¿Por qué España es diferente?
Nuria Salobral - 28/10/2011 - 07:00
Los 26.161 millones de euros de necesidad de capital apuntados por la Autoridad Bancaria Europea para la banca española han desmontado meses de elaboración de un cuidado discurso en el que las entidades financieras de España, en especial los grandes bancos, se han esforzado por desmarcarse del epicentro de la crisis y, más recientemente, del castigo por la tenencia de deuda soberana en problemas. La pretensión de la EBA de valorar a precio de mercado los bonos soberanos ya puso en pie de guerra al sector, que defendía que la cartera de deuda mantuviera su estatus de activo libre de riesgo. Y a esta desafortunada reclamación hay que sumar el agravio de este verano con los test de estrés.
En los cálculos anunciados el miércoles por la noche por la EBA -por otra parte aún provisionales-, la banca española queda otra vez en desventaja. De nuevo, y siguiendo el mismo guion del test de julio, no se incluye la provisión anticíclica ni los bonos convertibles, con la excepción -hecha a la medida para Banco Santander- de los que tienen previsto canjearse en acciones antes de finales de octubre de 2012.
La premura de la Unión Europea por recapitalizar a la banca europea partía de la idea de protegerla de los efectos de un derrumbe incontrolado de Grecia. Pero los cálculos de la EBA dejan la gran paradoja de que el déficit de capital aún no recoge el impacto de la quita del 50% en la deuda griega que deberá asumir la banca, en especial la banca francesa y alemana, y que aún está pendiente de negociarse. Por el contrario, dejan en evidencia, solo por detrás de la atribulada banca griega, a la banca española, apenas bajo el foco de Atenas. Pero más allá de metodologías, "la gran trampa de estas cifras está en el cómputo de los activos ponderados por riesgo que hacen las entidades europeas, con el beneplácito de sus reguladores", afirma el ejecutivo de un banco español. Así, España sigue unos criterios más estrictos a la hora de establecer la cuantía de recursos propios que debe tener un banco en función de los créditos que concede, y los riesgos que asume en ello. Mientras que el objetivo de core Tier 1 es común en Europa, no lo es la fórmula de contabilizar los activos ponderados por riesgo. Y los ratios de solvencia resultan de dividir el capital de un banco entre sus activos de riesgo. El rigor con que la banca española los contabiliza arroja niveles de cumplimiento del 47,5% en Santander, entendido como el peso de sus activos ponderados por riesgo sobre el total de activos, o del 57% en BBVA, frente a niveles del 18% en Deutsche Bank o del 29% en Société Générale, mucho más activos en banca de inversión, según datos del primer trimestre. Un elemento más en el que buscar la convergencia a nivel europeo, mientras sigue sin resolverse el asunto capital que amenaza al conjunto de la zona euro. "El problema real está en la gobernabilidad de la zona euro. Si Europa está menos endeudada que Japón o EE UU, ¿por qué a nosotros no nos prestan dinero?", resume un banquero.
En los cálculos anunciados el miércoles por la noche por la EBA -por otra parte aún provisionales-, la banca española queda otra vez en desventaja. De nuevo, y siguiendo el mismo guion del test de julio, no se incluye la provisión anticíclica ni los bonos convertibles, con la excepción -hecha a la medida para Banco Santander- de los que tienen previsto canjearse en acciones antes de finales de octubre de 2012.
La premura de la Unión Europea por recapitalizar a la banca europea partía de la idea de protegerla de los efectos de un derrumbe incontrolado de Grecia. Pero los cálculos de la EBA dejan la gran paradoja de que el déficit de capital aún no recoge el impacto de la quita del 50% en la deuda griega que deberá asumir la banca, en especial la banca francesa y alemana, y que aún está pendiente de negociarse. Por el contrario, dejan en evidencia, solo por detrás de la atribulada banca griega, a la banca española, apenas bajo el foco de Atenas. Pero más allá de metodologías, "la gran trampa de estas cifras está en el cómputo de los activos ponderados por riesgo que hacen las entidades europeas, con el beneplácito de sus reguladores", afirma el ejecutivo de un banco español. Así, España sigue unos criterios más estrictos a la hora de establecer la cuantía de recursos propios que debe tener un banco en función de los créditos que concede, y los riesgos que asume en ello. Mientras que el objetivo de core Tier 1 es común en Europa, no lo es la fórmula de contabilizar los activos ponderados por riesgo. Y los ratios de solvencia resultan de dividir el capital de un banco entre sus activos de riesgo. El rigor con que la banca española los contabiliza arroja niveles de cumplimiento del 47,5% en Santander, entendido como el peso de sus activos ponderados por riesgo sobre el total de activos, o del 57% en BBVA, frente a niveles del 18% en Deutsche Bank o del 29% en Société Générale, mucho más activos en banca de inversión, según datos del primer trimestre. Un elemento más en el que buscar la convergencia a nivel europeo, mientras sigue sin resolverse el asunto capital que amenaza al conjunto de la zona euro. "El problema real está en la gobernabilidad de la zona euro. Si Europa está menos endeudada que Japón o EE UU, ¿por qué a nosotros no nos prestan dinero?", resume un banquero.
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