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General Motors y Chrysler podrían declararse en quiebra para obtener ayudas del Gobierno de EEUU
Tan desesperada es la situación de los fabricantes estadounidenses de automóviles que General Motors y Chrysler están considerando la posibilidad de declararse en quiebra para conseguir un multimillonario rescate del Gobierno de EEUU. Ambas compañías han presentado al Congreso un plan de viabilidad para el que solicitan ayudas de 19.000 millones de dólares.
Según informa Bloomberg, que cita a una fuente cercana a las negociaciones, en respuesta a la solicitud de ayuda del sector de la automoción, miembros de los despachos de tres congresistas han consultado a expertos en reestructuración si una bancarrota pactada -negociada con trabajadores, acreedores y prestamistas- podría ser usada para reorganizar el sector sin una liquidación.
Ejecutivos del sector y analistas han señalado que el resultado catastrófico de una bancarrota de General Motors (GM.NY), Ford o Chrysler se extendería a través de una industria que sufre una hemorragia de efectivo en medio de una desaceleración económica global.
Las tres compañías han instado al Congreso a autorizar 34.000 millones de dólares en préstamos y líneas de créditos. Para lograrlo, han prometido que llevarán a cabo una reestructuración que consistirá en el desarrollo de nuevos y más eficientes modelos, recortes de empleos y rebajas de sueldos de ejecutivos para continuar siendo viables.
Respuesta del Gobierno
La Casa Blanca no rechazó ayer la cifra de 34.000 millones de dólares planteada por la industria, pero comentó que es demasiado pronto para responder que apoyaría en caso de emergencia.
El líder de la mayoría del Senado, el demócrata Harry Reid, quiere buscar una manera de evitar la amenaza de bancarrotas en la industria, mientras los jefes de las tres automotrices de Detroit se preparan para una audiencia crucial sobre la solicitud de ayuda que se llevará a cabo hoy.
Las negociaciones actualmente están divididas entre pequeños grupos, lo que hace improbable que una solución propuesta como una declaración de bancarrota se lleve a cabo hasta la próxima semana.
Sólo la bancarrota de GM representaría más de 200.000 millones de dólares en deuda con interés de la automotriz. Además, su brazo de financiación, GMAC, podría perder su valor para incontables jubilados y contribuyentes, alterando aún más los patrones de consumo.
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