jueves, 4 de diciembre de 2008

El Tour emotivo y competitivo.

Eran un montonín de campeones..... había 5 o seis figuras a batir, ahora está casi cantado.


Anquetil ganó su primer Tour en 1957, el año de su debut, sin Bobet en el equipo
El normando aceptó el regreso del mito en 1958, pero vetó al amigo, Geminiani
El 'Gran Fusil' corrió en un equipo regional y juró venganza, pero no contó con Charly Gaul
Bahamontes sumó en Luchon su primer triunfo, repetido días después en Briançon


Gaul (i), Anquetil (d) y Bobet (detrás), en el Tour de 1958. (Foto: 'L'Equipe')
Actualizado jueves 04/12/2008 09:54 (CET)
ÓSCAR FORNET
MADRID.- Un procesador IBM, su cerebro; un motor a reacción, sus riñones, sus piernas; y un alambique que todo digiere, su estómago. Esta combinación, en metáfora de Raphael Geminiani, hizo de Jacques Anquetil un ciclista único. El joven parisino, rubio e imberbe, cara de ángel y mirada transparente.

Pocos reparan en su elegante figura antes de la salida del Gran Premio de las Naciones, el 27 de septiembre de 1953. 140 kilómetros contrarreloj. El público fija su mirada en los campeones consagrados, en Louison Bobet, reciente ganador del Tour, el segundo francés en lo alto del podio tras la Segunda Guerra Mundial. Entonces ya no le martirizan desde las cunetas con aquel "vamos Robic", otro bretón, el anti-héroe, el pequeño, arisco y tozudo escalador, campeón en 1947, el ciclista del pueblo.

Aunque aún no lo sabe, aquel día Bobet va a saludar por primera vez a la persona que cinco años después recogerá su testigo y pulverizará sus registros. Se acerca a él tras asistir, boquiabierto, como el resto de testigos, a la exhibición de aquel prodigio de 19 años. Anquetil cubre la distancia a una media de 39,630 km/h., nuevo récord de la prueba. Bobet se abre paso entre la multitud. Llega hasta él. "Enhorabuena. Es un placer conocerte", le dice. "Pero si ya nos conocíamos", responde el insolente Jacques. "Os batimos el domingo, ¿no lo recuerdas?" Anquetil se refiere a un critérium en pista disputado días antes en el que, acompañado por Claude le Ber, se impuso al dúo Bobet-Geminiani.

Con 23 años, Anquetil se encuentra preparado para debutar en el Tour en julio de 1957. No existe otro contrarrelojista como él y ya supera los grandes puertos con suficiencia. El recorrido de aquella edición, menos montañoso de lo habitual, favorece el primero de sus cinco triunfos. También ayuda un doble abandono, el de Charly Gaul, primero; el de Bahamontes, poco después. Pero sobre todo, un hecho, una frase que por sí sola esconde el anuncio de una nueva época, el final del ciclismo épico, improvisado, y el comienzo de una competición controlada, metódicamente estudiada, profesional. Ocurrió unos meses antes, durante el Giro de Italia, cuando Bobet, acompañado por su buen amigo Geminiani, declaró: "No estoy en condiciones de disputar el Tour de Francia".

Bobet perdió aquel Giro por 19 segundos frente a Gastone Nencini. El italiano encontró en los últimos días de la prueba a un colaborador inesperado, Gaul, el defensor de la 'maglia' rosa, el luxemburgués que un año antes, sobre el gélido Monte Bondone, sentó la primera piedra que sustentaría su leyenda. [Ver el vídeo] "Para Bahamontes, la montaña y el sol; para Charly, la montaña y la lluvia", escribe Christian Laborde.

'Querido Pipí'
También vestía Gaul el distintivo de líder del Giro en 1957, de nuevo el Bondone en el horizonte, cuando aparcó su bicicleta para orinar. Por delante, Geminiani y Bobet, cabeza visible de toda la escuadra francesa, desataron un ataque en cadena sin dar tiempo a que su mayor rival enfundase y retomara su montura. Gaul desfalleció en la persecución y perdió el Giro, pero su empeño en favorecer a Nencini impidió a Bobet sumar un nuevo triunfo en Milán. Al día siguiente de la afrenta, los franceses le saludaban: "Buenos días, querido Pipí. Gaul se acercó a Geminiani: "Antes, puede que lo hayas olvidado, yo era carnicero. Y te voy a rajar el vientre".

