El BCE, listo para rescatar más bancos
El supervisor europeo vuelve a temerse lo peor e impulsa un cambio en las reglas de los rescates para que los inversores privados no sufran quitas si llegara el caso.
Sede del BCE
E.B. / 20-10-2013 • 10:15
La solvencia de la banca europeasigue en entredicho. Sobre todo en el caso de las grandes entidades alemanas, cuyos balances siguen siendo una incógnita para la mayoría.
En los últimos días se ha extendido el rumor de que hay una verdadera preocupación entre los supervisores sobre la posibilidad de que algún gran banco teutón, como siempre el Deustche Bank suena entre los candidatos, vaya a necesitar una potente inyección de ayuda pública para sobrevivir.
Los runrunes del mercado han crecido en intensidad, según se hacía más visible la postura del Gobierno de Merkel de forzar unas pruebas de resistencia de baja intensidad que impidan que algunas grandes entidades bajo sospecha, también italianas y francesas, salgan muy desfavorecidas en la foto.
Esta misma semana, se han publicado diversos informes, con sondeos de mercado, en los que la mayor parte de los analistas consultados, por los expertos de Goldman Sachs y Morgan Stanley, entre otros, apuestan por los bancos de estos tres grandes países de la UE como los peor capitalizados y máximos candidatos al suspenso en unos próximos test de estrés.
Por eso, hay quien cree que esta vez no bastará con volver a esconder el polvo debajo de la alfombra. Y aseguran que Mario Draghi impulsa un cambio en las normas, una nueva flexibilización, que permitiera a los estados europeos inyectar capital público en su sector financiero sin que estas nuevas ayudas supongan quitas para los inversores.
Hasta ahora, el gran problema era Alemania que defendía lo contrario, como bien han sentido en sus bolsillos, los preferentistas españoles, sin ir más lejos. Pero, superadas las elecciones con una nueva victoria de Merkel y, sobre todo, ante la posibilidad de que sean precisamente los bancos teutones los primeros en entrar en la nueva ronda de rescates, ese cambio, previo a que el BCE se convierta en el supervisor único de las grandes entidades, podría llegar próximamente.
Y así lo habría expresado ya el pasado mes de julio el presidente del BCE, Mario Draghi, en un carta dirigida a la Comisión Europea, el pasado mes de julio, a la que ha tenido ahora acceso Reuters, y en la que el banquero central europeo se expresaba en estos términos.
Lo complicado sería ahora hacer el movimiento sin desmantelar por completo las nuevas reglas sobre los rescates bancarios introducidas por Europa el 1 de agosto. Aunque también puede haber remedio para eso. Estableciendo posibles excepciones a la norma en función de los criterios adecuados.
Por lo menos, durante el periodo de transición previsto para que entre en vigor la supervisión única, momento en el que todas las entidades europeas deberían estar perfectamente recapitalizadas para poner el contador a cero.
En los últimos días se ha extendido el rumor de que hay una verdadera preocupación entre los supervisores sobre la posibilidad de que algún gran banco teutón, como siempre el Deustche Bank suena entre los candidatos, vaya a necesitar una potente inyección de ayuda pública para sobrevivir.
Los runrunes del mercado han crecido en intensidad, según se hacía más visible la postura del Gobierno de Merkel de forzar unas pruebas de resistencia de baja intensidad que impidan que algunas grandes entidades bajo sospecha, también italianas y francesas, salgan muy desfavorecidas en la foto.
Esta misma semana, se han publicado diversos informes, con sondeos de mercado, en los que la mayor parte de los analistas consultados, por los expertos de Goldman Sachs y Morgan Stanley, entre otros, apuestan por los bancos de estos tres grandes países de la UE como los peor capitalizados y máximos candidatos al suspenso en unos próximos test de estrés.
Por eso, hay quien cree que esta vez no bastará con volver a esconder el polvo debajo de la alfombra. Y aseguran que Mario Draghi impulsa un cambio en las normas, una nueva flexibilización, que permitiera a los estados europeos inyectar capital público en su sector financiero sin que estas nuevas ayudas supongan quitas para los inversores.
Hasta ahora, el gran problema era Alemania que defendía lo contrario, como bien han sentido en sus bolsillos, los preferentistas españoles, sin ir más lejos. Pero, superadas las elecciones con una nueva victoria de Merkel y, sobre todo, ante la posibilidad de que sean precisamente los bancos teutones los primeros en entrar en la nueva ronda de rescates, ese cambio, previo a que el BCE se convierta en el supervisor único de las grandes entidades, podría llegar próximamente.
Y así lo habría expresado ya el pasado mes de julio el presidente del BCE, Mario Draghi, en un carta dirigida a la Comisión Europea, el pasado mes de julio, a la que ha tenido ahora acceso Reuters, y en la que el banquero central europeo se expresaba en estos términos.
Lo complicado sería ahora hacer el movimiento sin desmantelar por completo las nuevas reglas sobre los rescates bancarios introducidas por Europa el 1 de agosto. Aunque también puede haber remedio para eso. Estableciendo posibles excepciones a la norma en función de los criterios adecuados.
Por lo menos, durante el periodo de transición previsto para que entre en vigor la supervisión única, momento en el que todas las entidades europeas deberían estar perfectamente recapitalizadas para poner el contador a cero.
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