El recorte de gasto en medicamentos se 'come' el 80% de todo el ajuste sanitario
El Eco
Con la excepción de Grecia, ningún otro país de la OCDE ha acometido un recorte de su gasto farmacéutico tan radical como España. Desde mayo de 2010, las comunidades autónomas se han ahorrado 3.597 millones de euros en la factura pública de recetas dispensadas a cargo del Sistema Nacional de Salud, según el último dato de mayo de 2013. Esta reducción supone una histórica bajada del 28,27 por ciento de la factura en tres años y también un profundo tajo en los ingresos de laboratorios, distribuidores y farmacias.
Este recorte en fármacos supone, según publica hoyelEconomista Sanidad, que del total de la reducción del gasto sanitario llevado a cabo por las comunidades autónomas, el 79 por ciento ha ido a parar al gasto en medicamentos, cuando esta partida supone apenas el 18 por ciento de dicho gasto, mientras que el 82 por ciento restante sólo generó el 21 por ciento del ahorro de gasto sanitario.
Desde que Ana Mato asumió la cartera de Sanidad, la ministra se marcó como objetivo principal reducir el gasto en medicamentos para situarlo en "niveles europeos". Aunque en 2012 la partida de recetas se encontraba ya por debajo del 1 por ciento del PIB recomendado por Bruselas, el Ministerio ha profundizado en esta política, a sabiendas de que brinda en bandeja a las comunidades unos resultados rápidos sin demasiado coste político.
Sólo en los últimos doce meses, y gracias sobre todo a la aplicación del nuevo sistema de copago farmacéutico a partir de julio, las regiones han reducido esta partida en 1.723,35 millones de euros. Esta cantidad es más de la mitad del ajuste sanitario autonómico previsto este año (3.134 millones) en el Plan Nacional de Reformas presentado ante Bruselas, que también carga la mayor parte del ajuste (6.000 millones) en el gasto en salud. De este modo, las regiones podrán cumplir con su plan de reducir en un 5,5 por ciento su presupuesto sanitario en 2013 (53.896,51 millones de euros).
Consecuencias en el empleo
Las consecuencias de esta política las está pagando, y con creces, el sector farmacéutico. La presidenta de Farmaindustria, Elvira Sanz, fue rotunda durante la última Asamblea General Ordinaria al denunciar que las compañías "se están descapitalizando, reduciendo su capacidad de inversión en I+D+i, perdiendo músculo para emprender el camino de la internacionalización y teniendo que llevar a cabo recortes en materia de empleo". En los últimos tres años el sector de laboratorios innovadores ha destruido 6.000 empleos y prevé perder este año 1.000 puestos más. La patronal habla incluso de un "silencioso efecto de deslocalización". "Es algo que iremos notando en los próximos años", advirtió el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés. Además, España ha pasado de ser uno de los tres países con mejor acceso a los medicamentos innovadores a situarse en la cola de Europa.
La caída del gasto en recetas no ha tocado además suelo. Farmaindustria prevé que 2013 se cerrará con una disminución del orden del 13 por ciento, que elevaría el tijeretazo de esta partida a 4.400 millones desde su nivel histórico más alto. Sin medidas adicionales, el sector llegará dentro de tres años a cifras comparables a las de 2002, "un salto atrás en el tiempo de 14 años", según la patronal de la industria innovadora.
Falta, en efecto, por ver el impacto durante el segundo semestre del año de la nueva orden de precios de referencia que rebajará el coste de más de 11.300 presentaciones, con un objetivo de ahorro de 409 millones de euros difícil de cumplir porque no entrará en vigor antes de octubre.
Este conjunto de medidas ha permitido que el gasto farmacéutico deje de ser un problema para las arcas públicas, según el Gobierno, para convertirse en una grave hemorragia que amenaza la viabilidad de un sector innovador y generador de empleo y riqueza, como recuerda Farmaindustria.
Freno a la innovación
Las consecuencias de este recorte paulatino del gasto en medicamentos tiene ya su primer efecto: el freno a la llegada de innovación a nuestro país. Así, durante el año 2012, la Agencia Española del Medicamento, dependiente del Ministerio de Sanidad, recibió 1.560 nuevas solicitudes de autorización de comercialización de nuevos medicamentos. De ellas, la innovación apenas llegaba al 20 por ciento.
Es decir, actualmente casi ocho de cada diez nuevos fármacos presentados para su aprobación en España son genéricos, copias de medicamentos ya existentes. Además, en comparación con el año 2011, se ha producido un descenso del 8,8 por ciento en el número de solicitudes de nuevas autorizaciones recibidas, lo que marca una ligera tendencia a la baja por segundo año consecutivo.
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