Llamazares y Orviz marcan distancias a un mes de las elecciones primarias de IU
El coordinador rechaza la oferta de pacto del diputado sobre la lista y la dirección // Los precandidatos cruzan los primeros reproches de una carrera que empieza igualada
Jueves25 de diciembre de 2014
A falta de un mes para que los afiliados y los simpatizantes de Izquierda Unida en Asturias puedan elegir por primera vez en unas elecciones primarias al candidato de la coalición a la presidencia del Principado, la carrera entre Manuel González Orviz y Gaspar Llamazares se presenta cerrada y dura. Los precandidatos se respetan, pero no hacen concesiones al rival mientras en ambos campos se hacen cuentas para calibrar las opciones propias y ajenas. Si se apoya en la referencia de 2012, cuando la asamblea de la organización lo eligió coordinador autonómico, Orviz puede contar con reunir cierta ventaja entre la militancia. Llamazares, en cambio, puede apoyarse en su trayectoria en la política nacional y su sintonía con parte de la izquierda que no está en IU para equilibrar las opciones gracias al apoyo entre los simpatizantes, aunque en ese plan hay un pero. El censo es tan abierto que no hay referencias sobre quiénes se han inscrito. Tanto pueden decantarse por uno como por el otro. En ese ambiente de incertidumbre, las primeras intervenciones públicas de los aspirantes han acabado por marcar distancias por crear un ambiente de frialdad entre los dos.
Llamazares no ocultaba este miércoles su sorpresa por lo que considera una “respuesta desabrida” de Orviz a su oferta de mantener una reunión previa a la campaña para pactar sus condiciones y los criterios para elaborar más adelante, una vez que las urnas hayan designado un candidato, el resto de la lista electoral y una dirección integradora para IU en Asturias. “Yo preferiría un clima más amable. Ya tengo experiencia en otras primarias y por eso propongo un acuerdo básico aplicable al sistema electoral. Si no lo hay, el resultado puede ser conflictivo”, explica el diputado. “Tiene que ser una fiesta de la participación, pero sin diferencias que se puedan trasladar al funcionamiento de la organización”, añade.
CUESTIÓN DE FORMAS
Orviz desestimó la propuesta de Llamazares al presentar por primera vez ante los militantes sus intenciones en un acto celebrado el martes en Castrillón, el concejo donde reside. Considera que el otro precandidato –evita hablar de rival o contrincante— se precipitó al hacerla. Las primarias se celebrarán el 24 de enero y la campaña interna esperará hasta la semana posterior a Reyes. Tampoco le gustaron las formas: una rueda de prensa en el Congreso y, después, un mensaje de Llamazares en su cuenta de Twitter. “Si hay voluntad de acuerdo, es mejor hablar cara a cara o, al menos, por teléfono”, señala el coordinador, que, en todo caso, da por seguro que su candidatura y la del diputado pactarán normas para la campaña y la celebración de debates.
Las diferencias –innegables, aunque acaso más de forma que de fondo— alejan a ambos precandidatos. Orviz, que hasta ahora había preferido separar las responsabilidades internas de los cargos de representación y que nunca se ha presentado a unas elecciones de ámbito autonómico, ve en su candidatura una culminación lógica del programa y los objetivos que anunció en 2012: convergencia con otras fuerzas de la izquierda, democratización interna con más poder para los militantes y relevo generacional. El último concepto lo entiende menos como una cuestión de edad que de tiempo de presencia en la vida pública y en los órganos de decisión de IU. Al menos entre algunos sectores, ese es un punto débil de Llamazares, cuya trayectoria se remonta a los años 90. Las juventudes de la coalición ya se han manifestado en su contra.
PACTO IMPOSIBLE
El coordinador, además, objeta que la propuesta del diputado de pactar una lista es de imposible cumplimiento. Los militantes, recuerda, han aprobado este año en un referéndum interno unas nuevas reglas de juego para elaborar las candidaturas electorales. No solo votarán directamente para elegir al aspirante al Principado, sino que tendrán voz en la atribución del resto de los puestos. Cada uno podrá marcar cinco nombres en una lista abierta. “Hemos desterrado los viejos métodos. El ámbito de decisión se ha trasladado de un núcleo reducido de dirigentes, sin cambios en las últimas décadas, que ponían y quitaban candidatos, generalmente entre ellos, a los militantes y los simpatizantes”. Orviz, además, apunta que Llamazares llevó a IU a los tribunales por las listas europeas del pasado mes de mayo. Quería mejores puestos para los representantes de su partido, Izquierda Abierta, incluso a costa de que la entonces aún alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina, perdiera su puesto de salida. Finalmente, lo mantuvo y resultó elegida eurodiputada.
Por ahí, argumenta Orviz, el diputado mantiene un doble discurso: quiere primarias pero también cuotas. Él, por su parte, cree que la izquierda no debe perder una de sus señas de identidad: hacer las cosas de manera colectiva. “Aquí no hay salvadores, ni dentro ni, lo que es más importante, fuera. Para salvar a toda la gente que sufre por la crisis y por las agresiones del Gobienro se necesita el programa y la fuerza de la organización”, asegura.
Llamazares, sin embargo, no percibe esas incompatibilidades. “Yo no soy nuevo en las primarias. Ya participé en la primeras [una alusión a su enfrentamiento con Francisco Frutos]. Pero a ver si va a resultar que ahora las primarias son lo moderno y el acuerdo, lo antiguo”, afirma. El diputado también tiene críticas que devolver a Orviz: “Ya ha dicho que, si no es candidato, se va de coordinador. Ese no es el debate, ni este proceso debería tener esas consecuencias para nadie”. Los puntos de partida están alejados y las urnas esperan ya para decidir qué discurso prefieren las bases de IU.
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