Bobet, el primer corredor capaz de encadenar tres victorias en el Tour (1953, 54, 55), el hombre que se había batido con Coppi, Bartali, Koblet, Kubler, Robic, Ockers o Magni, reta en 1958, ya en plena decadencia, a los Anquetil, Gaul, Bahamontes, Adriaensens, Baldini o Nencini.

¿Cómo se tomaría Anquetil el regreso del mito al equipo galo, el que él, como vigente campeón de la carrera, se había ganado el derecho a gobernar? “De acuerdo con incluir a Bobet, pero si viene Geminiani, el que no va soy yo”, amenaza al seleccionador, Marcel Bidot, modesto miembro en 1930 - la primera ocasión en que el Tour se celebró por el sistema de enfrentamiento entre países en lugar de entre marcas comerciales- de la primera y poderosa formación francesa. "Esos dos son muy amigos, se conocen demasiado. No me apetece que me desplumen como a un pollo", sentencia Jacques.


Anquetil y Jeanine, en 1964. (Foto: EL MUNDO)
Geminiani, el 'Gran Fusil', la gran nariz, el Góngora del pelotón, inseparable compañero de Bobet, se ve relegado a competir en el equipo de Centre-Midi, el segundo equipo francés, junto con Henry Anglade o Jean Dotto. Promete venganza y, no muy lejos de la casa de Bobet, por las tortuosas rutas bretonas, dirección a Saint Brieuc, desencadena su primera ofensiva. Geminiani alcanza el jersey amarillo en los Pirineos tras resistir todos los ataques del bretón. Sólo Gaul y Bahamontes pueden con él en los porcentajes más exigentes. Sobre todo el toledano.

En la decimocuarta etapa, 'El Águila' parte de Pau y corona en cabeza el Aspin y el Peyresourde, pero esta vez no se detiene, nadie le alcanza, nadie le impide cruzar solo la línea de meta en Luchon. Su primera victoria de etapa. Federico ya no volverá a ser un simple agitador. La debilidad de Anquetil no resulta tan evidente como la del desgastado Bobet, pero el normando no logra enchufarse a la carrera. ¿Será por Jeanine, la mujer de su médico, que le tiene sorbido el seso, y a la que en diciembre de ese mismo año acabará desposando?

Muestra de su irregularidad se observa en la primera contrarreloj larga. Gaul le supera por siete segundos. 'Maitre' Jacques, 'Monsieur Chrono', no gana. Inaudito. Resiste en la montaña, pero el recital pirenaico de Bahamontes convierte al español en el principal favorito al triunfo final. Más aún tras firmar un nuevo triunfo, en Briançon, en el corazón de Los Alpes, tras superar en cabeza los 'cols' de Vars e Izoard, donde Bobet, en su montaña, prueba fortuna por última vez. Pero pincha, como Anquetil.


Bahamontes se relaja tras coronar un puerto. (Foto: EL MUNDO)
La lluvia, Charly Gaul
¿Y Gaul? Ganador de la primera contrarreloj y de la cronoescalada al Mont Ventoux por delante de Bahamontes, su desfallecimiento en Los Alpes le excluye del abanico de candidatos: Geminiani, Favero, Anquetil, Adriaensens, Bahamontes, Nencini. Sigue sin llover. Al día siguiente, 219 km. entre Briançon y Aix les Bains, día grande en La Chartreuse, cinco ascensiones, sol y calor en la salida, nubes y frío en el Luitel, nieve en el Porte. De repente, una jornada de perros, el día de Charly Gaul, el 'Ángel que amaba la lluvia'. Como en el Monte Bondone en 1956, Charly no demarra, Charly desaparece, se esfuma entre la niebla. Sin impermeable, brazos y piernas desnudos.

