Las distintas operaciones corporativas de las constructoras e inmobiliarias, van venciendo y anunciando problemas.
El 10 de diciembre, fecha límite para Reyal, Nozar, Carabante y Díaz de Mera
Las partes negocian las formas de pago y la ampliación de las fechas
El día 10 de diciembre. Es la fecha límite para que Reyal Urbis cobre los casi 300 millones que le adeudan Nozar y Global Cartera por la compra de sus acciones de Colonial. Ese mismo día, Rafael Santamaría debe hacer frente a la recompra de los 14,33 millones de acciones de Reyal en manos de José Ramón Carabante. Ante la situación financiera crítica de todos los grupos implicados, las partes negocian la forma de pago y la posible ampliación de plazos.
Cómo estarán las cosas que el cobro o el pago de las cantidades pactadas puede poner contra la pared a las compañías implicadas si no se cumplen sus expectativas. Reyal Urbis, que cerró a finales de octubre la refinanciación de su deuda de 3.000 millones de euros, es el principal protagonista de un embrollo que tendrá solución el 10 de diciembre.
El próximo miércoles la inmobiliaria que preside Rafael Santamaría debe cobrar 205 millones de Nozar y otros 68 de Global Cartera -la sociedad en la que participan Domingo Díaz de Mera y la familia Sanahuja, todavía accionista mayoritario de Metrovacesa- por la venta el año pasado de sus 88 millones de acciones, el 5,3%, en Inmobiliaria Colonial.
Fuentes de Nozar reconocen que la sociedad no puede hacer frente al pago tal y como está planteando en estos momentos y aseguran que "lo vamos a solucionar favorablemente. No va a haber ningún problema". Según fuentes del sector, Nozar ha planteado a Santamaría varias opciones, que van desde el alargamiento de los plazos de pago hasta que un parte del mismo se haga con terrenos que, por sus características, Reyal Urbis puede después canjear por deuda con sus bancos acreedores. Una práctica que ha sido habitual en los últimos meses, especialmente con el apoyo de Santander y Banesto.
Puede ser la única salida para Reyal Urbis, en un momento en el que Nozar está refinanciando su deuda de 4.000 millones de euros con las reticencias de algunos de sus principales acreedores. Fuentes oficiales de ambas compañías no han querido hacer comentario alguno sobre estas conversaciones. Deloitte, auditor de Reyal, ya ha apuntado como incertidumbre la dificultad de cobro por parte de la inmobiliaria.
Si no cambian mucho las cosas en los próximos días, Santamaría no podrá hacer frente con el cash deseado -de los 300 millones que le adeudan- a sus compromisos de pago. En total, 140 millones de euros que debe poner en el bolsillo del empresario murciano José Ramón Carabante con fecha tope también el 10 de diciembre para recomprarle su participación del 4,9% en Reyal Urbis.
Para Santamaría, la operación supondrá, de facto, reconocer unas minusvalías latentes por este paquete de alrededor de 50 millones de euros. Esta es la diferencia entre el valor del paquete de Carabante en bolsa y el de su opción de venta, que le permite vender a 10 euros por acción. De hecho, este pago ya se contempló en el acuerdo de financiación con los bancos y ha sido cubierto por las entidades financieras.
Aunque Carabante podría no hacer uso de su opción, fuentes del mercado aseguran que su también maltrecha situación financiera apenas le deja otra posibilidad que hacerla buena. Además, Carabante ya tuvo que indemnizar a Reyal Urbis con 14,3 millones de euros por renunciar a la compra de su participación de Colonial, que luego sería adquirida por Nozar y Global Cartera. Por entonces, Santamaría desoyó la petición de Carabante de buscar una solución para evitar el pago de dicha compensación. Está por ver que este último no haga ahora lo mismo en las negociaciones que mantiene con el presidente de Reyal.
El final del plazo coge a la cotización de Reyal Urbis en el peor momento de su todavía corta historia en bolsa. Acumula una pérdida del 35% y cotiza algo por encima de los 6 euros, en zona de mínimos históricos.
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