Krugman: "Las cosas empeoran tan rápido que es difícil ver cómo van a ayudar las medidas"
Paul Krugman, ganador del Premio Nobel de Economía 2008, se ha mostrado hoy preocupado por la lentitud de las medidas económicas adoptadas por los Gobiernos de Europa y EEUU para sacar a sus países de la crisis económica, contagiada de la anterior crisis financiera, aunque ha alabado la elección de Obama para cubrir el puesto de secretario del Tesoro.
"Los mecanismos sencillos para producir el rescate de la economía mundial son muy complicados. El paso al que están empeorando las cosas es tan rápido que es difícil ver cómo van a ayudar las medidas de rescate", ha dicho hoy el profesor de la Universidad de Princeton en una conferencia de prensa celebrada en Estocolmo con motivo de la celebración de la Semana Nobel.
"Incluso con la mayor comprensión de las cosas no pueden llegar lo suficientemente rápidas para prevenir un gran daño... Estoy muy preocupado ante cómo van a ser las cosas el año que viene", ha añadido el economista. La Semana Nobel tiene lugar durante la semana anterior a la ceremonia de entrega de los premios. Los ganadores acuden a la capital sueca para participar en una serie de conferencias de prensa, entrevistas y eventos que concluyen con la ceremonia y una cena de gala, que tendrá lugar el próximo miércoles.
Contento con Obama
Krugman, que ha sido muy crítico con la Administración de George W. Bush, se ha mostrado satisfecho con la elección que el presidente electo, Barack Obama, ha hecho para cubrir el puesto de secretario del Tesoro, eligiendo al presidente de la Reserva Federal de Nueva York, Timothy Geither.
"El próximo secretario del Tesoro es muy inteligente, muy abierto de ideas, y ha sido más rápido en darse cuenta de la vulnerabilidad del sistema financiero antes que la mayor parte de la gente... Pero tiene que encarar una tarea muy desalentadora", ha dicho sobre Geither.
Augura la muerte del sector automovilístico
El economista estadounidense, columnista del diario The New York Times y EL PAÍS, ha puesto en duda la supervivencia del sector del automóvil en EE UU en el largo plazo, aunque cree que merece la pena que el Gobierno le preste su apoyo en el corto plazo. Ha tenido palabras sobre los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses, Ford, General Motors y Chrysler. Para el economista, las tres están viéndose afectadas por tendencias de largo recorrido, además de la crisis financiera actual. "Al final, es probable que estas compañías desaparezcan", ha dicho.
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