lunes, 1 de abril de 2024
Entre el " Ora Pro Nobis " y el " Tevergan " Los Indios acechan....
Las guerras adrianas (Cap.XXIII): Ora pro nobis
Por
Víctor Guillot
1 abril 2024
Adrián Barbón y Jesús Sanz Montes. Foto: JPA
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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.
La FSA ha ido perdiendo cohesión a lo largo de los últimos meses. En las principales agrupaciones locales se mandan mensajes, guiños. No tienen pretensiones de romper nada, pero podrían. No quieren, tampoco lo desean, pero ese escenario ya está dibujado en la mente de algunos dirigentes socialistas. Se han impuesto marcar posiciones. Toda esta situación siempre recuerda al tercer acto en los westerns de John Ford. Los indios observan desde los riscos que despuntan junto al Cañón del Colorado el asedio sangriento que se avecina. De momento, los mensajeros de cada tribu se miran de reojo, confirman intuiciones, buscan complicidades. Jau. Aun no ha habido asamblea de jefes para valorar alternativas. Jau. Hay nombres, son rumores que desplaza el viento del este al oeste. Jau. Como diría Bod Dylan, la respuesta está “soplando en el aire” y el panorama, a grandes rasgos, resulta tenso e inquietante. Jau.
Si pasamos revista a algunas agrupaciones, verificaremos que el socialismo ovetense es un soliloquio protagonizado por Fermín de Pas. La segunda agrupación de la FSA es un relato naturalista. Los socialistas de la AMSO miran obnubilados hacia la Regenta de Clarín antes que al Secretario General de Laviana. La coalición Canteli–Barbón es peligrosa. La Vega puede ser un bombón envenenado. Timeo danaos et dona ferentes, dijo el sacerdote Laocoonte en la Eneida de Virgilio cuando vio aparecer a lo lejos el caballo de los griegos a las puertas de Troya. Cuidado con los griegos que traen regalos.
Carmen Arbesú en un acto de campaña. Foto: FSA-PSOE
En Langreo se ha esbozado una pequeña tragedia de tintes tolkinianos, con una guerra del agua que evoca la inteligente visión que tuvo sobre ella José Ángel Fernández Villa. El SOMA sustituyó el carbón por el agua y después por el sanchismo, ese otro manantial. El SOMA, como los mineros de Tolkien, buscan siempre fuentes de energía: oro y mithril que lo hacen fulgir como un histórico sindicato capaz de sobrevivirse a sí mismo. Hoy, el SOMA, como siempre, es la guardia de corps que acompaña al presidente en sus mítines. En cualquier momento pueden salir a cazar dragones. Es posible que los cuatro concejales que se han ido del PSOE hayan destapado una caja de Pandora. La “guerra del agua” en Langreo podría dar más de un dolor de cabeza a su ex-Alcaldesa, Carmen Arbesú y también a la Secretaria de Organización, Rita Camblor. Toda la comarca del Nalón es una sangría que, según fuentes socialistas consultadas, ha puesto a Arbesú bajo sospecha, después de que redujera un 50% el abastecimiento del agua en el municipio. Langreo suministraba a San Martín del Rey Aurelio. Ahora lo hará Cadasa. Se habla de negocio. A las estancias de Lady Macbeth llega el eco de la tragedia mientras en el trono del reino socialista, el último presidente reza una oración por Cristo crucificado en Laviana. Ora pro nobis, Adrián. Ora pro nobis.
Ángel García. Foto: Pablo Lorenzana
Ángel García “Cepi”, alcalde de Siero. Foto: Pablo Lorenzana.
En Siero se juega a las fotos, a las ruedas de prensa. En Siero, Ángel García “Cepi” juega al capitalismo de plataformas entre Costco y Amazón. La guerra se disputa con la imagen y la revolución digital. Y Cepi sabe jugar, ofrece cifras de crecimiento y grandes dosis de vértigo y adrenalina cuando habla en los plenos de Siero. Ha logrado poner nervioso a Canteli, ha resistido al control de Cofiño y le puede echar un pulso a Nieves Roqueñi sin despeinarse. Algunos socialistas veteranos afirman que va por libre, regalando lacasitos a todo el mundo en cada foto. Es un verso libre y vertiginoso que podría, en estos momentos, hacer lo que le viniera en gana, incluso matar un elefante, y sin que nadie le diga absolutamente nada.
En Gijón, la guerra está en el discurso y en el proyecto que se quiere no sólo para el municipio sino para toda la región. A Monchu García nadie le escuchará decir, tal como afirma en la entrevista que publicamos este domingo, Gijón First. Lo considera demasiado reduccionista. No quiere que la ciudad se convierta en un polo de la industria de residuos y, sobre todo, no quiere que la política de su ciudad se la hagan otros sin legitimidad democrática. Apunta a Laureno Lourido cuando dispara y se ha convertido en el catalizador de la protesta ciudadana junto a los vecinos del oeste de Gijón en el acceso a El Musel. Entre tanta tensión, la maquinaria local acumula tropas; también crece, quiere llegar al próximo congreso de la FSA con los deberes hechos para todo lo que se viene encima. Pero que nadie se confunda. Monchu García no se lanza a la aventura, define territorio, marca límites. Su partida se juega a vida o muerte, pero templa el arma como un profesional cuando habla. Ante tanta incertidumbre, su cráneo y su manera de ver y pensar se acercan cada día más al coronel Kurt.
Mientras tanto, Lady Macbeth y Adrián Barbón se resitúan. No mirar el problema no hará que desaparezca. La turbopolitica de los últimos meses, lanzando obuses sin carga hacia Madrid no ha funcionado. En todas esas agrupaciones se asume que las estrategias políticas, tanto orgánicas como económicas, de uno de y de otros, se desarrollan en diferentes surcos. No hay convergencia posible porque no hay coordinación o, “al menos, sería mejorable”.
Iglesia de Pola de Laviana. Foto de Adrián Barbón. Publicada en Facebook.
De manera que todos hacen sus números y miden sus palabras. El libro de la izquierda de Barbón se descuaderna y en España, la flaqueza de los bolcheviques abre un horizonte diferente para 2027. El bloque que gobierna pierde fuerza. En Portugal, esta semana, han comprendido a Javier Fernández. Algo retorna a la España de 2017. Algo se prepara para un cambio de guion. En la Asturias religiosa de Barbón, algunos sólo saben rezar. Ora pro nobis, Adrián. Ora pro nobis.
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