 20% y unas entidades
financieras que no se deciden
a abrir el grifo del crédito.
Los expertos coinciden en que la
solución a corto plazo pasa por una
inevitable rebaja de los precios; y eso
que, según datos oficiales, las cifras
ya recogen un descenso del 25% de
media con respecto al punto álgido
de la burbuja inmobiliaria, en 2007.
Según el informe trimestral de la eurozona
sobre el sector publicado el
pasado 10 de octubre en Bruselas, la
vivienda en España subió un 155%
con el boom y solo ha caído un 22%
desde el comienzo de la crisis. Se trata,
por lo tanto, de un ajuste que no
se llegó a materializar del todo por lo
que el drenaje de inmuebles sin vender,
aproximadamente compuesto
por 700.000 viviendas, solo es posible
con un recorte adicional de entre
el 35 y el 45% en la valoración de los
pisos. Se trata de una posición que
difiere respecto a la que ofrece el propio
sector y también el mensaje del
Gobierno. El ministro de Fomento,
José Blanco, señalaba en la reciente
convocatoria del Salón Inmobiliario
Internacional de Madrid que el sector
de la vivienda se encuentra en la
“fase final de ajuste de precios”.
Pero, hay que tener en cuenta que
el mercado es heterogéneo. “Yo creo
sinceramente, que en muchas zonas,
sobre todo en las grandes capitales....
todo lo que no es periférico, tanto geográficamente
hablando y también desde
el punto de vista de su interés, ya
está ajustado, muy ajustado”, nos dice
Pedro de Churruca, consejero director
general de Jones Lang LaSalle.
“Hay cosas que seguirán bajando,
seguro, porque hay activos, muchísima
promoción en lugares imposibles,
absurdos, que nunca tenían que
haberse abordado y que puede que
no se coloquen nunca. Pero la mayor
parte de lo que hay en stock ya ha
recortado un buen tramo sus precios”.
Más allá de los precios, el principal
freno a la demanda lo constituyen las
dificultades de financiación, y un crédito
que no fluye. Y, aunque los precios
sigan cayendo si las entidades
no financian, no hay manera de comprar”,
explica en una entrevista a El
Nuevo Lunes, José Manuel Galindo,
presidente de la Asociación de Promotores
Constructores de España
(APCE), quien señala que los promotores
ya han ajustado al máximo sus
márgenes de benéficos.
Ahora es el momento de la banca
y también de las cajas de ahorros.
Y es que la Asociación de Promotores
y Constructores sabe que
las iniciativas para dejar a un lado
las dificultades pasan por cerrar la
reestructuración financiera, puesto
que sin su saneamiento no es
viable que pueda abrirse el grifo del
crédito lo que supondría dar impulso
a la actividad. De esta manera
piden una modificación del sistema
de provisiones y que se reduzcan
aquellas que tengan como
objetivo a productos “económicamente
sostenibles”. Es decir que
se adapte al riesgo de un activo
inmobiliario concreto.
Para inmuebles a precio razonable,
con una buena situación y cuya venta
esté casi al cien por cien garantizada,
la Asociación propone que la
provisión sea más pequeña o incluso
que no tenga porque figurar en el
balance, ya que el riesgo es prácticamente
inexistente.
“No se puede demonizar a un sector
entero porque hay promotores
inmobiliarios que tienen una mezcla
de producto, de cliente, de localización,
de calidades y de precios con
demanda, venta asegurada, pero no
tienen financiación”, añade Ángel Berge.
Habla incluso este experto de la
absoluta necesidad de idear un vehículo
de activos en forma de “bancos
malos” para controlar el stock.
Y es que, a pesar de todo, hay
necesidades de vivienda que están
sin cubrir. “Lo que es cierto es que
hay una demanda latente importante
pero que no tiene capacidad de
compra tanto por falta de financiación
como por la situación laboral de
hoy en día”, señala al respecto Pedro
de Churruca. “Se da la paradoja de
que habiendo muchísimas viviendas
estocadas y sin vender, hay ámbitos
en los que con escasez”, añade el
consejero delegado de AFI.
El responsable de la APCE defiende
que la necesidad de casas a medio
plazo debería estabilizarse en torno
a las 300.000 anuales, aunque esa
cifra no se alcanzará hasta 2015. Esta
producción, a su juicio, podría suponer
la creación de más 600.000
empleos.
Los expertos relación también el
parón del mercado con el proceso
electoral. “La profundidad de la crisis
pone de relieve la imperiosa
necesidad de reactivar al sector”,
señala una de las fuentes. “El
Gobierno que venga tiene que tomar
medidas y drásticas, no me cabe la
menor duda y, de alguna manera el
mercado lo está esperando”, añade
de Churruca.
El máximo responsable del G-14,
Pedro Pérez solicita a los políticos
“que vuelvan la mirada hacia el sector”
porque, a su juicio “España se
habría ahorrado buena parte de la
reestructuración del sector financiero
si se hubiera dado al negocio inmobiliario
todo el apoyo que este demandó
desde el principio”.
La crisis del sector del ladrillo se retroalimenta con las malas
perspectivas económicas, el deterioro de la capacidad adquisitiva
de los españoles después de años de crisis, el desempleo
en más del 20% y unas entidades financieras que
no se deciden a abrir el grifo del crédito. Punto muerto y
posible recaída. Así definen los expertos la situación del
sector, al borde de una segunda recesión cuando aún no se
ha recuperado del estallido de la burbuja que lo ha dejado
en dique seco. Las previsiones apuntan que la compraventa
de inmuebles terminará en 2011 en mínimos históricos.
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