lunes, 2 de diciembre de 2013

Huimos de la Deuda....

Los particulares sólo tienen el 0,74% de ladeuda pública, mínimo histórico

El Eco
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    En los últimos dos años la deuda pública española ha dado un vuelco en el peso que tiene cada tipo de inversor. Los extranjeros están alejados de los porcentajes superiores al 50 por ciento, que aún tenían en 2011, mientras la banca española en el mismo periodo prácticamente duplica su exposición.
    Estos cambios coinciden, por un lado, por las subidas del riesgo soberano, que pusieron a España al borde del rescate, con la consiguiente huida de los inversores extranjeros y el relevo de la banca española como comprador de deuda pública.
    Por supuesto, el total de deuda española en circulación, en un contexto de altos déficit públicos, ha ido en aumento, creciendo en menos de dos años otro 21% en una espiral que se aceleró exponencialmente desde el estallido de la crisis económica.
    En este tiempo también se sigue la tendencia, con la sola excepción de 2011, de una participación decreciente de las personas físicas en la tenencia de deuda española.
    Así, y según los datos del Tesoro, los particulares poseen tan sólo el 0,74% del conjunto de letras, bonos y obligaciones en circulación, un porcentaje que constituye mínimo histórico.
    Quedan ya muy alejados el peso, cercano al 15%, que tenían en 1995, cuando ese porcentaje representaba casi 28.000 millones de euros en deuda. Ahora, apenas tienen 4.967 millones.

    ¿A qué se debe?

    Esta evolución histórica se explica por varios motivos, pero la principal es la evolución menguante de los tipos de interés ofrecidos por el Tesoro, que ha hecho que también decrezca con los años el atractivo de estas inversiones para los particulares por encontrar otras alternativas a sus ahorros a tipos de interés más altos.
    Así, en 1995 la rentabilidad media que ofrecía la deuda española era de un 9,56%, mientras que en 2002, el año de puesta en circulación del euro, bajó hasta el 5,36 por ciento. Así, en perfecta correlación, los particulares tenían en 1995 el 14,84 por ciento de la deuda española y en 2002, el 4,85 por ciento.
    Al final del primer año de crisis, en 2008, el tipo de interés medio se situaba en el 4,32% y al año siguiente marcaba mínimo en el 3,54%. Mientras, las personas físicas tenían el 3,07% en 2008 y en 2009 el 0,91%.
    En los últimos años, la menor participación de las personas físicas en la compra de deuda ha continuado, hasta marcar los mínimos históricos de este año.
    Otro factor que ha influido, aunque en menor medida, a la práctica desaparición de estos inversores es el auge de los fondos de inversión, que hace que los ahorradores compren deuda pública a través de estos productos, en vez de hacerlo de forma directa.

    Vienen de fuera

    Por su parte, la tenencia de deuda pública española por parte de los extranjeros presenta una evolución absolutamente contraria a la de las personas físicas hasta 2010, ya bien entrada la crisis.
    Antes de ese año, la misma razón que impulsaba a los pequeños ahorradores a no invertir en deuda pública alentaba las compras de los no residentes. La bajada de los tipos de interés en los años noventa era una clara señal de la convergencia de España con los socios comunitarios y de sus posibilidades de entrar en el club de países que adoptarían el euro como moneda.
    Así, los no residentes marcaron un máximo de participación en 2010, cuando llegaron a controlar el 54,81% de las emisiones en circulación.
    A partir de entonces, la desconfianza sobre la evolución de la economía española, reflejada también en la escalada de la prima de riesgo, hizo sembrar dudas sobre la posibilidad de que España necesitara un rescate, al igual que Irlanda o Portugal. Tampoco contribuyó a las inversiones extranjeras que la EBA, la autoridad bancaria europea, decidiera aplicar una quita en la valoración de la deuda periférica incluida en los balances de la banca europea.
    Así, a final de 2011, la tenencia de deuda pública por parte de los no residentes cae en algo más de cuatro puntos y el año pasado, según los datos del Tesoro, se baja hasta el 36,53%, lo que supone que en sólo 2012 los extranjeros se deshicieron de algo más de 55.000 millones de euros en deuda.
    Este año, con una mejor perspectiva de España y una relajación en la prima de riesgo, que se encuentra alrededor de los 235 puntos básicos, muy alejada de los máximos de 638 puntos básicos de julio de 2012, la inversión extranjera vuelve poco a poco a confiar en la deuda española. Así, a cierre de septiembre, la deuda en poder de los no residentes ha aumentado en 27.523 millones respeto al saldo de nueve meses atrás.

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