La Policía Nacional de Oviedo ha informado este martes de la desarticulación de una banda organizada, compuesta por tres ciudadanos colombianos (dos hombres y una mujer) y un colaborador español, que se dedicaba al robo de viviendas de inmigrantes chinos en Asturias.
El hermetismo de la comunidad china, reacia a presentar denuncias, así como su frecuente costumbre de guardar grandes cantidades de dinero en efectivo en sus casas, eran conocidos por los arrestados. También han sido aspectos que han dificultado la investigación policial, según explica el cuerpo a través de una nota de prensa.
La Policía Nacional de Oviedo, tuvo conocimiento de una serie de robos con fuerza en domicilios de ciudadanos de nacionalidad china que habían tenido lugar desde el mes de mayo de 2012 hasta el mes de abril de 2013.
Las investigaciones presentaron una gran dificultad debido a que algunos de los ciudadanos afectados no presentaron la denuncia correspondiente y por la falta de colaboración, por el hermetismo de este colectivo o según manifestaron, por miedo a posibles represalias. A ello hay que añadir las dificultades para poder identificar a los perjudicados ya que para los policías que estaban investigando, todos los chinos se parecen unos a otros y también porque al ser un grupo itinerante, una vez dado el golpe se ausentaban rápidamente de la ciudad, excepto el español que continuaba con su labor de seguimiento de ciudadanos chinos para averiguar sus domicilios.
El hilo del que pudieron tirar los investigadores del grupo 4º de la Brigada de Policía Judicial de Oviedo, para desenredar el ovillo fue un hecho fortuito y que aparentemente no tenía nada que ver con el asunto de los robos con fuerza en domicilios.
Las investigaciones, de este otro caso, dieron sus frutos y se procedió a la detención del autor y de sus cómplices.
Con autorización judicial se procedió a efectuar registros en las viviendas y cuartos trasteros de los implicados para tratar de encontrar los objetos sustraídos, y en unos de ellos se localizaron cámaras de fotos en las que aparecían imágenes de fiestas familiares de ciudadanos chinos.
Identificados algunos de los que aparecían en las instantáneas, reconocieron que las cámaras eran de su propiedad y que le habían sido sustraídas en sus domicilios en robos con fuerza.
AL MENOS OCHO ROBOS
En total se identificaron a 8 familias que habían sufrido otros tantos robos con fuerza en sus domicilios particulares.
Los efectos sustraídos en todas las casas consistieron en joyas, teléfonos móviles, cámaras de fotos, equipos informáticos y sobre todo dinero en efectivo en cantidades importantes que oscilan entre los 1500 y 30.000 euros, también cantidades de dinero chino y yenes japoneses.
Es frecuente que los ciudadanos chinos acumulen en sus domicilios cantidades importantes de dinero en efectivo, extremo que es conocido por los delincuentes habituales y especializados en este tipo de delitos.
De las investigaciones se pudo determinar que al menos los autores eran dos, probablemente ayudados por una mujer que recogería información y vigilaría mientras sus cómplices efectuaban los robos.
SORPRENDIDOS EN EL ACTO
Se supo que en una ocasión, en un domicilio de barrio de la Argañosa de Oviedo fueron sorprendidos, mientras estaban en el interior del domicilio, por la propietaria, siendo los autores, en este caso, dos varones que huyeron rápidamente después de dar un empujón a la propietaria y que observó que en su huida les acompañaba una mujer.
Actuaban con gran rapidez, produciendo daños en el mobiliario, rajaban sofás, sillas, colchones y otros objetos hasta localizar el botín.
El propietario de la vivienda donde aparecieron algunos de estos efectos sustraídos, confesó ser el autor material de los robos, además de haber vendido algunas joyas, que se había quedado sin conocimiento del resto de la organización, en varias casas de compra-venta de oro.
El resto del grupo estaba compuesto por tres ciudadanos colombianos, dos hombres y una mujer, perfectamente organizados, el cabecilla distribuía las labores al resto, repartía el dinero y daba salida a las joyas y ordenadores. Los móviles y cámaras de fotos se los repartían entre ellos.
RESIDENTES EN MADRID
Los colombianos vivían en Madrid y se desplazaban a Oviedo para perpetrar los robos. Uno de ellos es un experto en violentar puertas. La mujer captaba información y vigilaba.
El cabecilla no se implicaba en los hechos, tan solo dirigía y vigilaba. Actualmente se encuentra ingresado en la prisión de Villabona de Asturias.
En todos los hechos se apreció una preparación previa minuciosa, selección de objetivos y características similares en todos lo robos, por lo que se les pudo imputar la agravante de grupo organizado.
El ciudadano español tenía antecedentes por robos con fuerza, contra la salud pública, hurtos, falsificación y otros. Había sido captado por los colombianos y que mantenía deudas con la organización.