Liga - Ancelotti ya solucionó el drama de Luis
Enrique
El Barça, igual que el Real Madrid, ha perdido dos partidos consecutivos en Liga. El equipo blanco supo recomponerse, un camino que puede emprender el asturiano. Una mejoría en el rendimiento de los laterales, mayor definición en la medular y más puntería en ataque podrían cambiar la cara del Barça.
Eurosport
El Barça se encuentra descosido. La defensa es un flan, el centro del campo llora con melancolía y la delantera es un ejército sin balas, las que no surten en la medular. Con esta fórmula, es fácil que las derrotas se sucedan. El equipo de Luis Enrique encadena dos derrotas consecutivas, una situación que no se vivía desde la Liga 2008/09. Entonces, la Liga estaba resuelta para el conjunto de Guardiola y las derrotas resultaron anecdóticas. Ahora el drama es serio, tanto como el que vivió Ancelotti cuando su equipo cayó de forma consecutiva ante la Real Sociedad y el Atleti. ¿En qué se parecen sendas situaciones y cómo se pueden corregir?
Defensa desorganizada: Ante el Celta, la zaga del Barça se diluyó de nuevo. El mismo grupo de defensores que no cedió ni un tanto en las ocho primeras jornadas naufragó ante los vigueses, que solo necesitaron tres ocasiones para llevarse el partido. Alves es un desastre, empeñado en entregar su espalda, Mathieu no rinde como lateral y los centrales viven del estado de forma de Mascherano, tan afinado como Jordi Alba en su última actuación.
En el Madrid, la zaga también torpedeó al equipo. Igual que el Barça, el Madrid cedió goles a balón parado, con el tanto de córner de Tiago como mejor ejemplo. Los catalanes tropezaron en la misma parcela con Pepe como ejecutor, un azote que también sufrieron en París. Los problemas en el carril diestro del Barça coinciden con los del Madrid de entonces, cuyos laterales se encontraban en la nube.
Centro del campo deshecho: Son incontables las combinaciones que Luis Enrique ha probado en la medular. Rafinha, Rakitic, Xavi, Iniesta, Busquets y Sergi Roberto son las variables de una ecuación cuya solución aún es desconocida. El mal estado de forma del eje, Busquets, y la escasa brillantez de Iniesta condenan a un equipo que aún no tiene claro cómo juega. El mismo dilema se le presentó a la medular blanca, carente entonces del tono que muestra en los últimos diez choques.
Delantera poco afinada: Justo cuando ha llegado Luis Suárez, el Barça ha empezado a descomponerse. La coincidencia no debe asustar a la parroquia azulgrana, pero habrá arqueado alguna ceja. El uruguayo, igual que Messi, se muestra poco afinado en los últimos partidos, mientras Neymar sigue marcando. Los barcelonistas fallaron lo indecible, igual que los blancos ante el Atleti. La puntería fue esquiva para los delanteros, que ni mucho menos son la línea más débil de ninguno de los dos equipos.
¿Cómo lo arregló el Madrid?
Laterales recuperados: El equipo blanco recuperó a sus laterales para la causa, principio innegociable para el juego de los dos grandes. Carvajal y Marcelo lucieron a su nivel. Ramos, aunque no está en su mejor momento, también se muestra mucho mejor, un camino que debería seguir Piqué.
Concentración de vuelta: Los tantos de la Real o el de Arda en el derbi fueron un ejemplo de la ausencia de intensidad defensiva blanca. Lo mismo se aplica en el gol de Larrivey, La zaga debe recuperar el lustre que mostró en las primeras jornadas.
Balón parado, arma propia: El Madrid, que cedió en esa parcela en las primeras jornadas, lo ha convertido en una virtud. El tanto de Pepe en el Clásico lo demuestra. El Barça no logra percutir en jugadas de estrategia pese a tener futbolistas como Rakitic, Piqué y Mathieu para rematar y otros tantos artistas para centrar.
Claridad en la medular: El centro del campo blanco se recita de memoria. Así, a base de minutos, los jugadores de Ancelotti han asumido sus roles con naturalidad y conforman una escuadra temible. En el Barça se despiertan las dudas en esta parcela, lo que torpedea el juego. El Barcelona falla en el lugar del campo que le hizo grande en el pasado. Luis Enrique debe definir qué futbolistas han de integrar esta línea.
Hambre de gol: Los puntas del Real Madrid, con la vuelta de Cristiano, empezaron a devorar defensas contrarias como si fueran aperitivos. La misma actitud debe imponerse en el frente que forman Suárez, Messi y Neymar. Tan solo el brasileño está demostrando su voracidad goleadora.
NUESTRA OPINIÓN
El Barça tiene recursos de sobra para recuperar la senda del éxito. Las malas sensaciones que desprende el equipo exigen una reacción por parte de Luis Enrique, un entrenador que se enfrenta a un reto mayúsculo.
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