Con 16 minutos perdidos en la general, el luxemburgués arranca del grupo en el segundo puerto del día, Luitel, cuando más castiga la tormenta. Durante algunos metros le acompaña su amigo Bahamontes, al que pronto desfonda. El escalador español cruza la meta muy por detrás de los favoritos, a casi media hora de Gaul.

El resto no sale indemne. Anquetil cierra su penoso 'vía crucis' con un retraso de 23'14" tras descolgarse en el 'col' de Porte, el tercero en el menú del día antes de afrontar el Cucheron y el Granier. Abandonará al día siguiente a causa de una neumopulmonía. Bobet cruza la línea atado a Nencini, a 19'01"; Favero, a 10'01"; Adriaensens, segundo, a 7'50". La agonía de Geminiani se mide puerto a puerto, cronómetro en mano: 5'30" en la cima del Porte, 7'50" en el Cucheron, 12'40" en el Granier, 14'35" en Aix les Bains.

Gem llora desconsolado, acusa, insulta. A todos esos "judas" del equipo titular de Francia que miraron hacia otro lado cuando Gaul desplegó sus alas, que le dejaron solo bajo la fría lluvia. "Oh, Bobet, ¿por qué me has abandonado en el Luitel?", se preguntará después, desposeído ya del jersey amarillo que nunca portó hasta París. La preciada prenda, en manos de Favero, se ajusta definitivamente a la espalda de Gaul tras la contrarreloj de Dijon, su cuarto triunfo parcial.

Tragedia en el Parque de los Príncipes

Andre Darrigade impacta contra un operario en el Parque de los Príncipes. (Foto: 'Paris Match')
Aquel año sólo le superó Andre Darrigade, el 'sprinter' del momento, acaparador de 'maillots', amarillo verde, tricolor, arco iris. Acumuló cinco victorias. La sexta hubiera llegado de no haberse situado tras la rueda de Pierino Baffi. El cuerpo del italiano le impidió evitar a un jardinero despistado que pasaba por allí. Darrigade impactó contra él a más de 60 km/h. Tardó media hora recuperar la consciencia. El empleado falleció 12 días después.

Bobet disputó su último Tour en 1959. No llegó a París. Resistió el martirio hasta la cima del Iseran, el techo de aquella edición. Allí le esperaba Gino Bartali, su viejo rival del 48, cuando aún era un desconocido. Avergonzado, se escondió en un coche y no vio quedarse cortado a Bahamontes en el descenso tras un último y desesperado ataque de Anglade por destronar al toledano. Nuevas luchas internas en la selección francesa se aliaron en favor del toledano, que al fin ganó el Tour. Hombre de éxito como empresario, Louison Bobet murió en 1983, a los 58 años, derrotado por el cáncer. La misma enfermedad mataría a Jacques Anquetil cinco años más tarde, cinco años más joven.

Bibliografía
Libros:

Milenkovitch, Michel: 100 ans du Tour de France en 90 Histoires. Mango Sport. 2003.
Arribas, Carlos; López-Egea, Sergi: Cumbres de Leyenda. RBA. 2005.
Arribas, Carlos; López-Egea, Sergi; Pernau, Gabriel: Locos por el Tour. RBA. 2003.
Bouvet, Philippe; Brunel, Philippe; Laget, Serge: Cols Mythiques du Tour de France. 2ª edición. L'Equipe. 2005.
Garai, Josu: Loroño cazó al 'Águila': Ciclismo del Norte. Fábrica de Líderes. Coleccionable 'Marca'. 1994.
Laborde, Christian: Dictionaire Amoureux du Tour de France. Plon. 2007.
Revistas

L'Equipe Legendes nº5: Bernard Hinault. Quand le 'Blaireau' montrait les dents. Julio 2008.
Webs:

www.memoire-du-cyclisme.net
www.amigosdelciclismo.com
www.Velo101.com
www.letour.fr
www.museociclismo.it
www.cyclinghalloffame.com
Diarios:

Crónicas y reportajes publicados en el diario 'El País' por los periodistas Luis Gómez y Juan José Fernández, en julio de 1990.

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