martes, 3 de septiembre de 2013

Cargas endemoniadas...

Los intereses suponen el 20% del alza de la deuda pública en la crisis

Los ministros de Hacienda y Economía, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos.
PABLO MONGE


Hasta que empezó la crisis, España era uno de los países con menor deuda pública en relación al tamaño de su economía. El ratio de endeudamiento se situaba en el 36,3% sobre el PIB a cierre de 2007. Pero en el año 2008 todo cambió. Con el estallido de la crisis, la deuda pública ha alcanzado en el primer trimestre del año un 88,2% del PIB (922.000 millones) frente a los 435.000 del 2007, lo que supone un crecimiento del 110%.
La mayor parte de este aumento se debe a que el Estado cada vez ingresa menos. Como consecuencia de la crisis económica y del estallido de la burbuja inmobiliaria, la recaudación impositiva se ha desplomado, mientras el gasto no ha podido reducirse al mismo ritmo. Esta diferencia de ingresos y gastos es el llamado déficit primario, y el Estado debe emitir deuda (pedir dinero prestado) para poder cumplir sus compromisos, como ha sucedido durante estos últimos cinco años de crisis.
De hecho, en 2012 la diferencia entre lo ingresado y lo gastado por las administraciones públicas supuso 73.298 millones de euros. Este déficit primario ha supuesto un 70% del aumento de la deuda pública durante la crisis, según el Banco de España, que en un informe reciente ha descompuesto los factores que hacen aumentar la deuda pública en España.
Hay, de hecho, otro componente en el aumento de la deuda que puede ser aún más preocupante, dado que escapa al control de las administraciones, y es el gasto en intereses. De acuerdo con las cifras del Banco de España, los intereses de la propia deuda forman la quinta parte del aumento de la deuda, alcanzando más de 97.000 millones de euros desde el año 2008, con un ascenso muy significativo en los dos últimos años. En otras palabras, el simple aumento de los intereses en estos cinco años ha contribuido más al endeudamiento del Estado que todo el déficit del año pasado, los citados 73.928 millones.
Eso, a pesar de que, en un contexto de mercado extremadamente complicado, el Tesoro, organismo encargado de gestionar la deuda pública, ha conseguido contener el alza de los intereses pagados: los tipos efectivos de los intereses no han variado de una manera significativa en los últimos años. Así, desde el año 2008, este indicador, que mide el interés medio que paga el Tesoro por las nuevas emisiones en cada ejercicio, nunca ha llegado a tocar el 4% (en 2007 el tipo medio fue del 4,2%), y durante este 2013, de hecho, se ha movido en torno al 2,5%. Estos datos son comparables con los de principios de milenio, ya que desde el 2003 hasta el 2005 tampoco se rebasó el listón del 3%.
No obstante, también hay otros factores que elevan la deuda pública. Uno de ellos es la caída del PIB, que al bajar hace que el ratio de deuda sobre PIB suba. Las autonomías merecen ser mencionadas en este aumento de la deuda, ya que el incremento ha sido generalizado desde 2007, sobre todo en Valencia, Castilla la Mancha (con una deuda cinco veces mayor que en 2007), y Cataluña. Estas son también las autonomías que alcanzaron mayores niveles de deuda en porcentaje de su PIB regional en 2012, del 28,2%, 29,4% y 25,4% respectivamente.

Estructura

Largo y corto plazo: La estructura de la deuda española también han cambiado en estos últimos años. Hasta el momento, la deuda de las administraciones públicas españolas en 2012 se concentraba en el largo plazo (89% del total), y a través de valores (76% del total). Pese a que las tenencias por parte de residentes son superiores a las de los no residentes, la situación se ha invertido y ahora los extranjeros figuran como tenedores del 37% de la deuda pública española.

Camino de otro “sorpasso”

La evolución de las economías italiana y española han estado íntimamente ligadas con los vaivenes en el ciclo económico. Los quince años continuados de crecimiento que España encadenó entre 1993 y 2008 provocaron el adelantamiento (sorpasso en italiano) a Italia, de tal manera que a principios de 2008 el PIBper capita español fue superior al italiano. El impacto inicial de la crisis fue mucho más profundo en España y las dudas de los mercados se cebaron sobre España, lo que provocó que la prima de riesgo española se situara muy por encima de la italiana. La diferencia media ha oscilado entre los sesenta y los ochenta puntos porcentuales.
La bajada de la prima de riesgo en España, sujeta en una salida de la recesión más vigorosa en España y en el aval de Bruselas sobre el cumplimiento de las reformas, avanza la posibilidad de que se produzca un nuevo adelantamiento: que la prima de riesgo española sea más baja que la italiana, algo que no sucede desde hace dos años.

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